Amazon ingresó 5.400 millones en 2020 en España, casi la mitad que El Corte Inglés
El pasado año pagó más de 140 millones en impuestos directos en el país, donde ha invertido 6.800 millones desde 2011. La compañía tiene más de 12.000 empleados fijos
Amazon celebra este 2021 sus primeros diez años en España y lo hace con unas cifras que borran la imagen de aquella empresa de comercio electrónico que aterrizaba en el país tímidamente a través de la compra de BuyVip por unos 70 millones de euros. El gigante estadounidense defiende que en este tiempo se ha convertido en un “potente motor de crecimiento para la economía española” y ofrece datos que, asegura, lo demuestran.
Sus ingresos totales en España (una cifra que hasta ahora nunca habían hecho pública) alcanzaron los 5.400 millones de euros en 2020, casi la mitad que El Corte Inglés, que se prevé haya cerrado el año con unos ingresos en torno a los 11.000-12.000 millones, lastrada por el confinamiento y la crisis económica. El monto de Amazon, según explica la compañía a CincoDías, incluye tanto la facturación de las filiales de la compañía que operan de forma independiente en España y cuyas cuentas aparecen cada año en el Registro Mercantil, como la de las sucursales de Amazon EU Sarl (encargada de las ventas minoristas a través de Amazon.es) y de Amazon Web Services (negocio del cloud), las cuales reportan sus ingresos y ganancias a las autoridades españolas, y pagan los impuestos correspondientes en el país, pero presentan cuentas combinadas a través de su matriz en Luxemburgo.
La empresa también desvela que su contribución fiscal total en España fue de más de 261 millones en 2020, sumando impuestos indirectos de más de 121 millones (donde incluyen el IVA y las retenciones de impuestos pagados por sus empleados a la Seguridad Social), y directos, más de 140 millones, donde meten el impuesto de sociedades, los impuestos pagados por la compra de terrenos o construcción de instalaciones o los impuestos sobre las nóminas y la seguridad social pagados por Amazon.
Según las últimas cuentas publicadas por la empresa correspondientes a 2019, ese año las filiales independientes que publican sus cuentas en España tuvieron unos ingresos de 835 millones de euros y pagaron 9 millones en impuesto sobre beneficio.
Mariangela Marseglia, directora general de Amazon.es, también destaca la fuerte inversión hecha por la compañía –más de 6.800 millones en estos diez años–, tanto en inversiones de capital (centros logísticos, oficinas e infraestructura en la nube) como los gastos operativos (incluyendo los salarios). Solo en 2020, Amazon invirtió más de 2.500 millones. Su red logística acabó 2020 con más de 30 centros y planea reforzarla este año con la apertura de nuevos centros y estaciones logísticas, de los cuales ya han anunciado dos, en Murcia y Alicante. También planean lanzar para finales de 2022 o principios de 2023 una nueva región de AWS Europa en España, que supondrán la apertura de tres grandes centros de datos en Aragón.
Enrique Dans: “Amazon ha modernizado el ‘retail’ en el país; ha sido el dinamizador del ‘ecommerce”
Otros datos de los que presume Amazon son el número de pymes españolas que venden en su tienda (más de 9.000) y el empleo que ha generado desde 2011: 12.000 puestos en plantilla (casi 600 son desarrolladores de software, ingenieros informáticos y científicos de datos que trabajan en sus hubs tecnológicos de Madrid y Barcelona) y más de 82.000 empleos indirectos. Según Amazon, en 2020 pagaron una media de 27,4 millones al mes en sueldos y salarios a sus empleados en España. Y apunta que el salario base de entrada en sus centros logísticos es de más de 20.300 euros brutos.
Más allá de los números fríos, que sin duda muestran el enorme peso de la compañía en el país, Enrique Dans, profesor del IE Business School, asegura que la llegada de Amazon a España supuso una dinamización brutal del comercio electrónico. “De la noche a la mañana, había alguien contra quien competir y que marcaba los estándares en cuanto a excelencia en servicio, con un enfoque al cliente clarísimo, y con unos bolsillos profundísimos para marcar un liderazgo”. Dans defiende que, gracias a Amazon, los españoles han podido empezar a pensar en el comercio electrónico como en una auténtica alternativa para cada vez más categorías de productos. “Si no fuera por Amazon, muchas otras compañías no habrían mejorado en ese ámbito lo que han logrado mejorar. Amazon, en gran medida, ha modernizado el retail en España, y ha establecido prácticas que, de otra manera, posiblemente no habrían llegado”.
Fernando Aparicio, CEO de Amvos Digital, coincide en la opinión de Dans, pero también como este cree que todas las compañías que crecen hasta las dimensiones de Amazon marcan siempre claroscuros. “Que lo consideremos un jugador dominante con acusaciones cada vez más sostenidas de monopolio viene justificado por el hecho de que empieza a dominar la mente del consumidor a la hora de iniciar cualquier compra online”, señala este experto.
Aparicio recuerda que hasta hace unos años el viaje del consumidor digital solía iniciarse bien en Google bien en las redes sociales, como canales iniciales de un internauta que buscaba información sobre cualquier producto, pero ahora “la tienda del todo se ha convertido en un mastodóntico buscador de cientos de millones de productos con escasos rivales en el mundo online y, mucho menos, en el canal físico. Y si a esto le añadimos esa máquina de fidelización masiva llamada Amazon Prime, una especie de lista de los deseos que reúne por menos de 40 euros al año un paquete de servicios sin competencia en el mercado, es obvio que resulte cada vez más difícil que el consumidor no caiga rendido a sus pies, situación que, por cierto, la pandemia no ha hecho sino acelerar”.
Fernando Aparicio: “Es un jugador dominante con acusaciones de monopolio cada vez más sostenidas”
El CEO de Amvos Digital destaca como positivo cómo Amazon está permitiendo a muchas empresas españolas (sobre todo pymes) dar visibilidad a sus productos y poder internacionalizarse por un precio de menos de 40 euros al mes. Sin embargo, advierte cómo las empresas “se encuentran simultáneamente a un poderoso aliado en la estrategia de digitalización nacional e internacional, dado la calidad y cantidad de servicios que ofrece para la ejecución de la misma (Amazon Web Services, Logística de Amazon, Amazon Advertising, Amazon Pay, servicios de desarrollo de chatbots, etc), y, al mismo tiempo, a un proveedor opaco, con escasa transparencia en su toma de decisiones y con un poder de mercado descomunal que le permite imponer sus propias reglas”.
Aparicio cree que los límites de la disrupción que trae Amazon son difíciles de encontrar ante “la distancia sideral que está adquiriendo frente a otros competidores, digitales o no”. Por eso, Dans apunta que ve necesaria una regulación más elevada hacia los gigantes tecnológicos, “que han demostrado ser muy malos cuando se trata de autorregularse. Y esa mayor regulación debería terminar siendo positiva para todos”.
Algunos frentes abiertos
Amazon cumple los diez años en España en un momento en que la compañía lidia con una investigación formal en Europa por supuestas prácticas contra la competencia, que aún no se ha resuelto, y donde tratan de determinar si la empresa se aprovecha de los datos de los minoristas presentes en su marketplace en beneficio propio para ofrecer productos similares con su marca blanca.
Pero no es el único frente abierto. La compañía, que a menudo es criticada por sus condiciones laborales y por pagar pocos impuestos, está teniendo que hacer frente a la nueva tasa Google y muy probablemente se verá impactada por la inminente ley de riders, después de que la Inspección de Trabajo determinara que los conductores de su servicio Amazon Flex son falsos autónomos y se dieran de alta en la Seguridad Social a más de 3.000 de estos profesionales.