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La creatividad y la tecnología auxilian a las titulaciones más prácticas

Simulaciones, realidad virtual y la imaginación del profesorado se combinan para solventar la ausencia de clases presenciales

María Fernanda Rey-Stolle, profesora de Química y Bioquímica de la Universidad CEU San Pablo, imparte una clase online durante el confinamiento.
María Fernanda Rey-Stolle, profesora de Química y Bioquímica de la Universidad CEU San Pablo, imparte una clase online durante el confinamiento.CEU San Pablo

La enseñanza es uno de los ámbitos que mayor esfuerzo ha realizado por adaptarse a la situación de pandemia. Con el cierre de los centros educativos de todos los niveles, la comunidad académica se ha visto obligada a evolucionar a un entorno online para seguir desempeñando sus funciones. Pero este reto resulta mucho más complicado en el caso de las titulaciones con mayor componente práctico.

En este lote no solo se incluyen las carreras y ciclos que pertenecen al grupo de experimentalidad de grado 1, como las de Ciencias de la Salud, también otras como Educación, Comunicación Audiovisual o Turismo. En ellas, la tarea de impartir clases a distancia no es tan simple como sentarse y hacer una videollamada. Requieren un mayor esfuerzo que, muchas veces, depende de la creatividad del profesorado, de los recursos técnicos que tiene a su alcance, y, por supuesto, del conocimiento sobre los mismos. Por ello, las diferencias no solo se encuentran al comparar centros, sino también entre las distintas titulaciones, y depende mucho de quién imparta la clase.

En la universidad, tal y como explica Javier Uceda, director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria de la Politécnica de Madrid, se ha optado, en mayor o menor medida, por tres vías distintas para sustituir las prácticas. La primera, a través de la simulación. Una segunda, cuando los costes lo permiten, a través de la compra de materiales, como circuitos electrónicos; y una tercera, con el uso de la realidad virtual, que permite llevar a cabo las actividades de manera muy próxima a como se harían en el laboratorio. 

Colaboración empresarial

Las empresas han puesto su granito de arena a la hora de poner al alcance sus programas de software y simulación de forma gratuita. El grado en Farmacia de la Universidad CEU San Pablo ha aprovechado esos recursos y puesto en marcha otros, como vídeos grabados por los profesores en los laboratorios; aun así la decana de la facultad, Beatriz Pascual-Teresa, muestra sus reticencias. “Por muchos recursos que pongamos a su alcance somos conscientes de que los alumnos necesitan pasar por el laboratorio. En cuanto la situación lo permita, recuperaremos las prácticas que no se han podido realizar”, asegura.

Este mismo camino es el que están siguiendo en la Universidad Europea. De hecho, en este centro privado han dado un paso más contratando a actores para interpretar a pacientes estandarizados que han interactuado en tiempo real y en remoto con sus estudiantes de Farmacia o Psicología. “En la mayoría de los casos estamos asegurando que las prácticas se realicen en porcentajes cercanos al 100%, incluyendo las clínicas que, por la actual situación sanitaria, resultan aún más complicadas”, asegura su rectora, Elena Gazapo.

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En la Universidad de Salamanca también están intentando seguir esta estela, aunque tal y como indica Izaskún Álvarez, vicerrectora de Docencia y Evaluación de la Calidad, “existen situaciones excepcionales en las que sin realizar determinadas prácticas los alumnos no se pueden graduar, por lo que, excepcionalmente, algunas matriculas se dilatarán, en un principio, hasta septiembre con el fin de poderlas recuperar”, explica Álvarez.

A pesar de todo, Carolina García, presidenta de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), denuncia que en muchos casos no se están poniendo soluciones. Aunque es consciente de que cada universidad tiene su propio orden de gobierno, pide un marco de actuación común que implique unos mínimos que permitan a cada centro reorganizarse, pero que garantice que todos los alumnos acaben con unos conocimientos prácticos básicos. También denuncia la cuantía que han pagado los alumnos con más prácticas en su currículo y que no han podido disfrutar.

Los mayores problemas se encuentran en las prácticas externas, una actividad formativa que incluyen todas las titulaciones sin importar la rama a la que pertenezcan. La Conferencia de Rectores (CRUE) llegó a un acuerdo para darlas por superadas si se cumplían, al menos, la mitad. Pero, aunque “muchas pueden adaptarse al teletrabajo, otras muchas no, como son las de Ciencias de la Salud”, indica Rosa Visedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo. La idea de Visedo es reprogramarlas, aunque lo cierto es que no sabe cuándo podrán realizarse y su única esperanza es que puedan completarse antes de diciembre.

Formación profesional

En la misma tesitura se encuentran los centros de formación profesional. “En general, las simulaciones virtuales que se encuentran en la red son bastante infantiloides y no se parecen en nada a la realidad”, afirma Rosa Salazar, profesora de la rama sanitaria del IES Villaverde. La docente cuenta con paliar la falta de prácticas en los alumnos de primero en segundo curso. En el caso de los alumnos de último curso, la situación resulta más compleja. De nuevo, por las prácticas en empresas. Las horas obligatorias se han reducido a nivel estatal de 350 o 400, dependiendo del nivel, a 220, pero aun así hay alumnos que no podrán cumplirlas. A ellos se les ofrece trabajos prácticos o la posibilidad de completarlas cuando la situación lo permita.

La adaptabilidad de los centros se ha tenido que realizar a contracorriente. “No teníamos previsto una situación similar y hemos tenido que adaptarnos rápidamente. Vamos al día, no sabemos lo que ocurrirá la próxima semana”, apunta Antonio Moreno, profesor del departamento de Química del IES Virgen de la Paloma. El cuerpo docente de este centro también se esfuerza para paliar la falta de prácticas, pero es consciente de que nunca va a ser igual que entrar en el laboratorio.

Lo mismo ha ocurrido en el Centre d’Estudis Jaume Balmes. El primer paso que se dio en este centro fue dar una formación en tecnología al profesorado. Una vez introducidas las nuevas herramientas digitales, la creatividad de algunos docentes ha hecho que los alumnos puedan continuar las clases prácticas. “Nos aplicamos nosotros mismos las cremas, nos hacemos los peinados o recurrimos a nuestra familia en directos de Instagram y vídeos tutoriales que luego los alumnos tienen que replicar y enviarnos”, explica Oscar Salas, jefe del departamento de Imagen Personal del centro. Lo primordial, afirma Beatriz González, profesora del módulo de Animación Sociodeportiva, ha sido pensar en cada alumno de manera individualizada, según los recursos de los que cada uno disponía en casa.

Alumnos de la escuela de automación de Seat realizan sus prácticas antes de que se decretase el estado de alarma sanitaria.
Alumnos de la escuela de automación de Seat realizan sus prácticas antes de que se decretase el estado de alarma sanitaria.

Un reto mayor está tenido la Escuela de Aprendices de Seat, ya que aunque el plan oficial de títulos contemplan 2.600 horas de estudios en dos años, en este centro se amplían hasta las 5.000 en tres años. Su responsable de formación, Laura Carnicero, también cuenta cómo al principio fue imprescindible formar a los profesores para que pudieran impartir las clases a distancia. Gracias a los softwares que han puesto a su disposición diferentes fabricantes, han podido simular lo que se haría en fábrica. También han recurrido a los elementos que se tienen en casa, como los electrodomésticos a la hora de medir potencias. “Muchas de estas medidas han llegado para quedarse, pero es cierto que en cuanto podamos volver al aula tendremos que retomar determinadas prácticas para que los estudiantes adquieran la habilidad manual”, contempla Carnicero.

Todos los planes parecen contemplar la vuelta en septiembre, pero lo cierto es que todos son conscientes de que posiblemente la normalidad no vuelva con el inicio del nuevo curso. En la Universidad de Salamanca, en cada planteamiento formativo incluirán un plan b, por si el confinamiento vuelve a ser estricto. En el caso del CEU San Pablo, Rosa Visedo ya plantea desde el inicio un escenario de combinación de docencia presencial y online, siempre teniendo en cuenta que el 25% de sus estudiantes son internacionales y que puede que encuentren más problemas para volver.

Carla Noda.
Carla Noda.

Hablan los estudiantes

Carla Noda, Turismo en la U. Europea

“Tras varios meses buscando prácticas en Alemania las conseguí el 3 de febrero en un hotel de Berlín; poco más de un mes después me tuve que volver, cuando tendría que haber estado hasta julio. Ahora acabo de comenzar unas prácticas online no remuneradas en una empresa de experiencias de turismo sostenible”.

Marisa Damea, aprendiz en la escuela de Seat

“Hacer las prácticas de robótica desde casa es complicado. Hay cosas que se hacían antes en presencial que se pueden hacer con un ordenador y un simulador: configurar, programar… pero sí es cierto que no es igual que en la vida real y que me hubiera gustado hacerlo presencialmente”.

Yilian Ayala, Periodismo y Comunicación Audiovisual, U. CEU San Pablo

“Más de la mitad de mis clases eran en los estudios de radio y televisión, sin embargo, se han teorizado muchos de los contenidos y también se han rediseñado programas con videollamadas, como han hecho muchas televisiones. Las externas son otra historia, solo llevaba tres días en Onda Madrid cuando nos pidieron que no volviésemos”.

Mario Bragado, Ciencias Ambientales, U. Salamanca

“Nos suspendieron las clases el 12 de marzo y hasta hace tres semanas no hemos tenido noticias. El tema de prácticas es donde salimos más perjudicados. En Ambientales necesitamos los laboratorios y el campo, por eso pagamos casi dos veces más por crédito que en una carrera de letras, pero no estamos haciendo nada”.

Yaiza Mengual, ciclo superior de Animación Sociodeportiva, Jaume Balmes

“El 90% de nuestras clases son prácticas, debemos salir sabiendo impartir una clase de iniciación en cualquier deporte. Lo que antes hacíamos en la pista, la piscina o la playa, lo hemos tenido que hacer por escrito. El tema de las prácticas del último curso se nos complica porque no va a haber ni campus de verano”.

Carlos Orive, Máster en Ingeniería Naval, U. Politécnica de Madrid

“Los profesores se reactivaron a las dos semanas de estar confinados y se preocuparon por mantenernos ocupados vía online a través de simuladores. Está claro que no es igual que acudir al canal, pero estoy seguro de que nos darán facilidades para acercarnos a las instalaciones cuando la situación lo permita”.

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