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Sánchez indulta a los líderes del ‘procés’ para volver a hacer “próspera” a Cataluña

La medida allana el terreno al diálogo con el secesionismo y a que el Gobierno agote la legislatura La decisión del Ejecutivo divide a los empresarios Aragonès pide un referéndum pactado y el PP prevé recurrir la medida de gracia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (en el centro), durante el Consejo de Ministros que ha aprobado los indultos a los condenados por el procés catalán, rodeado de las vicepresidentas primera, segunda y cuarta, y del ministro de Justicia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (en el centro), durante el Consejo de Ministros que ha aprobado los indultos a los condenados por el procés catalán, rodeado de las vicepresidentas primera, segunda y cuarta, y del ministro de Justicia.La Moncloa
Juande Portillo

“El Consejo de Ministros ha acordado conceder los indultos a los nueve condenados del juicio del procés que permanecen en prisión”, anunció este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alegando que existen para ello “razones de utilidad pública”, en aras de “restablecer la convivencia y la concordia” en toda la sociedad y de devolver a Cataluña la “prosperidad” perdida. La decisión, la más complicada de su mandato, allana el camino a buscar una solución dialogada con el secesionismo catalán y a que su apoyo parlamentario permita al Ejecutivo central agotar la legislatura, si bien promete elevar la contestación a Sánchez desde la oposición política y parte del empresariado, fuertemente dividido ante la medida de gracia.

Los indultos perdonan las penas de prisión pendientes de cumplir a los nueve presos del procés que continúan encarcelados tras ser condenados por el Tribunal Supremo a penas de entre nueve a 13 años de cárcel en relación a la consulta independentista ilegal del 1 de Octubre de 2017, en algunos casos por delito de sedición (los de los exconsejeros Joquim Forn y Jordi Turull; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, y los expresidentes de ANC, Jordi Sànchez, y Òmnium, Jordi Cuixart) y en otros también por el de malversación (el del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras y los exconsejeros Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull).

La medida está “condicionada”, matizó Sánchez, a que los beneficiarios no cometan ningún delito durante los próximos tres a seis años, según cada caso, y supone solo un indulto parcial pues mantiene las penas de inhabilitación para ejercer cargos públicos que les impuso el alto tribunal. Se espera que los nueve salgan hoy de prisión tras publicarse sendos decretos en el BOE.

El Gobierno tiende la mano

“Los indultos afectan de manera directa a nueve personas pero el Gobierno de España piensa en los cientos de miles de catalanes que se sienten solidarios con quienes están presos y también en muchos otros, tanto en Cataluña como en el conjunto de España, que no respaldaron sus actos pero creen que han sufrido suficiente castigo”, expuso Sánchez.

“Esta medida de gracia no exige que los beneficiados por ella deban cambiar sus ideas. No esperamos tal cosa. De hecho, las personas encarceladas jamás fueron sancionadas por sus ideas, sino por sus actos en contra de la legalidad democrática. Una democracia fuerte como la española no pide a nadie que renuncie a sus ideas pero exige que se defiendan en el marco de la legalidad y en respeto a todos los españoles”, defendió.

“En este día miramos al futuro con más optimismo. Con esta acción queremos abrir una nueva etapa de diálogo y reencuentro y cerrar de una vez por todas la división y el enfrentamiento. La Democracia española demuestra hoy su grandeza, y es una buena ocasión para que demuestren la suya aquellos que la cuestionan”, pidió Sánchez, prometiendo “un nuevo tiempo de diálogo” entre “personas que estamos muy alejadas en lo político pero que no podemos ignorarnos”. “Encontraremos dificultades en el camino pero creo que merece mucho la pena intentarlo”, aseveró.

“Es el momento de la política, de pasar página, de volver a la vía que nunca se debió abandonar. Es el momento de concentrar todas nuestras fuerzas en mejorar la vida de nuestro pueblo en estos momentos de dificultades y de muchas esperanzas”, adujo.

“Cataluña sin España ni sería europea, ni sería próspera, ni sería plural. España sin Cataluña simplemente no sería España, como Cataluña sin el resto de España no sería Cataluña”, ha dicho, asegurando que “hay camino” para reconducir la situación de descontento de buena parte de la sociedad catalana.

Sánchez se reunirá en los próximos días con el nuevo president de la Generalitat, Pere Aragonès, como paso previo a la constitución de una mesa bilateral de diálogo con el secesionismo en la que tratará de sacar partido a la ventaja electoral de ERC frente a otros sectores del independentismo más proclives a la vía unilateral. Su entendimiento será clave para el devenir de Cataluña y del Ejecutivo central, pues la coalición de PSOE y Unidas Podemos depende en buena medida del apoyo de Esquerra en el Parlamento para agotar la legislatura sin sobresaltos.

La respuesta del Govern

Aragonés, por su parte, ha valorado positivamente la decisión del Gobierno central aseverando que los indultos ayudan allanar el camino hacia una solución dialogada, que en su parecer pasa por pactar una consulta de autodeterminación.

“Es la hora de poner fin a la represión, es la hora de un referéndum acordado”, que tenga respaldo internacional, ha aseverado, reclamando “amnistía, autodeterminación, libertad y democracia” logradas con “negociación y acuerdo”.

“Es el momento de volver a hacer política”, ha dicho respaldado por todo su Govern, “con el compromiso de alcanzar una solución acordada” en forma de referéndum de autodeterminación acordado entre el Ejecutivo central y el autonómico al estilo del celebrado en Escocia.

A falta de ver qué frutos deja ese diálogo, la medida de gracia marca un punto y aparte en la legislatura nacional para el que Sánchez estudia impulsar cambios en su Gabinete. La idea es renovar algunos ministros clave para poner el foco en el fin de la pandemia, la recuperación económica, y las ayudas europeas, y tratar de dejar atrás el desgaste del Covid y de unos indultos que resultan impopulares fuera de Cataluña.

División patronal

De hecho, aunque su aprobación ha sido solicitada por el grueso de fuerzas vivas catalanas, incluyendo a empresarios y sindicatos, la defensa que hizo de ellos el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, causó una polémica interna que le obligó a matizar sus palabras. Del “bienvenidos sean” para normalizar la situación de Cataluña, que desde el 1-O ha perdido 7.500 empresas y el liderazgo económico regional, Garamendi pasó a avalar solo su respaldo constitucional y a admitir que generan opiniones muy diversas entre el empresariado.

El ejemplo lo dio este martes el presidente de la patronal madrileña CEIM, Miguel Garrido, que declaró que los empresarios madrileños se oponen a los indultos “muy mayoritariamente”. “Los empresarios de Madrid no estamos dispuestos a que cuestiones que nos atañen a nosotros sean tratados bilateralmente”, dijo, recoge Servimedia, criticando que el Gobierno ampare un diálogo con los secesionistas para que estos pidan más competencias para Cataluña e impuestos más altos para Madrid.

Críticas desde la oposición

En el frente político, el líder de la oposición y del PP, Pablo Casado, anunció que tratará de recurrir judicialmente los indultos, mientras que Vox le instó a secundar una nueva moción de censura contra el Gobierno y Cs se mostró crítico con la medida de gracia.

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