Cuatro motivos que respaldan una recuperación económica global rápida
MCH Investment Strategies apuesta por un escenario de recuperación económica global relativamente rápido
A diferencia de lo que ocurría en 2008, la situación de la economía global inmediatamente antes de la crisis provocada por el virus era relativamente saneada y equilibrada. Estábamos en un equilibrio sostenible, al que la economía tenderá a volver cuando se levanten del todo las restricciones todavía hoy vigentes para contener la expansión del virus.
El sistema bancario: aunque es cierto que los bancos tienen hoy un serio problema de rentabilidad, su situación en términos de solvencia es mucho mejor que antes de la crisis financiera internacional. Si a esto añadimos la enorme ayuda que el sistema bancario global está recibiendo tanto en forma de liquidez barata como de garantías públicas frente a fallidos, se puede decir con poca probabilidad de error que los bancos y el sistema financiero en general están actualmente en disposición de mantener un flujo de crédito suficiente hacia la economía real.
No debemos olvidar que los estímulos fiscales y monetarios hoy en marcha no tienen precedentes y que deberían contribuir a un desenvolvimiento saludable de la demanda agregada global durante los dos próximos años.
La última razón está basada en consideraciones a más corto plazo: incluso en un escenario de repuntes como el que estamos viviendo, y que podría complicarse aún más en otoño, es poco probable que un número significativo de países vuelva a optar por estrategias generales de confinamiento. Por un lado, porque son enormemente costosas tanto desde un punto de vista económico como social. Por otro, porque el hecho de que los mayores se estén protegiendo y de que un porcentaje elevado de la población esté teniendo un comportamiento responsable debería ayudar a mantener las tasas de mortalidad bastante más bajas que durante la primera ola y debería contribuir también a que los sistemas sanitarios no lleguen a sufrir una presión insoportable.
De hecho, países como Suecia muestran precisamente que, con una conducta responsable y protegiendo a la población vulnerable, se puede “convivir” con el virus y mantener niveles de actividad económica, si no normales, sí razonablemente saludables. Al mismo tiempo, la cada vez más probable aparición de algún tipo de vacuna en los próximos meses hace pensar que las restricciones de actividad que hoy todavía existen para controlar los contagios podrían llegar a desaparecer antes de lo que parecía posible al principio de la pandemia.
Una recuperación como la mencionada también tendrá consecuencias, aunque en este caso no inmediatas, sobre la evolución futura de los precios. Aunque parece evidente que la inflación no va a repuntar a corto plazo, con una perspectiva de 12-18 meses, hay razones serias, como la propia recuperación económica y los enormes estímulos fiscales y monetarios puestos en marcha, para dudar del escenario de inflación reducida y tipos reales permanentemente negativos que hoy descuentan las curvas de tipos en sus tramos más largos.
Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies.