La moda rompe estereotipos a través de la ilustración
Las ilustraciones de moda han sido una alternativa para muchas revistas del sector que han podido así prescindir de grandes producciones durante la pandemia
Cuando la industria de la moda frenó por culpa de la pandemia y las modelos dejaron de subir a las pasarelas, hubo un sector cuyo trabajo siguió imparable: el de los ilustradores de moda. El lápiz, los pinceles y la creatividad han supuesto una salida para continuar mostrando las últimas tendencias de las marcas sin necesidad de grandes producciones, una oportunidad que muchos artistas han sabido aprovechar.
Así ha sido para la ilustradora barcelonesa Judit García-Talavera, que cuenta entre sus clientes con diferentes publicaciones femeninas. “Todos los sectores se han visto afectados, pero pienso que la ilustración se ha beneficiado. Vogue Italia, por ejemplo, produjo varios números en 2020 que estaban enteramente realizados con ilustración”, reconoce. Dibujar para el sector de la moda marcó los inicios de su carrera artística hace casi 15 años y ha invertido los últimos cuatro en formar en ello a las nuevas generaciones. “Me encanta este tipo de colaboraciones porque son proyectos muy rápidos y dinámicos”, comenta.
Otra referente en este ámbito es la madrileña Carmen García Huerta, seleccionada dos años como una de las 100 mejores ilustradoras internacionales en la prestigiosa publicación The Illustrator. Sus dibujos han reflejado colecciones en publicaciones de moda en todo el mundo, desde Elle Rusia hasta Vogue España, y entre sus clientes figuran importantes marcas de lujo como Lancôme y Louis Vuitton. “Salí de la redacción como si saliera del set de El diablo viste de Prada o de Sexo en Nueva York”, comenta sobre su paso por Vogue, para quienes ilustró mensualmente durante dos años.
Para ella, el secreto para triunfar y mantenerse durante tantos años está en no pensar demasiado en lo que está haciendo el resto. “Estar atenta a lo que se lleva es importante, pero con un ojo ahí y el otro puesto precisamente en lo pasado de moda, en los clásicos que no son tendencia o lo son desde hace cinco siglos”, admite.
Pero desde que empezaron hasta ahora el panorama ha evolucionado hacia un concepto de belleza mucho más amplio y diverso, en parte, gracias a su trabajo. “Hemos dado un paso de gigante en cuanto a criterios estéticos. Es un momento muy potente y desenfadado en el que está de moda el amor propio y eso es fantástico y se ve reflejado en la ilustración”, asegura García-Talavera que, añade, ahora las marcas piden “diversidad de mujeres con mucha actitud que no encajan en la belleza normativa”.
En este sentido, la ilustradora barcelonesa Lara Costafreda que, entre otros trabajos, ha ilustrado la tienda pop up de la casa de moda Hermès en su ciudad natal, considera que “la ilustración puede ayudar a cambiar el imaginario colectivo de lo que está bien o mal”. Aun así, confiesa que no es tan fácil: “Creo que se ha abierto un camino donde no encajar con la belleza normativa se ve como algo positivo, pero también creo que nos queda mucho camino”. Por eso, afirma que en su trabajo siempre intenta incluir personas reales, es decir, de “edades, géneros, físicos y etnias” diferentes.
Al final, la moda viene y va. Pero también es importante, según dicen las ilustradoras, que los cambios favorables no vuelvan hacia atrás. “Ahora lo estamos viendo mucho con las modelos mayores y que se dejan las canas”, dice García Huerta”, que continúa, “ocupan portadas y campañas. Algo está cambiando definitivamente”.