La penitencia de los inversores miedosos
Los mercados financieros se comportan de forma extrema ante una gran incertidumbre, pero quien haya vendido mal puede hacer propósito de enmienda
No quiero entrar en la tragedia humana que el virus está causando ni en las secuelas que dejará, tiempo habrá para el debate filosófico sobre si debe cambiar o no nuestra sociedad y qué deberíamos mejorar. Yo prefiero centrarme en temas que domino más: el estrés que puede suponer un comportamiento tan extraordinariamente volátil de los mercados para algunos inversores y las consecuencias en sus finanzas si reaccionan mal.
El indicador más representativo del miedo, el Vix, tocó unos máximos en marzo no vistos ni en 2000 ni en 2008 y subió con una velocidad que ni la sonda New Horizons. En lo que respecta a fondos y mercados, marzo ha sido un mes para olvidar para los que sufren con bajadas. La verticalidad y velocidad ha debido ser para algunos inversores como hacer puenting teniendo vértigo y sin saber que los iban a empujar.
Aquellos afortunados a los que haya pillado con liquidez que no necesitaban y hayan aprovechado para comprar se sentirán como los que disfrutan con la lanzadera y después del parque de atracciones se van tranquilamente a cenar.
Los inversores que sufren mucho viendo pérdidas de valoración en sus inversiones, lo mejor que han podido hacer este mes es no mirar, ni mercados ni posiciones. Al fin y al cabo, hasta que no vendan no saben el resultado real final de sus inversiones financieras. Mientras, ven su valoración por la ley de la oferta y la demanda que, en momentos de pánico, funciona mal.
Los mercados financieros se comportan de forma muy extrema ante una gran incertidumbre. Muchos inversores por miedo a perder mucho más o incluso a perderlo todo venden, y luego ya analizarán y, llegado el caso, ya volverán (normalmente a precio superior del que salieron). Los mercados, donde fijan precios inversores en tiempo real con sus emociones, tienden a descontar el peor escenario posible que pueden imaginar, con falta de información (o demasiada quizás) y poco tiempo para reflexionar.
Si uno está suficientemente diversificado a través de una cartera de fondos UCIT con una buena cantidad de bonos y acciones de distintos países y sectores, el miedo a perderlo todo es bastante irracional, tendrían que quebrar todas las empresas y Gobiernos cotizados en mercados. El sistema económico tendría que desaparecer tal y como lo conocemos (hay mercados también en países poco democráticos y con sistemas no puramente capitalistas). Un escenario demasiado catastrofista, en mi opinión.
Los mercados han pasado por la crisis de 2000, 2008 y 2012 este siglo, pero el pasado fue mucho peor. Además de dos guerras mundiales, sufrieron la famosa crisis de 1929 y la menos conocida, pero también grave de 1907. Y, a pesar de todo, los mercados siguen existiendo, con bonos y acciones de nuevas compañías con negocios nuevos y otros que hacen cosas de manera diferente en sectores o negocios muy antiguos. El mundo evoluciona y así lo hacen los mercados, lo que parece que se mantiene es el componente emocional.
Los inversores que tienen más experiencia en Bolsa y ya han vivido varias de estas toleran mejor crisis de esta dimensión, saben que a largo plazo se gana dinero con una inversión global y mucho más si se aprovechan las bajadas superiores al 20% para comprar.
Sin embargo, los ahorradores españoles que, ante la falta de remuneración en los depósitos, se decidieran a invertir en fondos mixtos conservadores (poca renta variable y mucha renta fija) o de renta fija flexible o con riesgo de crédito, para poder optar a rentabilidad real (por encima de inflación), se van a encontrar rentabilidades entre el -5 y el -10 cuando miren su posición de marzo.
Muchos ya se debieron dar un buen susto a mitad de mes, a juzgar por las salidas de dinero de algunos de estos fondos. Y es una pena, porque una parte importante vendieron en la semana del 16 al 20, y los mercados de renta fija se empezaron a normalizar a partir del 23.
Los dos tipos de respuestas en una situación de estrés por pánico son la huida o la paralización. Si los mercados le provocan temor, deténgase, no haga nada mientras sienta una gran tensión. Cuando se le pase ya preguntará a su asesor si tiene que hacer cambios por la nueva situación.
¿Qué ha pasado en la renta fija? ¿Qué se puede esperar para el futuro?
Como ocurrió en 2008, los bonos corporativos se han comportado muy mal, incluyendo los de alta calidad. En marzo de 2009 los anuncios de compras de la Fed marcaron el principio de la recuperación de la renta fija. Este 24 de marzo, tras las compras no solo de la Fed, sino del resto de bancos centrales, está pasando algo parecido. Y además de política monetaria también se anuncia la fiscal.
¿Qué pasa con los bonos de baja calidad? Los fondos de este tipo han caído hasta un 20% y recuperan alrededor del 8%. Si pasa algo similar a 2009, incluso con tasas de impago superiores al 10%, los fondos bien diversificados subieron más de un 60%. En 2010 siguieron los impagos, en menor medida. Sin embargo, se consolidó la recuperación de esos bonos. Como suele pasar, en 2008 el mercado se había pasado descontando el número de empresas que iban a impagar.
Esta vez las políticas monetarias de todos los bancos centrales se han puesto en marcha a la velocidad de cohete espacial. Los bonos Gobierno refugio se van a pasar muchos años sin rentar casi con toda seguridad. Tenían sentido por si pasaba algo así, ahora aprovechen para pasar a corporativos. Aunque sea muy conservador, ya ofrecen valor los de alta calidad. Pida ayuda a su asesor.
Marta Díaz-Bajo es Directora de análisis de fondos de Atl Capital