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Asturquimia, el poder de la lejía en los tiempos del Covid

La empresa asturiana se sitúa a la cabeza en artículos de desinfección para el hogar

Gama y evolución de los productos de lejía de Asturquimia, comercializados con la marca Unex.
Gama y evolución de los productos de lejía de Asturquimia, comercializados con la marca Unex.Asturquimia

Antes era una necesidad; ahora, una urgencia sanitaria. La desinfección en el hogar cuenta desde el siglo XVIII con su mayor paladín: un compuesto de agua, hipoclorito de sodio y estabilizante que apenas ha variado su fórmula desde entonces para situarse hoy, cuando más se le necesita, como arma básica para exterminar bacterias.

Hablamos de la lejía, de sus derivados y de uno de sus principales productores que ha tenido que disparar su producción en los tiempos de la pandemia: Asturquimia.

Una apuesta segura

Hay una gran diferencia entre limpieza y desinfección. Una cosa es que huela bien y otra eliminar cualquier virus o bacteria que pueda haber en el hogar”, aclara José Luis Caravia, CEO y quinta generación de esta empresa asturiana especializada en lejías, amoniacos, friegasuelos y activadores de color para la ropa, entre una extensa gama de productos desinfectantes centrados en el uso doméstico, pero también industrial.

Los inicios de la compañía están ligados a la figura de su tatarabuelo, Carlos Préstamo, quien, en 1928, pasó de comercializar la lejía en una pequeña tienda de Oviedo a producir este compuesto a nivel nacional. “En el primer tercio del siglo XX, la lejía era lo único que existía para limpiar”, cuenta Caravia.

Antes podía haber virus o bacterias y parecía que no pasaba nada. Ahora la gente es más consciente de la importancia de desinfectar

José Luis Caravia, CEO de Asturquimia

La Bandera, El Gato y El Camello fueron las marcas con las que se comercializaba en botellas de cristal, que se iban reciclando en un momento en el que la producción estaba muy poco regulada. “Aquello era como el salvaje oeste”, añade el CEO, “aunque la esencia de la lejía ha sido prácticamente la misma desde que se inventó, independientemente de la marca”. Entonces, ¿cómo diferenciarse cuando todos son iguales?

Un producto inalterable

Los principales hitos de la empresa fueron la compra de los productos de Química Santa Rita, hasta entonces el gigante de la lejía nacional, y el salto a la industrialización de los procesos en 1982, introduciendo líneas de envasado, sopladoras y posproducción comercial. Es entonces cuando nace la marca Unex y cuando toman la senda del crecimiento para contar, en 1982, con 10 trabajadores, 24 en 2009 y 30 en 2013.

En la actualidad Asturquimia tiene 62 empleados, factura en torno a 20 millones de euros y practica una filosofía clara: la reinversión industrial para mejorar el proceso, pero no el producto. “Puedes innovar mucho, pero el producto ya está inventado”, dice Caravia.

Otra de las máximas de la compañía es su arraigo y compromiso con Asturias a la hora de elegir proveedores y sede, actualmente en el polígono de Santianes, en Sariego. Todo queda en casa.

Sección de la planta de envasado de Asturquimia.
Sección de la planta de envasado de Asturquimia.J. M. Mansilla (Cinco Días)

El hipoclorito y Unex

“Nosotros trabajamos para el producto, no el producto para nosotros”, aclara el CEO. Lejía, quitagrasas, agua fuerte y destilada… Hasta 46 artículos diferentes comercializa Asturquimia bajo la marca Unex, que supone un 40% de su producción, mientras que el 60% restante son productos de marca blanca para supermercados.

La cifra

25% aumentó la facturación en la etapa pos-Covid. En 2019, la empresa facturó cerca de 20 millones. La producción ha crecido un 30% en lo que va de 2020.

Además de José Luis Caravia, que asume la dirección ejecutiva, el consejo administrativo cuenta con Eugenio Caravia, su padre y presidente de la compañía, y su madre, María José Izquierdo, directora financiera y de recursos humanos. El capital societario es completamente familiar, y casi toda la producción, que ronda las 100.000 toneladas anuales, nacional.

La empresa ofrece, a su vez, servicios de esterilización y se prepara para un panorama en el que el coronavirus, lejos de penalizarles, les ha catapultado.

Nave industrial en Sariego.
Nave industrial en Sariego.J. M. Mansilla (Cinco Días)

Claves

Instalaciones. Asturquimia cuenta con una planta industrial de 7.000 m2 en el polígono de Santianes, en el concejo de Sariego. Acaban de adquirir una nueva nave como parte de su estrategia de expansión del tejido industrial.

Planes. Inversión en I+D para mejorar los procesos de producción y continuar centrándose en los productos básicos de desinfección son los objetivos de la compañía a corto plazo. Además, según Caravia, pretenden sacar una gama de productos más fáciles de utilizar para el usuario, como pulverizadores.

Procesos. La compañía desarrolla todas las fases de este proceso estrictamente controlado y regulado. En el apartado químico llevan a cabo la formulación y fabricación del compuesto en las piscinas mezcladoras con diferentes niveles de control en cascada. En la nave industrial de Santianes se desempeña la elaboración de los recipientes, el envasado del producto, el empaquetado y almacenado. El director destaca su compromiso con el medioambiente, garantizando cero emisiones, vertidos y residuos de Asturquimia.

Asturquimia ha pasado de producir 600.000 a 750.000 unidades a la semana.
Asturquimia ha pasado de producir 600.000 a 750.000 unidades a la semana.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

Una pandemia para disparar la producción

“Ahora somos conscientes. Antes podía haber virus, pero parecía que nunca pasaba nada”, explica José Luis Caravia, CEO de Asturquimia. La pandemia ha hecho que la desinfección y, en consecuencia, toda la producción ligada a la misma se haya disparado para tratar de satisfacer esta demanda antibacteriana. “La lejía se puede conseguir en cualquier supermercado y elimina la mayor parte de las bacterias en las superficies”, asegura.

“Antes del Covid producíamos 600.000 botellas semanales; ahora, 750.000”, añade el director, en referencia al estratosférico crecimiento experimentado en estos meses, en los que se han visto obligados a contratar a 15 trabajadores más, todos con contrato indefinido, invertir en maquinaria, aumentar la producción un 30% y comprar otra nave para ampliar el tejido industrial. En resumen, espera facturar un 25% más este año en relación al pasado. 

Caravia sostiene, además, que la crisis sanitaria les permite volver a acercarse al consumidor más joven (entre 20 y 40 años), que había dejado de consumir lejía en favor de otros productos de higiene doméstica, y ha dado la oportunidad de reivindicar la importancia del sector químico.

“Se asocia química con el pez de tres ojos de los Simpson, cuando no toda la industria contamina”, afirma. La empresa cuenta con un gestor autorizado que elimina la totalidad de los residuos y vertidos que generan. En otras palabras: cero contaminación.

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