El intento de redención de AT&T merece indulgencia de los inversores
Combinar sus activos de medios con Discovery podría darle un enfoque, y arreglar los errores del pasado
La compra de Time Warner por parte de AT&T en 2018, que empalmó las telecomunicaciones y la programación televisiva, fue un ejemplo de lógica de dibujos animados como los de Bugs Bunny. El consejero delegado, John Stankey, tiene la oportunidad de intentar enderezarla. Una posible combinación de los activos de medios de AT&T con Discovery podría dar al grupo de telecos estadounidense un enfoque, y permitir que Stankey se distancie de los errores del pasado, incluido el suyo propio.
Las conversaciones de las que informó Bloomberg por primera vez el domingo verían a AT&T, de 230.000 millones de dólares, fusionar sus propiedades de WarnerMedia, que incluyen el servicio de streaming HBO Max, el estudio cinematográfico Warner Bros y redes de cable como CNN, con el imperio de la telerrealidad de 17.000 millones de dólares. Presumiblemente, AT&T seguiría a cargo del nuevo conjunto.
Un poco de separación demostraría que AT&T se está replanteando su transformación en una empresa moderna de medios de comunicación. A pesar de los 109.000 millones de dólares que gastó en la compra de Time Warner, Walt Disney, Netflix y YouTube (de Alphabet) han dejado en la sombra sus esfuerzos en el streaming.
HBO Max, lanzado en mayo de 2020, es apenas una fracción del tamaño de sus rivales, incluso con más de 60 millones de clientes. Mientras tanto, AT&T ha acumulado enormes deudas de más de 160.000 millones de dólares, a lo que no ha venido bien la compra en marzo por 23.000 millones de espectro inalámbrico al Gobierno de Estados Unidos para la construcción de su red 5G.
La disgregación por parte de AT&T del negocio de satélites DirecTV, con ayuda del fondo de compras TPG, sirve de precuela. AT&T es el accionista mayoritario, pero el servicio de televisión de pago por satélite funciona en plena competencia con su matriz.
Discovery también tiene un precedente alentador: cuando compró Scripps Networks Interactive en 2018, ambos previeron un ahorro del 3% de sus ingresos combinados. En un acuerdo con WarnerMedia, el mismo criterio significaría alrededor de 1.000 millones de dólares al año de ahorro, o alrededor de 9.000 millones, gravados y capitalizados.
Sean cuales sean los detalles finales, los inversores deberían ser indulgentes con cualquier cosa que intente deshacer la destrucción de valor que AT&T les ha infligido hasta ahora. Desde que se anunció la adquisición de Time Warner en 2016, la rentabilidad total para el accionista de la compañía es de apenas el 13%, frente al 49% de Verizon Communications. Si AT&T hubiera igualado a su rival, habría añadido más de 110.000 millones en valor de mercado y dividendos, en lugar de los 30.000 millones que los accionistas vieron realmente.
Para Stankey, es una forma de expiación. Aunque es nuevo en el puesto de CEO de AT&T, anteriormente dirigió DirecTV y Time Warner, lo que significa que es en parte responsable del pobre historial de la compañía en cuanto a operaciones. Pero deshacer una transacción temeraria sigue siendo algo encomiable y audaz.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías