Movilidad eléctrica, un potencial para crecer e invertir
El mundo avanza hacia la sostenibilidad y las oportunidades se amplían hacia el coche eléctrico, que en 2030 supondrá el 50% de las ventas totales
El informe de OBS Business School El vehículo eléctrico en España define “la movilidad como un derecho y un elemento de cohesión social y de crecimiento económico”. Pero hay un problema: los coches emiten un 8% del total de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, lo que convierte la movilidad eléctrica en una de las claves en el proceso de descarbonización.
La sostenibilidad ha dejado de ser una alternativa para convertirse en una necesidad real. La mayoría de los Gobiernos están comprometidos con el Acuerdo de París y los ODS de Naciones Unidas y trabajan para conseguir una serie de objetivos entre 2015 y 2030.
El estudio de OBS Business School destaca que el pasado mes de julio, la UE adoptó el programa Fit for 55, que recoge “un amplio conjunto de propuestas para hacer que las políticas de clima, energía, transporte e impuestos sean adecuadas para conseguir ser más sostenibles”.
En lo relativo a vehículos eléctricos, establece la necesidad de disponer de un punto de recarga cada 60 km y un surtidor de hidrógeno cada 150 km, “lo que significaría 3,5 millones de estaciones de recarga pública para dar servicio a los 80.000 camiones y 30 millones de automóviles que deberán estar operativos en las carreteras europeas en 2030”, señala el estudio.
Y según los cálculos del Foro Económico Mundial, para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono resultará necesario multiplicar por 19 la producción global de pilas y baterías.
Pieter Busscher, gestor principal de RobecoSAM Smart Mobility Fund, desvela que “durante las próximas décadas veremos una electrificación casi completa del sector del transporte, que afectará a automóviles, autobuses, camiones, barcos y aviones. Los vehículos eléctricos representarán sobre el 50% del total de las ventas en 2030 frente al 2,5% de 2019”.
Alternativas para todos
Álvaro Manteca, responsable de estrategia de inversión en BBVA Banca Privada comenta que “es un hecho que la sociedad está cambiando y que cada vez hay un mayor número de personas concienciadas por construir un mundo más verde, más inclusivo”. “Y en este sentido, están apareciendo muchas tendencias que van a suponer un avance muy importante y que van a experimentar un crecimiento también muy relevante en los próximos años”. El experto se refiere a todo lo relacionado con sostenibilidad, la aplicación de la ciencia y tecnología al servicio de las personas, de estilos de vida saludables y a la movilidad sostenible”.
Los inversores pueden participar en la construcción de un mundo mejor, con el objetivo también de obtener una rentabilidad para sus ahorros. El canal más apropiado son los fondos de inversión.
“A través de las participaciones en fondos de inversión, el cliente minorista puede acceder a estas inversiones en mayor o menor exposición. En la industria de gestión de activos existen actualmente fondos dedicados en exclusiva a la innovación en movilidad o al futuro del transporte, donde la movilidad eléctrica es un componente muy importante. También los hay centrados en otros segmentos relacionados con esa temática, como la conducción autónoma, la conectividad o el hidrógeno, que es la fuente de energía que más se está impulsando, especialmente para los vehículos pesados”, señalan Luis González y Juan Cortázar, selectores de BBVA Quality Funds.
Dónde invertir
Los expertos explican cómo dentro de la movilidad eléctrica, se puede invertir en toda su cadena de valor: fabricantes de vehículos; empresas mineras (responsables de la extracción de los materiales fundamentales para la construcción de baterías, como por ejemplo el litio); semiconductores (proporcionan los componentes necesarios), y en las empresas encargadas de la creación y mantenimiento de la red de la recarga.
“Al igual que ocurre con otras innovaciones tecnológicas, muchos gestores o profesionales de la inversión consideran que la movilidad eléctrica es una temática con un atractivo potencial de crecimiento a largo plazo”, reconocen.
Las oportunidades en este ámbito no se quedan aquí. “Los vehículos compartidos también favorecen la inversión en movilidad eléctrica”; señalan González y Cortázar. “Una característica a reseñar de este tipo de modelos es que incorporan cada vez más elementos de conducción autónoma mediante sistemas avanzados de asistencia a la conducción”, añaden.
BBVA Quality Funds selecciona fondos que invierten una parte relevante de su cartera en movilidad y otros más diversificados centrados en el cuidado del medio ambiente en general, más apropiados para perfiles conservadores.
El gestor de Robeco, Pieter Busscher, detalla el potencial de los coches compartidos y autónomos: “La conectividad y la movilidad compartida pueden sumar ingresos anuales de 1,5 billones de dólares para 2030, que es casi tanto como el mercado de vehículos eléctricos en sí, y se espera que los vehículos autónomos representen el 10% de todos los vendidos en 2030”.
Robeco busca empresas que puedan incrementar el valor de sus productos en vehículos y beneficiarse de la transición hacia una movilidad más limpia.
Por ejemplo, los fabricantes de semiconductores venden entre 100 y 200 euros en componentes para un coche tradicional, frente a los 1.000 euros que requiere uno eléctrico. Entre los sectores elegidos por la firma están los proveedores de componentes (baterías, motores o materiales); fabricantes de automóviles y equipos de procesos, así como los relacionados con la conducción autónoma y movilidad compartida e infraestructura.