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Propuestas de los expertos para alargar los ERTE más allá del 30 de junio

Automatismo en la conversión de los ajustes de fuerza mayor en otras por causas o eliminar la prohibición de despedir entre lo que plantean los expertos de Fedea

Trabajadores afectados por ERTE por sectores
Raquel Pascual Cortés

Los empresarios y los sindicatos están negociando estos días con el Gobierno los sectores que podrán prorrogar los Expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor más allá del 30 de junio y en qué condiciones podrán utilizarse estos ajustes o los causados por causas objetivas a partir de esa fecha. De momento, aún se desconocen en qué están pensando los negociadores, pero los expertos han empezado a hacer sus propuestas, partiendo de la experiencia de otros países.

Es el caso de los académicos expertos en mercado laboral de Fedea, Florentino Felgueroso y Marcel Jansen que en un documento Una valoración de los ERTE para hacer frente a la crisis del COVID-19 en base a la evidencia empírica y desde una perspectiva comparada hacen media docena de propuestas de cómo deberían cambiar estos ajustes a partir del verano para su mejor aprovechamiento.

En su opinión, la primera prioridad de los legisladores debería ser clarificar en qué condiciones las empresas podrán transformar los ERTE por fuerza mayor en ERTE por razones económicas. En este punto, piden “criterios claros de tal manera que la transformación sea automática”. Se trataría de avanzar en este automatismo que el Gobierno ya inició en el último acuerdo para llevar los ERTE hasta el 30 de junio, al fijar que la fecha de inicio del nuevo ERTE por razones económicas sería exactamente la misma de finalización del de fuerza mayor.

En este sentido, reclaman también un sistema más flexible para sacar de forma progresiva a los trabajadores del ERTE o modificar sus parámetros con “procedimientos ágiles y anticipando la posibilidad de rebrotes de la pandemia”. De hecho, consideran que “el mayor riesgo es una retirada prematura de las ayudas que dañe innecesariamente el tejido empresarial y el empleo en sectores donde existe un claro margen de mejora a finales de junio”.

Seguidamente abordan cuál debería ser el diseño de los incentivos para que fomenten la reincorporación de los trabajadores a un ritmo acorde con el interés general. Estos expertos consideran que España ha ido por delante fijando un sistema de bonus-malus con la exoneración parcial de las cotizaciones a la Seguridad Social para los trabajadores reincorporados y la reducción del 100% al 60% en la bonificación de las cotizaciones para el resto de la plantilla en las empresas con un ERTE parcial.

Si bien aseguran este endurecimiento de las condiciones “ha sido quizás algo prematuro” y habría servido con exonerar parcial las cotizaciones por las horas trabajadas. En cualquier caso, creen que la ley debería seguir durante un tiempo incluyendo estas exoneraciones. Pero, además, en esta segunda fase de renovación de estos ajustes que se está negociando ahora y que se iniciará en el verano, a elevar el coste de los ERTE para las empresas “para evitar un posible problema de riesgo moral”, esto es, potenciales abusos de esta herramienta.

Entre sus propestas está también suprimir la actual prohibición de despedir durante los seis meses posteriores al fin del ERTE o a la incorporación del primero de sus trabajadores, y sustituir dicha prohibición por un incentivo positivo. Esto es, por una bonificación que recibirían las empresas que cumplieran este compromiso de mantener la plantilla.

En su opinión mantener esta prohibición de despedir y obligar a devolver las ayudas si despiden podría ser incluso contraproducente. Según su razonamiento, esta exigencia hizo que muchas empresas incluyeran en los ERTE solo a los trabajadores de los que no podían prescindir. "Sin embargo, en el trascurso de los meses, la crisis se ha ido agravando y el periodo de recuperación económica será más largo de lo previsto en marzo. En consecuencia, en la actualidad las empresas pueden tener razones objetivas de peso para efectuar un ajuste de plantilla en los próximos meses que también afecta a algún trabajador incluido en el ERTE", explican.

Finalmente, Felgueroso y Jansen proponen para estos ERTE de nueva generación el establecimiento de incentivos para la formación y la recualificación de los trabajadores, en particular para los trabajadores en sectores donde la actividad no se recuperará por completo mientras que no haya una vacuna.

Para estos sectores creen que "habrá que diseñar una estrategia que facilite la movilidad de los trabajadores a otros sectores con necesidad de mano de obra" Y, como primer paso, sugieren a los legisladores que se podrían mejorar las condiciones de los ERTE si las empresas ofrecen formación a sus empleados durante las horas de inactividad. Y añaden que podría establecerse también la compatibilidad "parcial y limitada en el tiempo" de la prestación del ERTE con el salario si el trabajador aceptara otro empleo. 

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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