Una correcta interpretación de los datos de empleo en EE UU
Decir que la recuperación se enfría por los 235.000 puestos de agosto es una falacia: el país avanza hacia el pleno empleo
La economía y su análisis no son una montaña rusa. Decir que la recuperación se enfría en EE UU porque en agosto se crearon 235.000 empleos, solamente, sería tan injusto como tomar aisladamente el dato de julio, cuando hubo 1,1 millones de empleos nuevos. Los datos aislados dan titulares, no reflejan siempre realidades.
Las tendencias sí dan luz en economía: entre abril de 2020 y agosto de 2021 se han creado en América 17,0 millones de empleos. Un total de 16 meses de generación continuada de empleo, acompañados de crecimiento económico: EE UU se dirige al pleno empleo. ¿Cuándo? A finales de 2022, estiman Janet Yellen, secretaria del Tesoro, y Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal. En la reunión de banqueros centrales celebrada recientemente en Jackson Hole, Wyoming, donde Powell anunció que dejaría –en función de las condiciones: crecimiento, empleo e inflación– de comprar deuda hipotecaria y pública a fin de año, si esas condiciones son positivas. Powell y Yellen, prudentes. Las Bolsas no bajaron, sino subieron, porque la Fed dijo que, por ahora, no tocaría los tipos de interés. Al inversor no le queda más remedio que buscar rentabilidad en los mercados de valores (este año han batido 49 récords históricos) o en materias primas como el oro.
Que los analistas esperaran 750.000 nuevos puestos de trabajo y eso no se ha producido…, pues ya se les pasará el berrinche, si es que lo tienen. A muy corto plazo, las Bolsas han caído, pero se recuperarán muy pronto. Ya hemos dicho que la deuda pública no es precisamente El Dorado de la rentabilidad para el inversor. Según Piketti, El Erian y Roubini, tres economistas tan prestigiosos como plomizos, “la deuda pública de América y Europa es una bomba de relojería”. Volviendo al empleo, hay un deseo general de volver a los niveles de febrero de 2020: pleno empleo (tasa de paro de 3,5% y 5,7 millones de desempleados) versus la tasa de paro actual (5,2%, ha bajado dos décimas, y tasa de participación laboral en 61,7%).
Las comparaciones (expectativas) del mercado son volver a la situación prepandemia, en crecimiento, empleo y precios. De los tres, PIB y empleo evolucionan favorablemente. Los precios, como en el resto del mundo, suben y el IPC a 31 de julio fue del +5,4%. La retahíla de motivos es conocida: “Problemas en la cadena de suministro, escasez de chips y semiconductores, cambio climático y ausencia de lluvias –o exceso de agua con Ida y otros huracanes–, que han destrozado cosechas”, etc.
Varias causas explican la inesperada, por escasa, creación de empleo en agosto: turismo y restauración añadieron cero empleos en agosto, versus la media de 350.000 cada mes entre enero y julio de este año, cuando los salarios en esos sectores acumulan una subida del 11% y casi del 2% en agosto. Muchos potenciales trabajadores no quisieron trabajar por miedo a la variante delta de Covid. Muchos empleadores, de nuevo, se quedaron sin poder contratar porque no había candidatos. Ese miedo al Covid, especialmente en trabajos que requieren interacción personal, han echado para atrás en agosto a seis millones de personas que podrían haber trabajado y no han querido. 5,7 millones han dicho a la EPA americana que no han podido volver a trabajar porque sus “empleadores o empresas habían quebrado, cerrado o desaparecido, consecuencia de los confinamientos”. Esto ha sucedido especialmente en distribución y retail que, en agosto, han destruido empleo. Lo contrario que en servicios profesionales y de negocio. De hecho, los empleos que requieren carrera universitaria son los que más fácilmente se cubren, dejando en desventaja a hispanos y afroamericanos.
El empleo en los servicios profesionales y empresariales aumentó en 74.000 puestos en agosto. Transporte y logística agregaron 53.000. Amazon y Walmart, por ejemplo, tienen previsto contratar 55.000 y 20.000 personas, respectivamente, en septiembre para esos menesteres. Empleo aumentó en 40.000 en la educación privada y manufactura agregó 37.000 empleos, con ganancias en vehículos de motor y repuestos (+24,000). Aumentó el empleo en las TIC (+17.000), finanzas (+16.000) e inmobiliario (+11.000). El empleo en el comercio minorista se redujo en -29.000, con pérdidas en alimentos y bebidas, tiendas (-23.000) y en tiendas de materiales de construcción y suministros de jardinería (-13.000).
Y hay otro fenómeno que da razón del porqué no se ha creado más empleo. La EPA americana detectó en abril y en julio, con datos del primer y segundo trimestre, respectivamente, que cuatro millones de personas, cada mes y en servicios profesionales, habían decidido no volver a trabajar. La tasa de paro es un saldo neto entre oferta de empleo y empleos creados; el saldo puede resultar positivo (se reduce el desempleo) o negativo, si el número de despidos o personas que no vuelven a trabajar excede el número de contratos. Esta posibilidad de elegir sucede en economías boyantes y sobre todo en profesionales liberales del sector servicios. Covid, confinamientos, trabajo en remoto, desde casa o cualquier otro lugar, la posibilidad de combinar dos o más empleos o, simplemente, estar quemado en la empresa (burnout) y cambio de prioridades, hacen que millones de americanos no vuelvan al puesto de trabajo y... dimitan. La media es de cuatro millones de personas/mes. Por esto, Apple, Amazon, Microsoft, etc., han dilatado la vuelta al trabajo presencial en la empresa a 2022 o incrementado el trabajo híbrido (días trabajando en casa y en la oficina).
Una cuestión sobre la que muchos empleadores deberían reflexionar.
Jorge Díaz Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants y autor de ‘El New Deal de Biden-Harris: política económica para el siglo XXI’