Greenllood, trajes a medida para poner los residuos a buen recaudo
La firma barcelonesa diseña plantas llave en mano para el tratamiento de basura y suministra maquinaria, equipos y sistemas de reciclaje
Pioneros e innovadores; acabaron con la rubia más famosa de España, la peseta, y diseñan y ofrecen soluciones a medida para el tratamiento de residuos industriales, urbanos, sanitarios y peligrosos dentro y fuera de España y para todo tipo de clientes. Es Greenllood, una empresa española, aunque su nombre lleve a engaño y es una entelequia de su fundador y consejero delegado, Héctor Adalid.
“El nombre está inspirado en un personaje del manga [cómic japonés] que hace referencia a la destrucción y la renovación. En realidad, es una reinterpretación muy personal del dibujo que, de alguna forma, tiene que ver con nuestra propia historia”, explica.
Unos orígenes que se remontan a 1993 y a la empresa Hevac Ambient, creada por su padre, Ramón Adalid, “un emprendedor en temas de reciclaje y recuperación de residuos”, cuando la preocupación por el cuidado y sostenibilidad del planeta brillaba por su ausencia.
En esa primera época se anotaron uno de sus mayores éxitos, como fue “la fabricación, suministro y puesta en marcha de la planta para la destrucción de la peseta”, necesaria por la entrada de España en el Sistema Monetario Europeo (SME) en 2001.
Nos hemos recuperado un poco tras el parón por el estado de alarma. Tenemos muchos proyectos en marcha y eso nos permite ser optimistas
Héctor Adalid, consejero delegado de Greenllood
Esta trayectoria exitosa se truncaría en la última crisis económica y Hevac se vería obligada a echar el cierre en 2012. “Fue una época muy dura: sufrimos impagos, algunos de nuestros clientes también tuvieron que cerrar porque no podían hacer frente a los créditos, se incendiaban las naves…”, recuerda Adalid.
La experiencia es un grado
Para entonces, Héctor Adalid, abogado de formación, ya le había cogido el gusto a la gestión de residuos y al reciclaje y en 2013 puso en marcha, con un socio capitalista, Greenllood, en Roca del Vallés, cerca de Barcelona.
“Los inicios fueron difíciles, mantuvimos el espíritu emprendedor de Hevac, pero tuvimos que reinventarnos. No necesitamos mucha infraestructura, pero sí conocer profundamente las necesidades del cliente para darle un servicio a medida, y ese know how [saber hacer] lo teníamos. Nos avalaba una experiencia de más de 20 años”, destaca.
En Greenllood “estudiamos, diseñamos, suministramos y ponemos en marcha plantas y soluciones completas llave en mano para el reciclaje de residuos urbanos, peligrosos e industriales, incluyendo también los hospitalarios”, resume el consejero delegado de la empresa.
La cifra
1 millón de euros es el objetivo de facturación que Greenllood se fijó para 2023 antes de los daños económicos causados por el coronavirus. El frenazo económico provocado por el Covid-19 ha obligado a revisar a la baja los objetivos y previsiones de empresas y Gobiernos de todo el mundo. No ha sido así en el caso de la pyme catalana que, aun con las cautelas necesarias, confía en superar los 500.000 euros de facturación en 2020 y culminar los numerosos proyectos que ya tiene en marcha.
Algunos de sus clientes más antiguos, tanto en España como en el extranjero, son FCC, Ferrovial, Pepsico, Urbaser, Procter & Gamble, Mercadona, Ikea, Ausonia, Novartis o Bimbo, pero también trabajan para municipios y administraciones públicas, como el área metropolitana de Barcelona.
Greenllood cuenta con numerosos partners dentro y fuera de España, en países como Austria, Alemania, Reino Unido, Francia, Perú, México o Panamá, “lo que nos permite ser optimistas sobre la expansión de la empresa”, señala su fundador.
Viento en popa
Hasta la irrupción del Covid-19, la marcha de la pyme, que facturó 300.000 euros en 2019, “era muy dinámica e incluso duplicábamos los ingresos del año pasado, pero con el estado de alarma todo se paró. Ahora no vamos mal, el verano es una época tranquila y habrá que esperar a septiembre para tener una perspectiva más real; tenemos muchos proyectos en marcha y eso nos permite estar contentos”.
La compañía estudia, diseña, suministra y pone en marcha gran variedad de plantas de tratamiento de residuos sanitarios y medicamentos, de RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos), plásticos, madera o textiles, además del tratamiento de residuos, industriales y peligrosos, entre otros.
Áreas de negocio
Greenllood trabaja en cuatro grandes áreas de negocio: plantas llave en mano para el tratamiento de residuos, suministro de maquinaria, equipos y sistemas de reciclaje y mobiliario urbano. Entre las soluciones con equipos y maquinaria que ofrece figuran empacadoras, compactadoras, briquetadoras, trituradoras, sistemas de separación magnética, por densidad y por cribaje; sistemas de transporte de residuos, recipientes, contenedores para basura y consumibles.
“Dentro de cada sección, la variedad es amplia, y ahí es donde radican nuestras fortalezas, conocemos muy bien a la competencia y las perspectivas son muy buenas aunque el mercado es muy variable”, apunta el consejero delegado.
Uno de los activos de los que puede presumir Greenllood es de su servicio posventa. La empresa dispone de una red de más de 15 puntos de servicio y talleres colaboradores distribuidos por toda la Península Ibérica que pueden manejar y resolver todo tipo de problemas eléctricos e hidráulicos de los clientes.
Otra de sus fortalezas es que trabaja con las mejores marcas de la industria, como Untha, Austropressen, Goubard, Runi, Ceco, Sulo o Procity, lo que le permite suministrar equipos en España, Portugal, Marruecos o Francia, entre otros, y varios países de Latinoamérica, como Honduras, México, Chile o Perú.
‘Smart waste’
La pyme tiene también servicios para la gestión de residuos inteligentes (smart waste management solutions). En este ámbito, ofrece soluciones a las smart cities (ciudades inteligentes) con el objetivo de mejorar el medioambiente y el bienestar de las personas a través del desarrollo de iniciativas y proyectos que favorezcan la eficiencia de los sistemas de recogida de residuos.
Estos son sus poderes
Fundación. Greenllood se creó en 2013 como una sociedad limitada con un capital de 3.000 euros y una aportación de otros 10.000 para la provisión de gastos; tiene su sede en la localidad barcelonesa de Roca del Vallés; además, cuenta con una delegación y almacén en Catarroja (Valencia).
Facturación. En 2019 los ingresos alcanzaron los 300.000 euros.
Plantilla. La pyme cuenta solo con cinco empleados y trabaja con numerosos socios, tanto dentro como fuera de España, en países como Austria, Alemania, Reino Unido, Francia, Perú, México o Panamá.
Servicios. Venta, instalación y servicio posventa de maquinaria y equipos para el tratamiento de residuos en el mercado nacional y el exterior.
Mobiliario urbano limpio y sostenible frente al Covid
El coronavirus ha puesto patas arriba muchas cosas: las relaciones, el ocio o algo tan trivial como sentarse en un banco. Nuevos escenarios que abocan a las ciudades a nuevos retos como la modificación de su mobiliario urbano a prueba de Covid. Greenllood se ha adelantado a esta nueva normalidad con una nueva línea de equipamiento urbano sostenible y que favorece el distanciamiento social.
La empresa apuesta por “un mobiliario en el que la calidad, el diseño y la ecología van de la mano”, señala la compañía. Una de estas propuestas son las papeleras, “ecorresponsables y pensadas para promover un mundo verde, espacios públicos limpios y un diseño contemporáneo que se adapta a todos los entornos”.
Otro ejemplo es la diversidad de soluciones florales que Greenllood ofrece para embellecer tanto la entrada como las ventanas, paredes o vallas de las ciudades. Todas realizadas en polietileno, un material con propiedades excelentes, entre las que destacan la resistencia a impactos o térmica (rayos ultravioleta, calor o hielo).
En esta gama de productos también destacan sus aparcabicicletas. Modernos y modulables, los refugios para bici y sus sistemas de aparcamiento varían en función de las necesidades de los clientes y de las realidades urbanísticas de cada municipio.
Se trata de equipamiento hecho a medida contra el Covid que incluye barreras de seguridad movibles y de contención, que sirven para canalizar de manera temporal a las multitudes y facilitan el control de los accesos.