La crisis fuerza la digitalización de las subastas
La pandemia ha obligado a posponer las ventas para más adelante o trasladarlas a las plataformas online
El confinamiento ha trasladado parte de la vida al mundo online. El consumo de series y películas en las diferentes plataformas se ha disparado, los museos han reforzado sus páginas web para permitir recorrer sus pasillos sin levantarse del sofá y los cantantes se han unido para ofrecer conciertos y festivales a través de las redes sociales. Las casas de subastas tampoco han sido ajenas a este fenómeno: muchas han trasladado parte de sus ventas a las plataformas digitales o han dado los primeros pasos para ello.
Es el caso de Christie’s, donde han triplicado la programación en línea para los meses de abril y mayo. La responsable de comunicación para Europa, Alexandra Kindermann, explica que la compañía llevaba varios años trabajando en su estrategia online, lo que les ha proporcionado cierta ventaja competitiva a la hora de adaptarse a esta nueva situación. El 64% de sus clientes compró a través de estas plataformas en algún momento de 2019, y se realizaron transacciones por un valor total de 270 millones de dólares (246 millones de euros) a través de las mismas. Las ventas telemáticas no son solo una herramienta de utilidad para los clientes habituales, sino que también funcionan como la principal puerta de entrada, ya que el 60% de los nuevos compradores se iniciaron a través de esta vía. El confinamiento ha subrayado este hecho: su última subasta de vinos recibió un 20% más de visitantes únicos que las anteriores subastas en línea de la última temática.
También en Sotheby’s se han podido adaptar rápidamente al nuevo contexto. Los esfuerzos de la compañía se centran ahora en trasladar las ventas a la web o posponerlas en función de lo que encaje más con cada categoría. Las 14 subastas online, que celebraron durante el mes de marzo, sumaron un total de 24 millones de dólares (22 millones de euros), es decir, en un solo mes se realizaron más de una cuarta parte de los 80 millones de dólares (73 millones de euros) que generaron todas las subastas en línea a lo largo de 2019.
En Bonhams retomarán las ventas a partir de mayo, pero con un nuevo formato. “Seguirán siendo en vivo, pero nuestro equipo estará trabajando en remoto y no habrá postores en la casa”, explica el director de la compañía en España, Johann Leibbrandt, quien cree que el formato se mantendrá hasta julio. Confían en que la recuperación sea rápida y que la recta final del año compense lo que no se ha podido vender durante estos meses. Mientras tanto, el Covid-19 les ha hecho reforzar un área en el que ya venían un tiempo trabajando: “No cabe duda de que la digitalización es el futuro de las casas de subastas”, apunta el portavoz.
En las marcas españolas la situación es algo diferente debido a las particularidades del mercado local. “El mercado de arte en España no es de grandes precios, sino de mucha cantidad de ventas. Los lotes suelen rondar los 10.000 euros y los compradores no son necesariamente ricos, sino que son coleccionistas, empresarios, dueños de hoteles, gente que invierte en arte el bonus... Todos ellos han quedado muy tocados ahora”, comenta la directora de Subastas Segre, Mercedes de Miguel. Algo que, continúa, no se sufrirá tanto en el mundo de las joyas. “Son un valor refugio en época de crisis, el oro no para de subir”, ilustra. Por el momento, han pospuesto todas las ventas, pero, en base a la buena acogida que está teniendo la subasta benéfica que organizan para recaudar fondos frente al Covid-19, potenciarán la parte digital en el futuro.
Lo mismo harán en Subastas Durán, donde han aplazado las ventas hasta que puedan contar con público, pero planean fortalecer sus ventas online de ahora en adelante. “Antes, los clientes eran muy tradicionales y preferían venir en persona, pero ahora ha ido apareciendo una nueva generación de compradores que manejan a la perfección las nuevas tecnologías y las tienen muy integradas en su vida diaria”, comenta David Durán, portavoz de la compañía, quien asegura que es optimista y espera que, cuando esto pase, vuelvan las ganas de comprar para que todo empiece a funcionar.