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El Covid-19 inmuniza el auge de la inversión responsable

Tras años primando los aspectos medioambientales, los gestores de fondos premian ahora las medidas sociales y de buen gobierno

Getty Images

Más o igual de rentables, pero con el plus de afrontar menores riegos. Ese es el mantra que acompaña a la inversión socialmente responsable (ISR) desde que comenzó su despegue. Hablamos de fondos de inversión que incluyen en su estrategia cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo, también llamado criterios ASG. Pero ¿cómo se están comportando durante la actual situación?

Según el análisis de Sophie del Campo, responsable de Natixis IM para Iberia, Latam y US off­shore, durante las últimas semanas, las carteras con criterios ASG “están exhibiendo un mayor control de riesgo en caídas relativo que aquellas que no incorporan estos criterios. Y es que estas carteras han evidenciado a lo largo de los años que, por un lado, no son más caras en términos de comisiones de gestión que el resto y son, como mínimo, igual de rentables y, además, aportan más descorrelación, en consecuencia proporcionan un mejor rendimiento ajustado al riesgo”.

Pero en estos tiempos de coronavirus sí están mostrando un cambio claro: las cuestiones sociales recuperan el protagonismo después de que en los últimos años “la atención se haya centrado principalmente, a veces incluso exclusivamente, en el medioambiente y el clima en particular”, observa Ophélie Mortier, estratega de inversión sostenible y responsable en DPAM. De hecho, la crisis creada por el Covid-19 ha vuelto a poner en primer plano la importancia del pilar social. “La gestión del capital humano sigue siendo un elemento esencial del análisis de criterios ASG de cualquier empresa. Tanto los empleados como los consumidores prestarán atención a la respuesta de las empresas a la actual interrupción de las actividades y a la consiguiente recesión económica”, cree Mortier.

Para Ana Rivero, responsable de estrategia de mercado y ASG de Santander AM en Europa, la ISR cobra más sentido que nunca. “No sería de extrañar que a partir de ahora haya una mayor concienciación de la importancia de estas inversiones. Cada vez está más claro, y esta crisis sanitaria refuerza esta teoría, que la sostenibilidad futura de las empresas dependerá de que estas demuestren ser un elemento que aporte soluciones y valor a las necesidades de la sociedad y esto lo hagan siendo respetuosas con el medioambiente”.

Hay opiniones dispares respecto a los efectos sobre la acción climática a largo plazo

Más dudas surgen respecto a los sectores verdes. Como reflexiona Ann Steele, gestora de fondos de renta variable europea de Columbia Threadneedle, “la calidad de ASG no ha sido un factor atenuante para estos sectores durante la recesión. La UE perseguirá su agenda verde y reformas financieras sostenibles, pero a nivel mundial veremos otras dinámicas. La Autoridad Internacional de Energía advirtió de que el coronavirus puede reducir las emisiones de carbono a corto plazo, pero amenaza la acción climática a largo plazo, ya que cambia la política y la economía de la transición energética”.

Por el contrario, María Municchi, gestora de estrategias sostenibles y de impacto en el equipo de multi-asset de M&G, cree que “si bien la narrativa y la acción de los precios en los mercados de las últimas semanas podrían parecer muy alejadas de los temas a largo plazo de la sostenibilidad y de las consideraciones sobre los gases de efecto invernadero, bien podría darse el caso de que tales temas se vuelvan aún más relevantes hoy en día”.

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En cuanto a las distintas estrategias dentro de la ISR, Eric Pederson, responsable de inversión responsable en Nordea AM, reconociendo los efectos de excluir ciertas empresas, cree más en elegir compañías que tengan una buena puntuación tanto desde un ángulo ASG como desde el puramente financiero. “Eso es lo que ha creado el sólido desempeño de nuestros fondos de la gama Stars y nuestra estrategia climática. Y una vez que hemos elegido las empresas, nos comprometemos con ellas y votamos en las juntas de accionistas para asegurarnos de que se mantienen por el camino correcto”.

Lo cierto es que la inversión ISR no se ha librado del impacto de la crisis actual si bien “viene comportándose mejor a largo plazo y en periodos de volatilidad que los índices tradicionales”, dice Álvaro Villar, director de producto de Fundsfy, que menciona que el MSCI World SRI cerró marzo con una caída en el año del 17,35%, mientras que el MSCI World perdía el 20,93%.

Varios estudios otorgan un mejor comportamiento a las inversiones con criterios ASG

Otro dato: a tenor del análisis realizado por Axa Investment Managers a los mercados de bonos y acciones durante el primer trimestre, las compañías con mejor puntuación según su rating ASG han demostrado ser más resistentes al crac de los mercados provocado por el coronavirus que aquellas que tenían la peor puntuación.

Pero para la ISR, por ahora, no está suponiendo un cambio tan relevante más allá de que el Banco Mundial o el Consejo de Europa hayan lanzado operaciones de bonos sostenibles o sociales dedicadas al Covid-19, apuntan desde ING, sin embargo, “estamos aún muy al comienzo de esta crisis, donde por ahora las reacciones han sido más de emergencia. Según vayamos avanzando en la misma, veremos consecuencias a más largo plazo sobre sectores económicos y modos de producción que pueden tener un impacto de mayor calado sobre la ISR”.

En cambio Miguel Ángel Rico, Portfolio Manager en Gesalcalá (Grupo Banco Alcalá), sí ve cambios, el principal en la manera de invertir "ha sido que los inversores han pasado a focalizarse más en evitar aquellas compañías que están más endeudadas. Hay que tener en cuenta que muchas compañías, que habían sido premiadas por cumplir con los criterios ESG, habían construido sus proyectos a base de deuda", recalca.

En la práctica

Sociedad futura. Un ejemplo de la convicción de los fondos que integran criterios ASG es el DPAM Invest B Equities Newgems Sustainable, que solo invierte en compañías que desempeñarán un papel fundamental en la configuración de la sociedad (consumidores, corporaciones y Gobiernos) del futuro.

Solidario. El Santander Sostenible 1 es el mayor fondo ISR por volumen de patrimonio de España. En los últimos días se ha convertido también en solidario, destinando parte de la comisión de gestión a proyectos de investigación sobre la lucha contra el coronavirus.

Plan de pensiones. Triodos ha ofrecido la opción de practicar una donación a una organización cuya misión contribuya al cuidado del medioambiente y de las personas desde los inicios de la comercialización de su plan de pensiones Triodos en 2018.

Medidas ganadoras para afrontar el día después

En lo que están haciendo especial hincapié las gestoras con más experiencia en este tipo de inversión es en recomendar que las compañías suspendan el reparto de dividendo o tomen medidas para reducir las remuneraciones de la cúpula. “Recomendamos que las empresas tomen estos pasos para que puedan mejorar su capacidad de recuperación a largo plazo y evitar despidos que causarán dificultades y retrasarán el rebote cuando llegue el momento”, asegura Eric Pederson, jefe de inversión responsable en Nordea AM. De hecho, cree que el papel a corto plazo de la ESG es precisamente que los inversores apoyen a las empresas que toman esas medidas.

También se prevé que las compañías que han mostrado un comportamiento responsable con la pandemia, como L’Oréal, que está produciendo millones de litros de gel hidroalcohólico, o Air Liquide, que está desarrollando respiradores, “sin lugar a dudas, saldrán reforzadas de esta crisis, ya que según un estudio realizado en Francia, los consumidores tendrán en cuenta estos esfuerzos de las empresas para combatir el virus cuando todo esto acabe y esto se verá reflejado en las inversiones”, según Sonia Fasolo, gestora de fondos de ISR de La Financière de l’Echiquier, que añade que el cambio de comportamiento de las empresas que han tomado decisiones de reducción de dividendos, compromiso de bajar remuneraciones, entre otros, “son un claro ejemplo de que con estas acciones no solo están siendo valoradas por la sociedad, sino que tendrán consecuencias económicas positivas”.

Al adoptar proactivamente medidas de apoyo a sus empleados y al tener un perfil flexible, las empresas logran no solo hacer frente a las restricciones de la situación actual, sino que también pueden aumentar su atractivo. De hecho, en la Declaración de los inversores en respuesta al coronavirus firmada por 195 inversores de todo el mundo, entre ellos Nordea o el fondo de pensiones de los empleados de Telefónica, “se pide a las empresas que ofrezcan permisos retribuidos, den prioridad a la salud y la seguridad, mantengan el empleo, sus relaciones con proveedores y clientes, y observen prudencia financiera”, apuntan desde Robeco, también suscriptora.

“La crisis real no afectó a nuestra filosofía de inversión ni cambió nuestro proceso, subrayó la importancia de la misma”, explica Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch. “Después de todo, una empresa solo puede tener éxito a largo plazo si sirve bien a sus clientes, motiva a sus empleados, trata a sus socios comerciales de manera justa, invierte lo suficiente, paga impuestos y no causa daños ambientales”, recuerda.

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