General Motors explora entrar en el negocio de los coches voladores
La empresa asegura que la flexibilidad de su sistema de batería Ultium abre puertas a muchos usos
La presidenta y consejera delegada del grupo, Mary Barra, ha señalado que el mercado de taxis aéreos encaja con el desarrollo de vehículos eléctricos y el sistema de baterías Ultium de la multinacional.
"Creemos firmemente en un futuro de vehículos eléctricos y no solo para los coches. La flexibilidad de nuestro sistema de batería Ultium abre puertas a muchos usos", ha subrayado durante una conferencia organizada por RBC Capital Markets.
Los taxis aéreos son aeronaves de despegue y aterrizaje verticales (VTOL) que utilizan motores eléctricos en lugar de propulsores de reacción. Stuart Fowle, portavoz del consorcio estadounidense, se ha negado a dar más detalles, aunque ha indicado que la compañía está "realmente emocionada" con esta área y mirando opciones.
Inversores corporativos y privados han destinado al menos 2.300 millones de dólares a más de 100 nuevas empresas de vehículos aéreos. No obstante, esta tecnología aún enfrenta importantes obstáculos para su comercialización y rentabilidad, según el portal especializado PitchBook.
En enero de este año, el fabricante automovilístico surcoreano Hyundai y la firma de transporte estadounidense Uber anunciaron un acuerdo para colaborar en la creación de un sistema de taxis aéreos, que permita a los pasajeros desplazarse de un punto a otro en un vehículo equivalente al helicóptero.
Según ese acuerdo, Hyundai se encargará de la fabricación de los vehículos, mientras que Uber aportará la logística para que el servicio pueda operar, conectar a los conductores (o, en este caso, pilotos) con los pasajeros y gestionar la llegada y recogida de usuarios en los helipuertos.
Por su parte, Toyota Motor también comunicó a principios de año una inversión de 394 millones de dólares (351 millones de euros) en la empresa estadounidense Joby Aviation, centrada en el desarrollo de aeronaves eléctricas de despegue vertical con potencial para uso urbano.
Además de la inversión económica, Toyota compartirá con su socio estadounidense su experiencia en materia de desarrollo, calidad y control de costes para el proyecto de creación de su aeronave eléctrica de despegue y aterrizaje vertical.