El 99% de los británicos que viaje a Canarias tendrá que pasar cuarentena
Viven en áreas metropolitanas con elevadas tasas de contagio. Solo 700.000 habitantes pueden desplazarse sin restricciones.
Tras un mes de confinamiento generalizado en Reino Unido para tratar de corregir las elevadas tasas de contagio y levantarse las restricciones impuestas, la industria turística de Canarias se frotaba las manos ante la posibilidad de recuperar hasta la mitad de los 4 millones de viajeros que visitaron el archipiélago en diciembre de 2019. A su favor jugaba la baja tasa de incidencia del coronavirus, el hecho de que Reino Unido la había situado como el único territorio en España en el que no era necesario pasar cuarentena a la vuelta y que es de los pocos destinos que garantiza buen tiempo en invierno en Europa.
Todo ese optimismo se ha diluido por las fuertes restricciones impuestas por el Ejecutivo de Boris Johnson, que ha asignado a cada area una denominación en función de la afectación de la pandemia (media, alta y muy alta). Solo en el caso de la afectación media, los residentes en Reino Unido podrán viajar a Canarias, donde no se les obligará a pasar cuarentena a la vuelta. En el caso de la afectación alta, los viajes están permitidos, pero a todos aquellos que salgan del Reino Unido se les obligará a realizar cuarentena, mientras que en las de afectación muy alta no está permitida la movilidad fuera de la zona afectada. El problema reside en que el 99% de la población británica reside en áreas con afectación alta o muy alta y solo un 1% está empadronada en áreas en las que se puede viajar, según los datos del Gobierno británico.
Dentro de las zonas con las mayores restricciones se encuentran las áreas metropolitanas de Gran Manchester (2,8 millones de habitantes), Birmingham-Wolverhampton (2,6 millones), Nottingham (785.000) y Bristol (680.000). Entre las áreas de afectación alta se encuentra Londres (10,9 millones) o Liverpool (915.000), entre otras. En el área menos afectada y en la que sí se permiten los viajes sin restricciones solo están la isla de Wight (150.000), Cornualles (565.000) o la isla de Scilly (2.153 habitantes).
Para añadir un obstáculo más en el camino, Canarias contaba con la complicidad del Gobierno de Pedro Sánchez para establecer las pruebas de antígenos en orígen como el método más fiable y barato para estimular la entrada segura de viajeros extranjeros. Finalmente, el Ejecutivo central no ha dado su brazo a torcer y las únicas pruebas que acepta son las PCR, que en Reino Unido pueden llegar a rondar las 130 libras esterlinas (145 euros), por encima incluso de precio del billete de avión. Un precio con un claro efecto disuasorio, en el que además la dificultad para realizarse esta prueba es un factor añadido que juega en contra.
Un palo para el Ejecutivo canario que había previsto la aprobación de esas pruebas y la apertura generalizada de fronteras en Reino Unido. En esas circunstancias auguraba que solo en diciembre, el archipiélago podría llegar a recibir dos millones de turistas y 18.000 vuelos, la mitad de lo registrado en el mismo mes de 2019. Por ello han aprobado esta mañana un decreto autonómico en el que validan los test de antígenos, ya que si no lo hacen, podrán perder más de la mitad de las reservas.
Prevé validar los test de antígenos este fin de semana
Decreto. El Departamento de Sanidad del gobierno canario va a trabajar contra el reloj para rematar y publicar un decreto este fin de semana que permita el test de antígenos como alternativa a las pruebas PCR para los turistas extranjeros que opten por visitar el archipiélago. El Ejecutivo canario cree que el elevado precio de las PCR desincentivará a muchos viajeros.
Colisión. Conscientes de que ese decreto colisiona directamente con la norma estatal, que solo reconoce la prueba PCR como válida para el turismo extranjero, el presidente canario, Ángel Víctor Torres, requerirá al Gobierno central que “dicte una resolución para que excepcione a Canarias” dentro de la citada norma.