El PIB salva el otoño con un alza del 0,4% pero se desploma un inédito 11% en primer año de pandemia
La economía española evita, de momento, una doble recesión por el Covid-19 pero sufre la mayor caída desde la Guerra Civil y pierde el equivalente a un millón de puestos de trabajo
La economía española parece haber conjurado, de momento, la amenaza de una segunda recesión como consecuencia de la crisis del Covid-19. Pese a los pronósticos del grueso de analistas, el PIB logró salvar en positivo el cuarto trimestre de 2020, año que cierra, en todo caso, con el mayor retroceso económico sufrido por el país, al menos, desde la Guerra Civil.
Así lo apuntan los datos avanzados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que arrojan a un incremento del PIB del 0,4% en el otoño y a un descenso interanual del 9% al cierre del ejercicio, que asciende al 11% en términos de volumen perdido.
El país, por tanto, concluye con una caída a doble dígito el primer año bajo la pandemia del coronavirus. Un ejercicio marcado por dos estados de alarma nacionales, el Gran Confinamiento, el cierre temporal de fronteras, el cese de toda la actividad no esencial en el inicio de la emergencia sanitaria y por una paulatina, frágil e incompleta recuperación que se ha visto amenazada por otras dos oleadas del virus y por nuevas baterías de restricciones de corte autonómico.
La economía española comenzó el año sufriendo un descenso inédito 5,3% en el primer trimestre de 2020, por el impacto de solo dos semanas de marzo bajo el primer estado de alarma decretado para tratar de contener la propagación del virus por el país.
A partir de ahí, el Gran Confinamiento, que duró entre el 14 de marzo y comienzos de mayo, cuando arrancó la desescalada de las restricciones que culminó a finales de junio, así como las primeras semanas de cierre total de toda la actividad no esencial, y la parálisis generalizada en la que se vió sumido el país y el planeta causaron un desplome del PIB español del 17,9% en elsegundo trimestre.
A la caída en vertical en esta sima económica, en todo caso, le siguió la sorprendente reactivación económica que supuso el verano. La temporada estival, la reapertura de fronteras y el drástico cambio de tendencia sobre la parálisis de la primavera permitieron que la economía rebotara un 16,4%, marca nunca vista.
La mayor incertidumbre, en todo caso, venía pesando sobre el devenir de un otoño marcado por la segunda ola de la pandemia. De un lado, el Gobierno evitó impulsar un nuevo confinamiento generalizado, pero, de otro, las regiones comenzaron a poner en marcha distintos modelos de restricciones que han llegado a parecerse bastante en algunos momentos y la comparativa trimestral se hacía ya sobre un verano de gran actividad.
Finalmente, sin embargo, España parece haber evitado por los pelos el amago de una doble recesión, que los analistas ya empiezan a dar por sentado que se dará en buena parte de la eurozona con retrocesos económicos en el cuarto trimestre de 2020 y el primero de 2021 (son necesarios dos consecutivos para hablar de recesión, técnicamente).
De momento, en todo caso, el avance del 0,4% en el último trimestre del año contrasta con la previsión mayoritaria de los economistas de que el PIB se contraería hasta un 3% en el otoño, y mejora ligeramente el escenario central del Banco de España, que asumía una contracción del 0,8%.
El Gobierno, por su parte, venía defendiendo que el PIB acabaría el año en positivo, y se amparaba en los indicadores recogidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que a comienzos de mes vaticinaba un incremento del 1,3% en el trimestre. En cuanto a la caída anual, con una pérdida de volumen del 11% que no se había registrado antes en las series oficiales, la cifra casa con el -11,2% proyectado por el Ejecutivo.
El dato publicado hoy por el INE es, no obstante, un mero avance indicativo de la evolución económica elaborado fundamentalmente con los datos disponibles hasta el mes de noviembre así como con otros indicadores adelantados, por lo que habrá que esperar aún varias semanas para conocer el dictamen definitivo de Estadística.
Demanda nacional y externa
De momento, como resultado de los vaivenes de 2020, el PIB concluye el año en los 1.119.976millones de euros, a precios corrientes, tras un descenso interanual del 9,1%, del 10% en precios corrientes y del citado 11% en volumen (frente al avance del 2% de cierre de 2019, cuando el país solo afrontaba una desaceleración del crecimiento logrado tras la crisis financiera anterior).
Según la información detallada por el INE, el principal lastre para la economía fue la caída de la demanda nacional, del -6,3% (nueve décimas superior a la del tercer trimestre). Por su parte, la demanda externa resta otros -2,7 puntos (nueve menos que el trimestre anterior).
Del lado de la demanda nacional, el gasto en consumo cae un 4,4% interanual; a caballo entre el descenso del 8,4% en el de los hogares y el incremento de gasto del 7% por parte de las administraciones públicas. La inversión, medida por la formación bruta de capital, cae un 14,3% en el año, con reducciones del 12,7% en los activos fijos materiales. La inversión en viviendas, edificios y construcciones se rebaja un 17,5% mientras que la dirigida a maquinaria y bienes de equipo cede un 6,4%. La destinada productos de la propiedad intelectual cae un 2,1%.
En el caso de las exportaciones de bienes y servicios, el descenso interanual es del 20,6%, mientras que las importaciones se dejan un 14,1% respecto al cuarto trimestre del año 2019, según los datos recopilados por el INE.
Por sectores, el descenso interanual de la actividad fue del 8,5% en servicios (-19,1% en comercio, transporte y hostelería); del 15,9% en la construcción; del 1,7% en la industria mientras que el sector primario sube el 10,1%.
Un millón de puestos de trabajo
En el caso del empleo, en términos de horas trabajadas, la variación intertrimestral es del 0,5%, alcanzando el 0,9% en los puestos de trabajo a tiempo completo (15,1 puntos menos que en tercer trimestre) por la reducción de las jornadas medias a tiempo completo, que caen un 0,4%.
En términos interanuales, las horas trabajadas descienden un 6,3%, una décima inferior a la registrada en el tercer trimestre, mientras que los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo retroceden un 5,4% (una décima más). Como consecuencia, se habrían perdido el equivalente a 1,009 millones de puestos de trabajo en el año.
Por sectores, la caída interanual de las horas trabajadas fue del 7,7% en la industria; del 5,3% en la construcción, y del 6,5% en el ámbito de los servicios; siendo del 1,8% en las ramas primarias de actividad.
El INE también detalla que la remuneración de los asalariados sufrió un descenso del 3,6% en el cuarto trimestre del año (1,2 puntos más que en verano) al caer un 5,6% el número de los asalariados.
Por su parte, la variación interanual del coste laboral unitario se sitúa en el cuarto trimestre en el 6,1%. A su vez, el deflactor implícito del PIB aumenta un 0,7% respecto al mismo trimestre de 2019, siete décimas menos que las recogidas al cierre del verano.
Está por ver ahora qué depara 2021 a la economía española. Aunque la aprobación de las distintas vacunas testadas contra el Covid ha dado esperanzas, el ritmo de la campaña de inmunización avanza más lento de lo esperado y el ejercicio parece condenado a parecerse más a 2020 de lo que cabía esperar, al menso en el arranque del año.
Los analistas y organismos oficiales han comenzado a rebajar sus expectativas y, aunque se da por hecho que el año cerrará en positivo, no se descarta algún nuevo bache en el camino tras un arranque de ejercicio marcada por la virulencia de la tercera ola del Covid-19, y las consecuentes restricciones impulsadas, que está dejando algunas de las peores marcas de toda la pandemia.