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El Gobierno prevé que el PIB caiga un 9,2% este año y el déficit se dispare al 10,3%

El Ejecutivo remite a Bruselas su plan de estabilidad y reformas cuantificando por primera vez el impacto económico del Covid-19, que elevará el paro al 19% y la deuda al 115,5% en 2020

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.EFE
Juande Portillo

El Gobierno ha puesto finalmente en negro sobre blanco su previsión de la debacle económica que espera genere en España la pandemia del coronavirus Covid-19 así como las férreas medidas de confinamiento y restricción de la actividad que ha venido activando para prevenir su propagación, estimando que el PIB retrocederá un 9,2% este año

Así lo ha recogido el Ejecutivo en el Programa de Estabilidad 2020-2023 remitido este jueves a la Comisión Europea, junto al Plan Nacional de Reformas, que incluye una actualización del cuadro macroeconómico. Los datos han sido presentados este viernes por la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

El impacto, ha expuesto Calviño, tendrá una forma de "V asimétrica, con una caída pronunciada en este trimestre y una recuperación más gradual" que comenzará a producirse en el segundo semestre de este año. El Gobienro prevé que el PIB se recupere parcialmente en 2021 con un alza del 6,8%, gracias a la mejora de la situación.

El cálculo de Hacienda es que, en 2020, el gasto público se sitúe en el 51,5% del PIB, un incremento de 10 puntos porcentuales respecto al gasto de 2019. A su vez, los ingresos públicos caerían en 25.700 millones hasta el 41,2% del PIB. De esta forma, el agujero fiscal se elevaría a 115.671 millones, el 10,34% del PIB, “el mayor déficit desde el 10,7% de 2012”. Como consecuencia, la deuda pública saltaría del 95,5% de 2019 al 115,5% en 2020.

El empleo, por su parte, caería un 9,5% este año hasta alcanzar una tasa de paro del 19% para suavizarse al 17,2% en 2021 tras crecer a un ritmo del 8,7%. La cifra supone una destrucción de cerca de dos millones de puestos de trabajo.

“Teniendo en cuenta la situación de excepcionalidad, la Comisión Europea ha aprobado una revisión de las normas simplificando sus contenido y centrándo el contenido en el impacto del coronavirus”, ha explicado Calviño sobre la particular naturaleza del plan remitido a la autoridad comunitaria, advirtiendo en todo caso que las estimaciones están marcados por “la incertidumbre” que rodea a la pandemia.

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“En el caso de España la economía venía creciendo por encima de la media de la zona euro, estábamos capeando mejor que los demás” las tensiones del comercio internacional, ha expuesto Calviño, admitiendo que se esperaba una cierta desaceleración, pero con un “crecimiento más sostenible” que en fases anteriores, “creando empleo y sin generar presiones inflacionistas”. “Pero en el primer trimestre, el Covid ha puesto fin a un periodo de crecimiento iniciado en 2014”, ha dicho la vicepresidenta, que ha dado al traste con todo cálculo previo.

Calviño ha recordado que todos los grandes países han puesto en marcha medidas de confinamiento, reducción de la movilidad y relajación de la actividad económica, siendo España uno de los que ha establecido protocolos de prevención más férreos. El hecho además de haber sido, junto con Italia, uno de los países más castigados por la enfermedad explicaría la gravedad del impacto económico esperado frente al más moderado de otros territorios.

“Los datos del empleo del segundo trimestre serán muy duros”, ha admitido Calviño, defendiendo en todo caso que la articulación de los ERTEs como alternativa al despido ha hecho que el impacto en el mercado laboral haya sido menor a la de otras crisis. La vicepresidenta ha tildado de “rápido y contundente” el plan de choque socioeconómico impulsado por el Gobierno para atender a pymes, autónomos y colectivos vulnerables.

Aval de la Airef, con riesgos a la baja

Las nuevas previsiones económicas del Gobierno han sido avaladas este viernes por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), organismo independiente que fiscaliza las cuentas públicas, y que considera factibles las estimaciones si bien advierte de severos riesgos de que se desvíen a un escenario más crudo.

"No se pueden descartar escenarios más adversos derivados, principalmente, de la intensidad de la recuperación", ha expuesto en una nota en la que identifica "riesgos a la baja referidos, particularmente, a la posibilidad de que se materialicen escenarios epidemiológicos más adversos o daños más persistentes en la capacidad productiva de la economía y el empleo que dificultarían la recuperación proyectada para la segunda mitad de 2020 y para 2021".

Las previsiones anteriores

Las nuevas previsiones oficiales contrastan con fuerza con las del cuadro macroeconómico anterior, de comienzos de año, en el que tras el incremento del PIB del 2% registrado en 2019, se esperaba una desaceleración hasta el 1,6% este año, del 1,5% el próximo, del 1,6% en 2022 y del 1,7% en 2023

Con este escenario, el Ministerio de Hacienda elaboró una nueva senda fiscal que preveía que el déficit podría rebajarse al 1,8% en 2020, el 1,5% en 2021, el 1,2% en 2022 y el 0,9% en 2023, renunciando por tanto al equilibrio presupuestario en la legislatura. Se asumía entonces que el punto de partida rondaría el objetivo del 2% que el Gobierno se había marcado para 2019, si bien luego se supo que en realidad el déficit había aumentado por primera vez en seis años hasta el 2,82%.

En el caso de la deuda pública, que culminó 2019 en el 95,5% del PIB, la estimación del Gobierno era rebajarla al 94,6% en 2020, el 93,4% en 2021, el 91,7% en 2022 y el 89,8% al año siguiente.

Todo ha cambiado, sin embargo, desde aquellas estimaciones. El Gobierno decretó el estado de alarma el 14 de marzo, dando inicio al confinamiento de los españoles en sus hogares y al cierre de comercios en un plan de contención que solo ahora comienza a suavizarse con miras a iniciar una paulatina desescalada en cuatro fases y asimétrica por territorios que se prolongará al menos hasta finales de junio.

Solo los 15 primeros días de confinamiento ya han provocado una caída trimestral del PIB histórica, del 5,2% según los registros publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística.

A partir de ahí, analistas como los del FMI prevén un retroceso del PIB del 8% en el conjunto d este año, que el Banco de España considera que podría llegar a situarse en el 13,2% si el confinamiento acaba alargándose 12 semanas.

También el golpe para el empleo será brutal. Solo en la última quincena de marzo se destruyeron cerca de 900.000 empleos a los que hay que sumar unos cuatro millones de trabajadores sujetos a Expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE).

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