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La Airef estima que un rebrote del virus en otoño haría caer el PIB un 11,7% y dispararía el déficit al 13,8%

Avala el cuadro macroeconómico presentado por el Gobierno, con una caída del 9,2% de la economía este año, pero detalla los riesgos de una desviación a la baja

El impacto de la pandemia sobre la economía española
Belén Trincado / Cinco Días
Juande Portillo

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) considera factible el cumplimiento de las previsiones macroeconómicas de impacto del Covid-19 que el Gobierno hizo públicas la pasada semana, pero alerta de que existen riesgos que podrían desviar las cifras a un escenario más crudo.

Así lo ha explicado este miércoles la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, en una rueda de prensa telemática en la que ha dado a conocer las estimaciones completas del organismo fiscalizador.

Herrero ha destacado que la información remitida por el Gobierno a Bruselas la pasada semana no contiene información suficiente sobre el impacto económico de algunas de las medidas impulsadas por el Gobierno, como la factura real que dejará el plan de avales públicos, o la duración de las actuales condiciones de los ERTE, a priori ligadas solo a la duración del estado de alarma pero que el Ejecutivo acaba de pactar extender con Cs. La Airef teme ademas que un 30% de los cerca de cuatro millones de afectados por ERTE acaben perdiendo su empleo.

A partir de ahí la Airef ha desarrollado dos posibles escenarios en función de la gravedad de la pandemia. El escenario 1, “compatible con el plan de desescalada del Gobierno”, contempla el fin del desconfinamiento desde el 15 de mayo y una recuperación gradual.

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Esta primera hipótesis estima que en el conjunto del año el PIB caería un 8,9%; el empleo caería un 9,7%; el déficit subiría al 10,9%, tanto por el impacto de las variables macroeconómicas, con mayor gasto y menores ingresos, como por el coste de las medidas paliativas del Gobierno, y por el efecto denominador (el PIB, referencia de estas variables, perdería tamaño), lo que acabaría elevando la deuda pública al 115%.

A partir de ahí, la economía rebotaría un 4,6% en 2021, cuando el empleo crecería al 2,6%, el déficit se rebajaría al 7,5% y la deuda avanzaría al 117%. En este punto, Herrero ha recordado que España partía de una situación de endeudamiento “no muy favorable”, con un 95,5% al cierre de 2019.

El segundo escenario, más adverso, recoge una desescalada más lenta, un posible rebrote del coronavirus en otoño que supondría otro mes de confinamiento, y una recuperación aún más gradual. En este caso, el PIB caería un 11,7% en 2020, el empleo retrocedería un 12,9% y el déficit se dispararía al 13,8%, alcanzando la deuda pública el 122%. En este caso, la economía se recuperaría luego con un alza del 5,8% en 2021, cuando el empleo crecería al 3,1%, el déficit se reduciría al 9,4% y la deuda subiría al 124%.

Sin recuperación en 2021

En cualquiera de los dos casos, ha subrayado Herrero, “la reversión en 2021 no será completa, no será posible alcanzar en 2021 la situación previa a la crisis” ni con el escenario 1, ni mucho menos con el 2, más severo. Estimaciones "tentativas" apuntan a que la recuperación poría llegar "en la segunda mitad de 2022".

Para llegar a estas estimaciones, la Airef ha estimado que la primera quincena de estado de alarma restó 1,6% puntos al PIB; que la limitación de actividades no esenciales con la que arrancó abril le arrebató otro 3,1%; que las prórrogas posteriores del confinamiento han reducido el crecimiento un 4% y que la afectación que persistirá sobre el turismo hasta final de año arrebatará otro 1,6% a la economía. A partir de ahí, en el escenario dos habría que restar otro 4% al crecimiento a causa de un rebrote que obligue a confinar a la población otro mes en otoño.

Ante esta situación, la Airef recomienda al Gobierno diferenciar entre las respuestas a corto y a largo plazo, dando por sentado que la actuación inminente debe ser prioritaria pero aseverando que se deben de tener en mente pasos para reconducir las cuentas públicas en el futuro. En este sentido,el organismo aboga por activar la cláusula de excepcionalidad que permite abandonar los objetivos fiscales, y subraya que el hecho de que déficit y deuda se disparen este año no tiene importancia, que la clave es dibujar una senda de reducción a partir de ahí que permita reconducir la situción. También le ha reclamado información adicional sobre el impacto y condiciones de sus medidas a fin de hacer estimaciones más afinadas.

Comparativa con la previsión oficial

“El cuadro macroeconómico del Gobierno está dentro del rango de nuestros escenarios, es muy parecido a nuestro escenario 1”, exponen en la Airef, recordando que el Ejecutivo estima una caída del PIB del 9,2% este año, con un alza del 6,8% en 2021; una caída del empleo en esta misma línea; un incremento del déficit al 10,3% este año y un salto de la deuda pública hasta el 115%.

“Nuestra recuperación a diferencia de la V asimétrica del Gobierno es algo más asimétrica y más completa. El Gobierno estima que a finales de 2021 prácticamente se habrían recuperado los niveles previos a la crisis, nosotros estimamos que entonces todavía estaríamos cinco puntos por debajo de lo observado”, ha matizado Airef.

“Nosotros creemos que el consumo público va a crecer mucho por la compra de material sanitario y la contratación de personal”, matizan también desde el organismo fiscalizador.

Mayor factura de las medidas

En cuanto al coste de las medidas desplegadas, que el Gobierno estima en 30.742 millones (2,7% del PIB), la Airef considera que el cálculo se queda corto y alcanzará los 37.792 millones (3,3% del PIB) o los 46.500 millones (4,2%) en caso de que haya que atender un rebrote en otoño.

El organismo señala como principales costes la cobertura de prestaciones y afiliaciones de los afectados por un ERTE así como la prestación extraordinaria por cese de actividad dirigida a los autónomos. La desviación entre las facturas, en todo caso tendría mucho que ver con el gasto de las comunidades autónomas.

La Airef, que no ha tenido en cuenta aún sus cálculos el coste del ingreso mínmo vital que ultima el Gobierno (con un coste estimado de 3.000 millones de euros) tendrá un carácter estructural, al contrario que el 95% de medidas tomadas para paliar la situación durante este año, que tienen un alcance temporal.

En el csao del gasto, para el que el Ejecutivo estima un importe del 51,5% del PIB, la Airef lo sitúa entre el 50,4% y el 53,2%, en función de sus escenarios. El grueso del aumento de la factura corresponde a las medidas específicas tomadas para paliar la crisis.

Menores ingresos

Otra importante diferencia entre las estimaciones de la Airef y las del Gobierno se da en la previsión de ingresos. El organismo recuerda que el pago de IRPF y Sociedades de este año corresponderá al ejercicio 2019, previo a la pandemia, con lo que la mayor caída de ingresos de estas figuras tributarias se daría en 2021, cuando se tribute por 2020. Con todo, la Airef teme una reducción de recursos públicos de entre el 5,9% y el 9,1% este año.

El Gobierno asume que en 2020 el nivel de ingresos públicos será del 41,2% del PIB, mientras que la Airef estima que se situará en el 39,5%, con un punto menos de recaudación en impuestos y cuatro décimas menos en cotizaciones a la Seguridad Social.

Un legado complejo

Más allá de las estimaciones a corto plazo, la Airef alerta de la herencia a futuro que deja la crisis. En primer término, porque la liquidación tributaria de 2020, que se produciría en 2020, restaría de seis a nueve décimas de PIB del reparto de recursos a las comunidades.

De otro lado, porque elevar la deuda pública al entorno del 120% del PIB complicaría rebajarla del 100% hasta finales de la década de 2030, y llevarla al objetivo del 60% no se logaría hasta casi 2050.

El Banco de España afea el mal punto de partida de las cuentas públicas

 La debacle económica que dejará el Covid-19 tiene el problema añadido de que encuentra a España sin las cuentas públicas saneadas, lo que marca un punto mal punto de partida. Así lo reflejaba este miércoles un informe del Banco de España sobre el ejercicio 2019, cuando el agujero fiscal se elevó por primera vez en seis años, al 2,83%, en el que el supervisor destaca que “el aumento del déficit estructural refleja el carácter expansivo de la política fiscal” y que toda mejora en los últimos años de recuperación económica “se habría debido fundamentalmente al efecto del ciclo”, sin medidas destinadas a mejorar el equilibrio presupuestario. La deuda pública, a su vez, bajó al 95,5% del PIB, “muy por encima del valor de referencia del 60%”. El supervisor financiero expone que, tras una década bajo el brazo correctivo de la UE, Bruselas solo pedía ya a España una reducción de su déficit público estructural de 0,65 puntos y contener el alza del gasto al 0,9%. “Los datos de cierre de 2019 muestran que se habrían incumplido ambos requerimientos”, concluye el informe.

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