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Joan Batalla (Sedigas): “El fondo para renovables responde al pasado y a las eléctricas”

Sugiere que se sufrague con los Presupuestos; cifra en el 10% el mayor coste que tendrá para el consumidor del gas con tarifa regulada

Joan Batalla, presidente de Sedigas.
Joan Batalla, presidente de Sedigas.Marta Jordi

Joan Batalla asumió la presidencia de Sedigas el pasado mes de noviembre de 2020 para los próximos cuatro años. Es el primer presidente independiente de la asociación que integra a las empresas gasistas en España. Cuenta con una gran trayectoria profesional vinculada al sector energético. Desde 2015 es director general en la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam). Con anterioridad, entre 2005 y 2011, fue jefe de gabinete de Presidencia en la Comisión Nacional de Energía (CNE), integrada actualmente en en la CNMC. Posteriormente fue consejero de dicho organismo, responsabilizándose de la definición del desarrollo del marco regulatorio del sector energético en España hasta 2013. Batalla charla con Cinco Días sobre las últimas medidas del Gobierno para la reforma energética.

R. PREGUNTA: ¿Cómo valora el fondo que ha diseñado el Ejecutivo para financiar las energías renovables a través de todas las comercializadoras de energía?
R. RESPUESTA: Antes de nada, Sedigas tiene un firme compromiso con la descarbonización. Estamos convencidos de que para conseguir los objetivos de descarbonización es necesario el esfuerzo de todos los actores y en cualquier tipo de energías renovables. Las renovables eléctricas van a ser un pilar fundamental para la transición, pero también habrá otros vectores como el hidrógeno y los gases, que serán útiles en la medida que la electricidad no va a poder llegar a todos los usos energéticos que son necesarios descarbonizar. Lo que nos preocupa del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) es que propiamente no es un fondo de transición energética a futuro. No estamos viendo cómo se van a financiar todas esas energías renovables eléctricas y no eléctricas de cara a la transición a 2030 y 2050, sino que se trata de ver cómo se sufragan los costes asociados a las renovables del pasado, a los sobrecostes del Recore (régimen retributivo de las renovables, cogeneración y residuos). Pensamos que el diseño del fondo responde a una cuestión del pasado y al sector eléctrico.
R. P: Repsol ha dicho que el FNSSE solo sirve para pagar las fiestas de las eléctricas. Naturgy ha anunciado que abandona la patronal eléctrica Aelec por apoyarlo. ¿Cómo se debería haber diseñado el fondo para evitar polémicas y malestar?
R. R: En la medida en que es una cuestión que tendría que ser de largo plazo, el fondo no deja de recoger la necesidad de revisar la fiscalidad medioambiental, lo que requiere de un sosiego para analizar cada una de las alternativas existentes y ver cómo se puede realizar esa visión de futuro. Más allá de eso, todas las asociaciones tenemos un papel destacado para poner encima de la mesa esas soluciones que creemos que son más eficientes. Desde Sedigas esa es nuestra voluntad, la de colaborar con el Gobierno.

Estamos comprometidos con la descarbonización. El gas tiene futuro para su desarrollo en las próximas décadas

R. P: ¿Hace falta una reforma fiscal medioambiental?
R. R: Sedigas está convencida de que es necesaria una reflexión global. Deben participar todos los vectores energéticos. Con todo, hablamos de un fondo para el reparto de los costes de las renovables, y hay cuestiones a revisar. Por ejemplo, el carbón no está incluido entre los contribuyentes al fondo; es sorprendente, por citar algo. También es oportuno analizar el impacto que va a tener en el consumidor doméstico y el industrial.
R. P: ¿Qué impacto calcula, por la creación del FNSSE, en los consumidores de gas?
R. R: Nuestras primeras estimaciones se sitúan en un impacto realmente significativo, de seis euros por megavatio hora en el consumo de gas, lo que tiene una incidencia en el sector industrial del orden del 25% de los costes energéticos [peajes]. En el sector doméstico (hogares) calculamos que el impacto podría ser del 10% en los clientes de tarifa regulada TUR1 y TUR2. Estamos preocupados por el impacto de esta subida de costes sobre la competitividad del sector.

El nuevo fondo también cuenta con un componente regresivo, ya que las rentas más bajas van a tener dificultades para calentar sus viviendas

R. P: ¿Cuáles son las alegaciones que ha hecho Sedigas al fondo?
R. R: Hemos trasladado al Gobierno que Sedigas está a favor de cualquier medida que favorezca la transición energética, pero que se fomenten tanto renovables eléctricas como no eléctricas. El hidrógeno es un vector de futuro y los biogases requieren desarrollo. Tenemos infraestructuras que permiten alcanzar la consecución de estos objetivos de manera eficiente en costes. Dicho esto, se ha diseñado un fondo de reparto para verter sobre todos los sectores energéticos los costes de las renovables del pasado, lo que tiene efectos discriminatorios. No va a tener el mismo impacto en la España fría (uso masivo de gas) que en las segundas residencias de Levante (aires acondicionados). También cuenta con un componente regresivo, ya que las rentas más bajas van a tener dificultades para calentar sus viviendas, porque no supone un ahorro de electricidad, sino un reparto con otros vectores energéticos.
R. P: ¿Hubiese sido mejor sufragar el fondo vía Presupuestos?
R. R: Sería lo lógico. Obviamente, el impacto de los precios y la competitividad la compartimos todas las asociaciones. Dentro del sector eléctrico se ha producido un incremento de los costes fijos y una medida podría haber sido su imputación a los Presupuestos Generales del Estado, igual que en estos momentos existe la financiación del 50% de los sobrecostes insulares y peninsulares. Es una vía a explorar para reducir estos costes hundidos sin trasladarlos a los consumidores.
R. P: El Gobierno lo valoró, ¿por qué finalmente no se hizo así?
R. R: Lo desconocemos, pero es un elemento que en la discusión parlamentaria (el fondo aún está en fase de anteproyecto de ley) se debería tener en cuenta a la hora de buscar el mejor diseño posible.
R. P: ¿Está de acuerdo con las estimaciones del Ejecutivo de reparto del fondo entre sectores?
R. R: Más allá del criterio usado por el Gobierno, nuestra reflexión es que se tienen que recuperar 7.000 millones, que es el coste del Recore. Dentro del sistema de recuperación de estos 7.000 millones se determinarán reglamentariamente exenciones y compensaciones a determinada tipología de consumidores. Ahora es difícil estimar el impacto global sobre los consumidores domésticos en la medida en que no sabemos el volumen de exenciones ni tampoco el tejido productivo que no esté exento.
R. P: ¿Qué opina sobre las subastas de renovables que ha reiniciado el Gobierno, la primera a celebrar mañana día 26 de enero?
R. R: Como economista más que como presidente de Sedigas, podemos decir que va en línea de lo establecido por la UE en sus diferentes directivas. Cualquier subasta es el mejor mecanismo, el más eficiente para asignar recursos. En este sentido, permite una asignación eficiente de esa nueva capacidad de generación al menor coste posible.
R. P: ¿El gas es el problema o la solución para que no se repitan subidas del precio de la luz como las vividas con la ola de frío?
R. R: Ha habido muchos condicionantes que lo explican como el incremento de demanda o la menor aportación de las renovables. El gas ha estado ahí, garantizando el suministro de energía cuando se le necesitaba. Ahora los precios están normalizándose.
R. P: ¿Cómo ve el uso del gas en el contexto general de descarbonización a medio y largo plazo? ¿Qué puede aportar el sector?
R. R: El gas tiene mucho futuro. Obviamente avanzamos hacia una vector eléctrico muy relevante. Con todo, la asociación Euroelectric (asociación europea de electricidad) reconoce que el potencial de la electrificación tiene sus límites. Su propio escenario plantea que para 2050 en el sector industrial se llegue como mucho a un 50% de electrificación. En el caso del transporte, se podría llegar al 60%. Por tanto, habrá determinados usos energéticos donde no será posible la descarbonización a partir de la electricidad. Habrá otros vectores energéticos que van a contribuir y ser parte de la solución de la descarbonización, y uno de ellos será el gas. El gas permitirá, además, el aprovechamiento de las infraestructuras existentes para la inyección de gases renovables y dar respuesta a las necesidades del tejido industrial. También hay que resaltar la estrategia del desarrollo del hidrógeno verde. Todo ello no quita que tenemos que seguir avanzando en la estrategia de descarbonización del sistema gasista. Es lo que estamos haciendo y continuará en los próximos años. Es la gran apuesta de las empresas del sector.

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