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Lagarde impulsa un 80% la emisión de pagarés de Endesa, Telefónica y Aena

El BCE promueve la colocación de deuda hasta dos años; el Banco Central ya está comprando el papel de 14 firmas españolas

Radiografía de los pagarés en España

La crisis económica derivada de la pandemia coronavírica está poniendo a prueba los círculos de la liquidez empresarial. La deuda a más corto plazo, los pagarés, fue demonizada en los primeros momentos del Gran Confinamiento, pero ahora es una de las herramientas más empleadas por las compañías españolas para lograr efectivo. Endesa, Aena y Telefónica cuentan con cerca de 2.000 millones de euros en circulación de este papel. Han disparado el importe cerca de un 80% frente al cierre de 2019, según los datos de BME Renta Fija. El BCE, que está comprando este tipo de deuda, es clave.

Ninguna compañía está en posición de desdeñar fuentes de financiación. Las empresas españolas afilan sus armas por si la situación de parálisis económica se alarga. Ya han salido con emisiones de bonos clásicas, han negociado créditos sindicados, préstamos bilaterales y también están utilizando al máximo la deuda a corto plazo con vencimientos a entre tres días y dos años.

La teleco, la utility y el gestor de aeropuertos cuentan con programas registrados en España. Y los datos revelan que la teleco se ha lanzado a utilizarlo de forma masiva. Cuenta con 400 millones de papel en circulación, frente a los 75 con los que concluyó el pasado ejercicio. El máximo previsto en principio es de 500 millones, si bien la empresa se guarda el as de en la manga de estirarlo hasta los 2.000 millones.

La energética que preside José Bogas ha preferido cubrirse las espaldas y ha ampliado hace unos días su tope de emisión de 3.000 a 4.000 millones de euros. Ahora está empleando en torno a una cuarta parte de su capacidad, pero ha preferido dejarse margen.

Aena dispone de 375 millones en pagarés en circulación, cuando tiene margen para emitir hasta 900. Fuentes financieras señalan que la compañía, controlada por el estado que mantiene un 51% del capital, seguirá exprimiendo esta fórmula de financiación, al margen de que ya haya firmado créditos por casi 2.000 millones de euros con diversas entidades financieras en préstamos bilaterales.

Los pagarés son ahora una clave de bóveda de la financiación empresarial. Curiosamente, en la Gran Crisis Financiera que arrancó hace 12 años fue la banca la que recurrió a este instrumento. Pero por motivos bien distintos. Entonces, las entidades evitaban así tener que pagar una parte al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Ahora, la varita mágica de Lagarde ha tocado los pagarés, pero solo los de empresas, la herramienta más directa para obtener liquidez. Los bancos tienen liquidez ilimitada a través de las subastas.

Hasta que Lagarde actuó, el Banco Central podía comprar deuda con un plazo de vencimiento residual mínimo de seis meses; ahora son 70 días. De hecho, el de los pagarés fue el primer mercado de deuda en griparse. En los primeros días de angustia, los inversores rechazaban este papel: ni siquiera podían refinanciarse los vencimientos.

Pero la bazuca antipandemia, con la que el Banco Central ya ha comprado deuda de todo tipo por 153.000 millones, ha surtido efecto. Ahora interviene con ayudas directas. Y no solo en el mercado secundario, como hace con los bonos soberanos, sino que compra directamente al emisor. “Es dinero en vena para las compañías”, señala el jefe de mercado de capitales de un banco español.

Iberdrola, Repsol, Red Eléctrica, Ferrovial, Naturgy, Abertis, ACS, Amadeus, Cellnex, Colonial y Viesgo también cuentan con programas de emisión de pagarés fuera de España, aunque igual de válidos a la hora de ser seleccionados para engrosar el balance del BCE. Estas 11 firmas, con una calificación mínima de BBB-, tienen margen para emitir pagarés por 11.100 millones en total en Luxemburgo, Irlanda y Países Bajos.

A la espera de la intervención en el MARF

El ICO. El banco público blindará el 70% de las emisones en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). El importe máximo será de 4.000 millones, con lo que la cuantía máxima que podrá colocarse rozará los 6.000 millones. La entidad además tiene permiso para comprar los pagarés directamente al emisor, a imagen y semejanza de lo que hace BCE. Tendrá capacidad para invertir hasta el entorno del 50% del importe colocado, como publicó CincoDías el pasado 11 de mayo.

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