Cerberus rompe con Centricus y relanza la venta de Haya Real Estate
Los fondos rompen conversaciones año y medio después
Nueva vuelta de tuerca al culebrón de Haya Real Estate. Tras más de un año en negociaciones exclusivas, su actual dueño, Cerberus, ha roto las conversaciones con Centricus para la adquisición del servicer. En su lugar, ha optado por volver a testar el mercado y tratar de relanzar el proceso. Aunque sin una subasta como tal organizada, el cartel de “se vende” está colgado de su logotipo, según indican fuentes financieras a CincoDías.
La venta de Haya Real Estate se ha atragantado a Cerberus. Primero, el fondo de capital riesgo amagó con sacar a Bolsa el gestor de inmuebles de los bancos por más de 1.000 millones. Corría 2018. Este propósito duró poco. El mercado se cerró a cal y canto poco después. La volatilidad del mercado y la debacle del debut de Metrovacesa (también del sector inmobiliario) dieron al traste con esta solución.
Cerberus, que ha agrupado en Haya Real Estate las empresas de gestión inmobiliaria de Bankia y Liberbank, entre otras, probó entonces con una venta privada. Citi había participado en el proceso de salida a Bolsa y fue el encargado de coordinar la operación. Centricus fue el ganador de la puja, con quien empezó unas negociaciones en exclusiva hace más de un año. Sus competidores, el italiano doBank y el nórdico Intrum, fueron los otros finalistas. A día de hoy, las relaciones entre el fondo británico, respaldado por la tecnológica japonesa SoftBank, con problemas por sus inversiones en Uber y WeWork, están rotas.
Este proceso, que parecía encaminado a finales de año, ahora se ha desbaratado. Una portavoz de Cerberus ha declinado hacer declaraciones sobre esta información ni tampoco sobre una eventual reactivación de la venta de Haya Real Estate.
Desde un primer momento, uno de los problemas centrales de la operación han sido las complicadas perspectivas de su modelo de negocio. Este tipo de compañías nacieron durante la crisis para gestionar y vender los activos ligados al ladrillo –inmuebles o créditos– que se habían quedado los bancos como consecuencia de la crisis financiera y el derrumbe de la construcción. El final de la crisis y el reforzamiento del sistema financiero han terminado por taponar su modelo de negocio. Los bancos han dejado de desaguar activos a estas sociedades, puesto que la morosidad ya no es tan elevada ni sus balances están tan dañados.
Así, Haya Real Estate cerró el primer trimestre del año con pérdidas de 13,9 millones de euros, frente a las de 10,6 millones de 2019. Los ingresos, por su parte, pasaron de los 59,7 millones a los 45,2 millones. Los activos bajo gestión se han reducido hasta los 34.000 millones tras haber perdido una parte de la administración de los inmuebles de Sareb, el mayor contrato de Haya y uno de los grandes interrogantes que había lastrado su venta hasta ahora.
Valoración
Además, en enero presentó un ERE que ha afectado al 26% de la plantilla. La compañía calcula que este proceso le ha supuesto un gasto extra de 6,4 millones, pero que recortará 10 al año. Esto sitúa a la empresa en una mejor situación de cara a una eventual venta, una vez ajustados los costes, según fuentes financieras.
Este negocio decreciente ha sido el principal interrogante para la valoración de la empresa. En sus primeras tasaciones, Cerberus partía de los 1.200 millones de euros. Una cantidad que se reveló desorbitada para una salida a Bolsa y que ningún comprador estuvo dispuesto a abonar. El precio se fue reduciendo hasta el entorno de los 700 millones de euros, según las últimas propuestas de Centricus.
Sin embargo, Haya Real Estate confía en beneficiarse del nuevo ciclo económico adverso. En sus últimos resultados trimestrales, la compañía alerta de los efectos del confinamiento, como la sequía total de nuevas operaciones, el desplome de los volúmenes y algunas de las medidas tomadas por el Gobierno, como la moratoria hipotecaria. No obstante, sí admite una visión más optimista a largo plazo. Apunta a que esperaban un incremento del importe de los créditos fallidos de los promotores.
Capital riesgo, otros ‘servicers’ y promotoras
Interés. Otros gestores de activos inmobiliarios –inmuebles adjudicados y créditos fallidos a promotores– tienen la lupa puesta sobre Haya Real Estate. En su momento, el servicer italiano doBank, controlado por el fondo estadounidense Fortress aunque cotizado en Bolsa, se interesó por la puja de la firma española. Ahora se abre la puerta a que retome esa posible operación. También la firma sueca Intrum, propietaria de Solvia, entró en la subasta. Los sospechosos habituales entre los fondos de capital riesgo también están en las quinielas. Incluso promotoras españolas, con el objetivo de lograr una integración vertical de todos los negocios del ciclo inmobiliario, pueden acercarse a Haya Real Estate. El precio será clave y la operación, lenta –el objetivo de salir a Bolsa data de 2017–, sin un calendario preciso.
Deuda. La compañía asegura en sus cifras a cierre de marzo que cuenta con liquidez de sobra, con cerca de 90 millones de euros. Pero el gestor de activos inmobiliarios ha sufrido en el mercado. Sus bonos llegaron a desplomarse hasta el 65% del nominal tras el estallido de la pandemia, aunque ahora se han recuperado y el viernes cerraron al 79%. Cuenta con bonos por 475 millones de euros.