¿Cómo es la cartera modelo que aconsejan los gestores para el nuevo año?
La renta variable es la apuesta general y obligada, ante las mínimas rentabilidades de la deuda
La principal promesa de rentabilidad para 2021 está en la Bolsa, aunque no todo vale. La pandemia ha demostrado que hay una serie de sectores que han confirmado su proyección a futuro, como la tecnología y la salud, y que seguirán siendo una apuesta atractiva en el año nuevo, y otros tantos cuya suerte queda ligada a la recuperación económica y que no van a regresar a los beneficios con igual intensidad.
En BlackRock, la mayor gestora del mundo, son prudentes con la Bolsa y su posición estratégica en renta variable es neutral, a la vista de las elevadas valoraciones y de un entorno desafiante para la generación de beneficios y el reparto de dividendos. Pero sí hace una apuesta táctica por las compañías tecnológicas estadounidenses de calidad, que han mostrado sobrada resistencia este año. Son la baza en caso de decepción en la política fiscal o en la distribución de la vacuna. Y también confía en los valores cíclicos, aunque de forma selectiva.
La receta bursátil de UBS para 2021 son los valores de mediana capitalización estadounidense, las empresas de pequeña y mediana capitalización de la zona euro, determinados valores financieros y de energía y los sectores industrial y de consumo cíclico. “En conjunto, prevemos que las rentabilidades nominales se situarán en una media del 5% al 8% anual en los mercados desarrollados (en dólares), en comparación con el 9% a lo largo de los últimos 15 años”, añade la entidad suiza.
La inflación no es en ningún caso una amenaza capaz de restar en el nuevo año rentabilidad real a la Bolsa. De hecho, los principales bancos centrales mantienen a toda máquina sus estímulos en su ausencia. Para Goldman Sachs, la falta de presión inflacionista es, además, motivo para apostar por la renta variable. “Las Bolsas han registrado los mayores retornos anuales en los periodos en los que la inflación es muy baja, por debajo del 1% aunque en ascenso”, explica el banco estadounidense, que prevé que la Bolsa global registre un incremento en el beneficio por acción en 2021 del 34%, frente al descenso del 20% sufrido en 2020.
“A medida que la actividad comercial se recupere en 2021, anticipamos un fuerte repunte en los beneficios corporativos. El aumento del crecimiento de los beneficios es positivo tanto para las acciones como para el crédito, pero proporciona un viento de cola más significativo para los mercados de valores. Por eso, históricamente, la renta variable ha generado mayores rendimientos durante las primeras etapas de un ciclo económico”, insisten desde Pimco.
La inversión temática será también otra de las pautas para invertir en Bolsa en 2021, aún más relevante tras el Covid-19, señalan desde Schroder. El cambio climático, la innovación sanitaria, la urbanización, la automatización y la digitalización, temas relevantes desde hace años, seguirán marcando el paso de la economía mundial.
Sectores: Industria para la recuperación sin olvidar la tecnología
El año de la pandemia ha sido el del triunfo bursátil de la tecnología. Tras repuntar de media más del 50% en 2020, las cinco principales empresas tecnológicas de EE UU suponen ya alrededor de un octavo del índice de renta variable MSCI AC World, más que el mercado de China, el Reino Unido y Suiza juntos, según apuntan desde UBS. Pese al alza fulgurante, los gestores no piensan ni mucho menos en dar la espalda al sector tecnológico en 2021, pero la apuesta es decidida por los valores cíclicos, los más castigados en 2020 y que en el nuevo año se verán favorecidos por la recuperación de la economía.
“El año 2020 ha sido, sin duda, el año del ‘stay at home’ y de los valores a prueba de pandemias, pero 2021 puede ser el año de la recuperación de los valores más representativos de la anterior normalidad”, señalan en la división de banca privada de Santander. Así, las compañías como Netflix o Zoom cederían el paso a los clásicos de la industria, la química o la automoción. La banca o el turismo, los sectores más golpeados por la pandemia, generan más dudas. Son los más sensibles a los contagios y el sector terciario y de servicios será después de todo el último en recuperarse. Pero los gestores sí coinciden en que será el momento de buscar oportunidades por valoración, en un mercado en el que la brecha entre las empresas de crecimiento y las value se ha ampliado como nunca.
Geografías: La oportunidad de la Bolsa europea y de un dólar más débil
La querencia por los valores tecnológicos seguirá dando fuelle a Wall Street pero la apuesta cíclica dará una oportunidad en 2021 a la Bolsa europea, mucho más dañada que la de EE UU por el coronavirus. Barclays es una de las firmas que ha aumentado su exposición a los sectores cíclicos europeos, sobreponderando industria, consumo discrecional y también finanzas. Y sobrepondera también a España e Italia frente a Francia y Alemania, es decir, a las economías donde más se ha hundido el PIB en 2020. En Santander ven un panorama más favorable para la Bolsa europea, con una composición sectorial más cíclica, con mayor peso de bancos, automóvil y energía. “Esta situación puede permitir que surjan oportunidades de inversión, dado el deseo de rotación de los inversores”, añade la entidad. En BBVA AM auguran incluso un alza del 15% para la Bolsa europea en 2021.
En Goldman Sachs aseguran no tener una preferencia por áreas geográficas pero sobrepondera en Wall Street a tecnología de la información y salud, además de industria y materiales. Y en Europa pone el foco en banca, energía, automoción, materias primas y construcción. Calcula además un alza a un año del 22% para el S&P y del 14% para el Stoxx Europe 600, en moneda local. Y el tipo de cambio será determinante para el inversor europeo en Wall Street. Los expertos auguran un dólar más débil en 2021, con previsiones que llegan a un 20% de caída.
Emergentes: Cita obligada con China y su órbita asiática
La presencia en cartera de los mercados emergentes ha dejado de ser una anécdota y de cara a 2021 es cita obligada. La cuestión ya no es si incluir o no dosis de estas economías sino en qué medida, una vez comprobado con creces que los emergentes asiáticos han salido reforzados durante la crisis frente al mundo desarrollado. China, origen de la pandemia, ha sido la primera gran economía en sobreponerse al coronavirus y en 2021 se prevé que crezca más del 8%.
“La esfera emergente presenta la doble ventaja de una reactivación económica más rápida y de una posición encomiable en los sectores de crecimiento”, resumen en Carmignac. “Las Bolsas emergentes puede que sean las grandes ganadoras. No solo China. sino Corea del Sur y Taiwan”, añaden desde Barclays, donde destacan que estos países han logrado un control más efectivo del Covid-19. La perspectiva a largo plazo de los emergentes es más prometedora, insiste UBS, que prevé que ofrezcan una rentabilidad anual media del 9,4%, frente al 4% de los últimos 15 años, “gracias a unas valoraciones iniciales más bajas, a un perfil demográfico general más favorable y a un mayor potencial de ganancias de productividad”. Asia es el destino predilecto por la fortaleza de sus economías y el componente tecnológico aunque América Latina, mucho más golpeada por la crisis, también tendrá a su favor un dólar más débil y potencial de recuperación.
Renta fija: Mayores dosis de riesgo, a la sombra de la renta variable
La deuda soberana de las economías desarrolladas ha dejado en 2020 ganancias inimaginables gracias a la labor de los bancos centrales. La caída en picado de rentabilidades ha permitido plusvalías por el alza de precios, aunque unos rendimientos en negativo, o casi, desaconsejan jugar la baza de este activo en 2021. Los mínimos cupones invitan a tomar más riesgo en otros activos dentro del universo de la renta fija y hay nichos de mayor rentabilidad no necesariamente peligrosos, dada la anestesia generalizada que imponen en el mercado las compras de los bancos centrales.
En BlackRock sobreponderan la deuda corporativa asiática, fruto de una mejor contención de la pandemia que en Occidente, y los bonos de alto rendimiento y han mejorado su posición a neutral para la deuda emergente en moneda local. También sobreponderan la deuda soberana de la periferia europea, a pesar de los rendimientos en mínimos históricos. En Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, reconocen que la renta fija es menos atractiva que la variable pero ven oportunidades en la deuda emergente y la corporativa del mercado estadounidense de vivienda. “Creemos que la renta fija tradicional debería seguir siendo una fuente fiable de diversificación contra un choque de crecimiento, pero las tasas bajas y el riesgo de un choque de inflación hacen necesario ampliar el menú”, añaden.
Diversificación: Materias primas al alza y oro como valor seguro
Aunque la Bolsa sea el activo más prometedor para 2021, el mantra de los gestores es la diversificación de la cartera, lo que pasa por incluir también dosis de oro, que ha demostrado en 2020 su valía como refugio, y de materias primas, que esperan su momento alcista al calor de la recuperación de la economía. Goldman Sachs se mantiene neutral en materias primas en el más corto plazo pero para un horizonte de 12 meses sí las sobrepondera, en el contexto de lo que califica “un nuevo y estructural mercado alcista”. La recuperación de la demanda traerá de forma inmediata la subida de precios: ve subidas en el cobre, valiosa materia prima para la industria de semiconductores, y al petróleo Brent en los 65 dólares entre finales de 2021 y principios de 2022, frente a los 51 dólares de final de 2020. En UBS destacan que los precios de las materias primas tienen amplio margen de recuperación y prevén que en los próximos 15 años los índices generales de materias primas rendirán alrededor de un 5% en tasa anualizada, impulsados por las fuertes rentabilidades previstas en la energía. Su estimación para el Brent a finales de 2021 es de 60 dólares el barril.
La suerte del oro, que ha subido el 24,5% en 2020, irá ligada a las expectativas de inflación. Su gran baza a futuro es la de preservar la rentabilidad real de la cartera y consolidarse como alternativa a la deuda más conservadora. Y si el guion de la vacuna y la pandemia llegara a torcerse en 2021, es activo obligado en cartera.
Activos ilíquidos: Fondos de capital riesgo para dar solidez a la cartera
“Las estrategias de inversión tradicionales se verán cuestionadas ya que ninguna clase de activos ofrece hoy una solución integral a las diferentes necesidades financieras de los clientes”. Así resumen en Santander Wealth Management & Insurance el desafío futuro en la búsqueda de rentabilidad. Los fondos de capital riesgo surgen como nuevo ingrediente, aunque al precio de su iliquidez y de estar reservados a un perfil de cliente de riesgo y patrimonio por encima de la media. “Vemos a los mercados privados jugando un importante papel para dar resistencia a la cartera en un mundo en el que los bonos soberanos puede que ya no vayan a servir para diversificar”, apuntan desde BlackRock.
La apuesta por el capital riesgo supone la incursión en los activos no cotizados. Estos vehículos destinan sus recursos a la adquisición de compañías en las que observan un claro potencial de mejora y en las que aplicar profundos procesos de cambio para obtener rentabilidad a la inversión. En un momento de crisis como el actual, surgen de hecho como tabla de salvación para compañías en graves dificultades. Durante los últimos 20 años, los fondos de capital han generado un retorno del 11,3% de forma anualizada, frente al 5,9% del S&P 500. “Las mejores añadas para esta inversión se producen en los momentos posteriores a una importante recesión”, recuerdan en Santander.