El tasador rebaja a 16.500 millones el valor de los inmuebles de El Corte Inglés por el Covid
Revela que sus activos en ladrillo se deprecian un 5,3% desde febrero; el grupo mantiene la puerta abierta a eventuales ventas para reducir deuda
El Corte Inglés está sufriendo la pandemia en su cuenta de resultados. Perdió 510 millones en su primer trimestre fiscal de marzo a mayo. Pero el gran tesoro de su balance, los activos inmobiliarios, también se infectaron. Aunque la infección es leve. El último informe de su tasadora de referencia, Tinsa, revela que su cartera en ladrillo estaba valorada a cierre del pasado julio en cerca de 16.500 millones de euros, un 5,3% por debajo del dictamen anterior, correspondiente a febrero, según una presentación de los bonos que vendió el martes por 600 millones de euros.
El gigante español de la distribución mostró a los inversores que el valor de su cartera inmobiliaria resiste bien el fuerte deterioro económico. “El portfolio es altamente resistente, pues está apuntalado por activos únicos en localizaciones de primer nivel”, explican los colocadores de la deuda en un documento al que ha tenido acceso CincoDías. Bank of America lideró la operación escoltado por Santander, BBVA, BNP Paribas, JP Morgan, Goldman Sachs, Unicredit, Commerzbank, Intesa, Crédit Agricole, Société Générale, Sabadell y Bankia.
El grueso del valor de los activos está en sus centros comerciales (más de 14.300 millones), pero también cuenta con plataformas logísticas y otros, como pequeños espacios en el centro de las principales ciudades españoles (véase gráfico). Tinsa fija su valoración optimista en 17.000 millones, lo que apenas supondría un descenso respecto a los 17.400 millones de euros previos. En el escenario adverso, los inmuebles valdrían 15.900 millones de euros. La compañía se queda con el valor intermedio, situado en cerca de 16.500 millones.
Asegura que puede colocar fácilmente hasta 2.000 millones en estos activos
En su última refinanciación de 2.000 millones, firmada en febrero, El Corte Inglés se liberó por completo de la obligación de no vender determinados bienes, entre ellos los vinculados al ladrillo. La compañía que preside Marta Álvarez se proponía traspasar activos por 2.500 millones a una filial inmobiliaria para ponerlos en valor, según publicó este diario el 26 de febrero.
En la presentación a los compradores de los bonos, se remarca que “existe un alto apetito en el mercado por los activos no estratégicos de El Corte Inglés, lo que proporciona la posibilidad de realizar desinversiones que reducirían su apalancamiento sin afectar a su negocio”. Esto aplicaría a los activos que no están vinculados a su actividad de venta minorista, valorados en unos 2.000 millones.
Un gran sustento en tiempos de pandemia
El documento distribuido a los inversores de los bonos, en los que también entró el BCE gracias a que S&P les concedió el grado de inversión (BBB-), señala que, durante el estado de alarma en España, determinados activos inmobiliarios se utilizaron para mejorar y ampliar la capacidad logística de El Corte Inglés. Añade además que ha logrado eliminar determinados pagos en los pocos contratos de alquiler con terceros.
La empresa destaca, precisamente, que ser el dueño de sus centros comerciales ha sido crucial durante el confinamiento. Así, consiguió ahorrarse el alquiler de sus grandes establecimientos, que estuvieron cerrados salvo en sus áreas de supermercado, y logró reducir su apalancamiento operativo.
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