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Canarias

El 10% del PIB de las islas, en cuarentena a la espera del Brexit

El turismo da por hecha una perniciosa devaluación de la libra. Mientras, el campo seguramente perderá ayudas públicas

El primer ministro británico, Boris Johnson, el 15 de diciembre
El primer ministro británico, Boris Johnson, el 15 de diciembre Getty Images

Una nueva amenaza asoma para la economía de las Islas en 2021. Responde al nombre de Brexit y se ha convertido en un clásico popular del repertorio político en la Unión Europea. Pero la canción suena con más fuerza en las Islas, en su condición de socio estratégico, desde hace siglos y muy intensamente en el presente, de ese imperio comercial que siempre ha sido el Reino Unido. En plena negociación navideña, Canarias le ha puesto decibelios a esa conversación desafinada: el 10% del Producto Interior Bruto del Archipiélago está condicionado de un modo u otro por el desenlace de la desconexión británica del club europeo. El turismo, porque en el año 2019 facturó 4.760 millones de euros -según datos oficiales de la empresa pública Promotur Turismo de Canarias- gracias a los visitantes británicos; y la agricultura de exportación, porque dos cultivos, tomate y pepino, envían la mitad de su producción a puertos del Reino Unido.

“Pandemia y Brexit constituyen, a efectos de nuestra relación con el Reino Unido, una tormenta perfecta”, afirma José Miguel González, economista jefe de la consultora canaria Corporación 5. Y lo es con dos escenarios en el horizonte: el malo y el peor. “El peor sería un Brexit sin acuerdo entre el Reino Unido y la UE, porque supondría un incremento inmediato de los costes de transacción, con nuevos aranceles y trámites burocráticos, y además quedaríamos al albur de una nueva negociación, ya fuera de la propia Unión o bilateral entre los gobiernos español y británico”, explica el economista, quien da por hecha la pérdida de competitividad de Canarias como destino para el turista británico por culpa de la, a su juicio, inevitable depreciación que sufrirá la libra esterlina en búsqueda de nuevos mercados para su estrategia global al margen del club europeo. “Bueno para Turquía, malo para Canarias”, sentencia González, con especial impacto para dos islas: Lanzarote (el 58% de sus visitantes a Canarias en 2019, el último año normal del turismo prepandémico llegó desde las Islas Británicas) y Tenerife (el 40% de su mercado foráneo vino desde el Reino Unido).

La pandemia pasará y los británicos regresarán a las Islas, pero la duda reside en la firmeza de una recuperación que se medirá a la incertidumbre sobre la conectividad aérea, pendiente como está la continuidad de Reino Unido bajo el paraguas del cielo único europeo a partir de 2021.

No conviene obviar una circunstancia: Reino Unido ya no forma parte de la UE, de modo que el Brexit es una realidad que ahora se torna en amenaza al expirar el periodo transitorio sin que las negociaciones bilaterales hayan fructificado hasta la fecha. No es muy optimista al respecto el portavoz de los exportadores de tomate y pepino de las Islas, Gustavo Rodríguez, quien define con claridad hasta qué punto ambos cultivos dependen del mercado británico para hacer viable a este subsector: “En Canarias quedan seis empresas exportadoras de tomate, cuando hace una década eran dieciséis, y exportamos a Reino Unido la mitad de las 58.000 toneladas que producimos cada año”.

En el caso del sector primario, la diferencia entre el Brexit con o sin acuerdo viene dada por las barreras arancelarias que podrían entrar en vigor si la negociación termina en fracaso. “Para los trámites que habrá que aplicar desde enero próximo ya estamos preparados, pues los aplicamos por el estatus especial de Canarias en la UE, pero no es lo mismo un acuerdo comercial inocuo que un arancel del 8% entre noviembre y abril, que es la campaña fuerte del tomate y pepino canarios en Europa”, explica el portavoz de Fedex. La ayuda al transporte que otorga cada año el Ministerio de Transportes, 15 millones de euros cada ejercicio, no podrá continuar tras el Brexit, si bien será compensada por el mismo Ejecutivo central vía ayuda especial para la búsqueda de nuevos mercados externos. ¿Qué mercados? “Los países escandinavos”, tercia la consejera de Agricultura del Gobierno canario, Alicia Vanoostende”. “Lo veo muy complicado, porque el comercio internacional viene determinado por la geopolítica, y esta juega en nuestra contra, como se está demostrando con el tomate de Marruecos”, matiza el portavoz de Fedex.

Balanza comercial, papas e inversiones

Balanza. La balanza comercial entre Canarias y Reino Unido, que fuera histórico cliente para los bienes producidos en las Islas, arroja en la actualidad un saldo favorable a las Islas Británicas, que compraron en 2019 productos por valor de 82,94 millones de euros, la mitad de ellos frutas y hortalizas, con 963 empresas implicadas en dichos intercambios, según datos oficiales de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Canarias compró bienes por valor de 143,24 millones, con 7.280 empresas que adquirieron, por encima de todo, productos alimentarios, combustibles, bebidas y vehículos de motor.

Agricultura. El campo canario también se mide a un desafío con el Brexit en sentido opuesto al que afronta el cultivo del tomate. Se trata de la importación de la papa de semilla procedente de Escocia, generosamente utilizada por los agricultores isleños como materia prima para la siembra y beneficiada hasta este año por las ayudas derivadas del Régimen Específico de Abastecimiento (REA). La nueva condición de país tercero que asume el Reino Unido a partir de enero próximo obliga a revisar esta situación y buscar un proveedor alternativo, admite la consejera de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alicia Vanoostende.

Inversiones. La inversión directa de ciudadanos y empresas británicas en Canarias cotiza a la baja en los últimos años: de los 1.887 millones de euros en 2017 a los modestos 346 millones del año pasado. Y la principal razón está asociada al Brexit y la incertidumbre que genera sobre los ciudadanos británicos en su nuevo estatus como tenedores de un pasaporte no comunitario. Hablamos del sector inmobiliario, actividad en la que la inversión ha caído a un tercera parte. Porque ya no resulta tan tentador comprar una segunda residencia en las Islas.

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