El gran consumo se blinda para garantizarse las ventas en Navidad
Anticipa de forma masiva las compras de bienes para evitar desabastecimientos. El precio de los fletes por barco se han quintuplicado.
Las empresas de gran consumo miran la llegada del Black Friday y de las Navidades, donde concentran una parte vital de las ventas, con optimismo gracias a la recuperación económica iniciada tras 18 meses de recesión y a la salida de la parte más crítica de la crisis sanitaria del coronavirus. Un optimismo que al mismo tiempo se ha mezclado con la preocupación por el colapso del tráfico marítimo mundial, el encarecimiento sin precedentes del transporte marítimo y la falta de materias primas, que llevan impactando desde el pasado verano en la industria de la automoción, con miles de coches por ensamblar al no disponer de semiconductores.
¿Es posible que se produzca desabastecimiento en esos dos períodos tan importantes de ventas? Desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) rechazan esa posibilidad y remarcan que las empresas que la integran, entre las que se encuentran El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour, Ikea, Costco o MediaMarkt, no han notificado ningún problema en ese sentido. “Las empresas se han anticipado y han comprado con antelación para evitarse problemas en el futuro. Además contaban con mucho stock porque venían de una etapa de 18 meses con ventas bajo mínimos”, recalcan.
Un contenedor tarda dos meses en llegar desde China, el doble que antes del verano
190.000 contenedores
Una tesis corroborada por Oliver Giner, responsable del departamento de Promoción Exterior de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, que concentra el 60% de sus ventas en esos dos meses. “Prevemos una muy buena campaña, pese a que el precio de las materias primas está disparado. Solo el polipropileno, una de las materias primas básicas que se utiliza para hacer toboganes o coches, se ha apreciado un 70% este año. Además el comercio mundial se ha ralentizado porque todas las empresas hemos optado por adelantar pedidos al mismo tiempo para asegurarnos la mercancía”. El efecto bola de nieve ha sido inmediato.
“El coste de un contenedor transportado en barco se ha multiplicado por cinco, pasando de 3.000 a 15.000 dólares, hay más de 190.000 contenedores almacenados en los puertos chinos por falta de barcos y los pedidos que antes tardaban en llegar entre cuatro o cinco semanas desde Asia ahora lo hacen en un mínimo de diez semanas”, recalca. Giner remarca, que al igual que las empresas de Anged, los fabricantes de juguetes han anticipado masivamente compras, aunque más caras, con lo que los márgenes al cierre de la campaña de Navidad serán menores.
Cuello de botella
La logística pide traer de vuelta la producción para evitar depender de China
Por lo tanto, el principal cuello de botella está ahora mismo en la logística. Contratar un contenedor a un precio razonable y que llegue en el tiempo pactado es una quimera. “Se ha producido la tormenta perfecta. Una gran demanda de productos chinos, una escasez de contenedores y de palets para cubrir toda la producción, un incremento sin precedentes del comercio electrónico en la pandemia, el precio de los contenedores se ha multiplicado por 15 en dos años y los protocolos sanitarios del covid han dejado los puertos chinos al mínimo de personal”, señala Francisco Aranda, presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte UNO.
Precio y márgenes
En su opinión no hay solución a corto plazo. “El que no haya comprado ya que se olvide porque ya no hay margen de actuación”. A medio plazo, una vez que los protocolos anticovid se relajen y las fábricas vuelvan a funcionar al máximo de su capacidad, Aranda propone replanificar las cadenas de suministro de cada industria. “Hemos solicitado al Gobierno un plan de relocalización de industria en España para evitar la ultradependencia de China y contar con más margen para adaptarse a una industria cambiante”.
Exportación al alza y precios al mejor postor
Juguetes. Oliver Giner, responsable del departamento de Promoción Exterior de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, recalca que las cifras de exportación de juguetes a terceros países han crecido un 20% anual entre enero y septiembre, mientras que las ventas en el interior solo lo han hecho un 4%. “Con esas cifras prevemos una buena campaña de Navidad, pero con menos márgenes que otros años, ya que el incremento de costes variables en lo que va de 2021 se ha elevado al 25% y en muchos casos no vamos a poder trasladarlo a precio final” .
Textil. El colapso del comercio mundial ha llevado a situaciones extremas a la hora de tratar de lograr contenedores para traer mercancía desde China. “La principal dificultad que existe ahora mismo es el hecho de que no sabes cuándo va a salir el contenedor y se ha entrado en una especie de subasta, en el que el contenedor se lo adjudica la compañía que mas pague por él. Esa novedad ha provocado que haya habido empresas que, pese al elevado coste, hayan optado por mandar la mercancía por avión para garantizarse la venta”, señala Eduardo Zamácola, presidente de Acotex. Pese a ello se muestra muy cauto con respecto a las previsiones de futuro. “Septiembre ha sido el primer mes de crecimiento de ventas desde que arrancó la pandemia y aún acumulamos una caída del 19%.
La industria textil, que masivamente traslado producción a China tras la Gran Recesión, deshizo parte del camino a partir de 2015 relocalizando fábricas en localizaciones más cercanas para reducir riesgos. “La relocalización es una realidad. Fabricar todo en el sudeste asiático tiene unos costes muy buenos, pero a cambio tienes que hacer grandes tiradas.
Los cambios constantes en la demanda te obligan a darle salida con grandes descuentos para que no se quede sin vender. Si en lugar de hacer una tirada de 1.500 unidades en Asia, hago una de 500 en Portugal, me cuesta más caro, pero me quedo con el 100% del margen”, subraya Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Nacional de Moda Retail (Acotex), que cuenta con socios como Inditex, H&M o Cortefiel. En su opinión, esta es la única manera de sortear la dificultad de no poder trasladar el incremento de costes del transporte y de las materias primas a las tiendas y de asegurarse un mínimo de margen, en una industria en la que ya están muy al límite.