El BCE absorbió con su plan antipandemia el 90% de la emisión neta de bonos soberanos en 2020
El gobernador del Banco de España explica que el PEPP equivalió al 30% de las necesidades de financiación bruta
El programa extraordinario de compras de deuda lanzado en marzo de 2020 por el BCE ha sido el sostén sobre el que los países del euro se lanzaron a emitir cantidades ingentes de bonos con los que hacer frente a la crisis. Lo hicieron a un coste mínimo de financiación y con la demanda asegurada gracias a la actuación del BCE, que con su programa antipandemia adquirió en el mercado el equivalente a más del 90% de las necesidades netas de financiación de los países del euro el año pasado, según ha avanzado hoy el gobernador del banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Se trata de una estimación preliminar lanzada por Hernández de Cos durante su intervención hoy en la I Conferencia Iberoamericana de Bancos Centrales, organizada por el Banco de España y la Secretaría General Iberoamericana. Las compras de deuda del BCE de su programa extraordinario antipandemia (PEPP por sus siglas en inglés) representaron casi el 30% de las necesidades brutas de financiación. Es decir, de todo lo emitido por los países del euro para afrontar el intenso incremento del gasto público frente a la crisis, y la menor recaudación, y también los vencimientos de deuda.
Las cifras de contribución del PEPP a la emisión neta y bruta, por el 90% y 30% respectivamente, en la zona euro son la media de la región pero las compras del BCE han tenido un efecto aún más determinante en algunos países como España. Así, en 2020 el Banco Central Europeo adquirió deuda soberana por 120.000 millones de euros, incluso por encima de la emisión neta realizada por el Tesoro el pasado año, que quedó finalmente en los 110.000 millones frente a los 130.000 estimados tras el estallido de la crisis. En esa cifra se incluiría no solo el PEPP sino el programa ordinario del BCE de compra de bonos soberanos.
En 2020, el BCE adquirió en su programa PEPP un total de 755.900 millones de euros, el equivalente a la totalidad del plan anunciado en marzo y que la gravedad de la crisis dejó pequeño. En diciembre se elevó a 1,85 billones de euros y quedó prorrogado hasta al menos marzo de 2022.
“La actuación del BCE está permitiendo evitar un aumento de los costes de financiación, que, en su caso, habría limitado significativamente la capacidad de las autoridades fiscales nacionales de apoyar la economía”, ha señalado Hernández de Cos, que ha destacado también la complementariedad de las medidas monetarias y fiscales con que se está combatiendo la crisis y que “ha resultado, de hecho, determinante para facilitar el flujo de financiación a la economía durante la crisis” .
De Cos ha recordado además que el momento económico actual es aún de “elevada intertidumbre y fragilidad”. Y ha advertido que “la posibilidad de que aparezcan tensiones en los mercados financieros y de un endurecimiento de las condiciones de financiación, en un contexto en el que se ha producido un notable aumento de la deuda pública y privada, es uno de los principales riesgos que deben afrontar los bancos centrales, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes”.