El Vix recupera los niveles prepandemia e ignora cualquier señal de burbuja
La complacencia domina pese a la incertidumbre económica
La incertidumbre trata de desaparecer de los mercados a medida que avanza la campaña de vacunación frente al Covid-19 y se acerca el final de las restricciones a la movilidad, y a pesar de que la lluvia de estímulos monetarios y fiscales también esté provocando una distorsión en los precios de numerosos activos de impredecibles consecuencias. Wall Street, que frenó tan solo unas semanas en 2020, sigue sumando máximos históricos mientras en Europa, los principales parqués afrontan el nuevo año con subidas sostenidas, a excepción del Ibex 35, que queda rezagado.
Esta fe en la recuperación económica se traduce en una caída del índice Vix a niveles previos a la pandemia. El indicador de volatilidad del S&P 500 se sitúa en el entorno de los 21,5 puntos porcentuales, aunque el pasado jueves bajó de los 20 puntos, un umbral que no cruzaba desde el 21 de febrero de 2020. Un mes antes, el 17 de enero, tocó los mínimos anuales, 12,10 puntos, e inició un rally que le llevó a máximos históricos en 82,09 puntos el 16 de marzo, cuando el virus ya había detenido al mundo entero.
Pese a que desde entonces, el índice ha caído un 583%, se teme que se trate de una calma tensa que pueda estallar en cualquier momento. "En un escenario ideal, con la pandemia remitiendo y la economía rebrotando con fuerza, podrían aparecer nuevos temores, como el repunte de la inflación o el temor a que los bancos centrales comiencen a retirar su apoyo en un contexto donde la recuperación será desigual", explica Patricia García, analista de estrategia de mercados de Macroyield. Además, apunta que el llamado "índice del miedo" se encuentra "muy cerca ya de su media histórica desde 2007: el 19,7%".
Sin embargo, Celso Otero, gestor de fondos y especialista en mercado americano de Renta 4, afirma que "lo normal es que el Vix siga a la baja, pierda los niveles de 20 y se sitúe entre los 10 y 20 puntos, donde ha estado en la última década". "Solo si empezásemos a ver un frenazo de los bancos centrales en política monetaria, un incremento de los contagios, vacunas que no funcionan, una vuelta a la situación de confinamiento y una parada prolongada de la actividad, podríamos volver a volatilidades superiores", concluye.
Apuesta por el riesgo
Mientras tanto, alentados por esta buena racha en los mercados, que ensanchan su brecha con la economía real, la toma de riesgo de los gestores de fondos sigue creciendo, optando incluso por la apuesta del bitcóin, según la última encuesta de gestores realizada por Bank of America entre el 5 y el 11 de febrero a más de 204 participantes, con activos bajo gestión por más de 600.000 millones de dólares.
Las posiciones en cartera en materias primas y renta variable están en los niveles más elevados desde 2011, mientras que la liquidez ha caído al nivel más bajo desde marzo de 2013. Tras el fuerte rally desde noviembre, los gestores continúan tomando riesgo y esa liquidez ha retrocedido al 3,8% justo al nivel previo a cuando, en la primavera de 2013, la Fed lanzó una señal de frenar el programa de compra de deuda que inició en 2008, con la consiguiente sacudida en el mercado. Un factor que, apuntan desde Macroyield y Renta 4, podría poner fin a la bajada del Vix.
Asimismo, los gestores estiman como el segundo mayor riesgo una posible restricción monetaria, solo por detrás de la posibilidad de un retraso en la distribución de las vacunas frente al coronavirus. Pese a ello, mantienen su confianza en Wall Street y tan solo el 13% de los gestores consultados por Bank of America considera que mercado bursátil estadounidense esté en niveles de burbuja pese a los récords diarios. Otro 27% cree que el mercado está en el inicio del ciclo.
Los inversores apuestan por la volatilidad
Activo de inversión. Los inversores tienen el foco puesto en la volatilidad del mercado. Así, la semana pasada, el principal fondo cotizado que se beneficia de las subidas del Vix, el ETF ProShares Ultra VIX Short-Term Futures, pasó en tan solo cuatro días de 1.600 millones de dólares en activos a 2.200 millones. Es decir, un incremento del 40%. No obstante, no está claro si detrás de estos movimientos hay una apuesta por un nuevo repunte del Vix o un intento de contenerlo, mediante su compra para posteriormente prestar posiciones a inversores bajistas. Este último punto estaría sustentado también por el hecho de que el número de acciones vendidas a corto ha aumentado hasta niveles máximos de marzo de 2020, según los datos de IHS Markit.