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RENTA

¿Cómo tributan fondos y acciones en la renta?

Conocer la fiscalidad de nuestras inversiones nos ayudará a planificar mejor nuestras finanzas y lograr nuestros objetivos

Los fondos de inversión y las acciones, como la mayoría de los productos financieros, tributan en la base del ahorro en el IRPF. Pero los contribuyentes no pagarán por todo el dinero invertido a través de estos productos, que, según los datos del Banco de España, supera los 320.000 millones en el caso de los fondos españoles y los 347.000 millones en el de las acciones. Solo pagamos impuestos por las ganancias o pérdidas patrimoniales (si hemos vendido acciones o participaciones de un fondo) o por los rendimientos del capital mobiliario generados durante el ejercicio (los dividendos recibidos).

Empezando por los fondos de inversión, cabe destacar que permiten el diferimiento del pago de los impuestos correspondientes por las ganancias patrimoniales, ya que solo tributan cuando se produce el reembolso (se genera una ganancia o pérdida patrimonial que tiene retención del 19%) y no mientras se mantiene el ahorro en el mismo, ni cuando se hace un traspaso de un fondo a otro.

La ganancia (o pérdida) patrimonial tributa en la base del ahorro, a un tipo de entre el 19 y el 23%, en función de la cuantía de esta. Las pérdidas se pueden compensar en la declaración de la renta, ilimitadamente, con otras ganancias patrimoniales y, con límite, con los rendimientos del capital mobiliario.

En el caso de los fondos cotizados (ETF o Exchange Trade Funds), los impuestos se pagan cuando se venden las participaciones (ganancia o pérdida patrimonial que no está sujeta a retención). A diferencia de los fondos de inversión, los ETF no se pueden traspasar sin tributar.

Respecto a las acciones, hay que distinguir los dividendos que recibimos durante el ejercicio de la venta. Como decíamos, los dividendos -la renta explícita- son rendimientos del capital mobiliario (el importe recibido menos los gastos de administración y depósito).

El dividendo tributa a un tipo mínimo del 19% y máximo del 23% en función de la cantidad recibida y en el momento de recibirlos tienen una retención del 19%. Por lo tanto, si nos han pagado más de 6.000 euros en dividendos durante 2019, el resto lo pagaremos con la declaración de la renta.

La venta de acciones, que genera una ganancia o pérdida patrimonial, se considera una renta implícita y no tiene retención, por lo tanto, los impuestos se pagan con la declaración. Tributa también en la base del ahorro (tipo entre el 19 y el 23%). El importe que tenemos que incluir en el IRPF es el resultado de restarle al precio de venta, el precio de compra y los gastos asociados a la venta y a la compra.

La venta de acciones está sujeta a una serie de normas y una de ellas es la conocida como FIFO (First in, first out), que obliga a vender primero los títulos que se compraron primero (cuando se trata de los mismos valores).

En este punto también tenemos que hablar de las normas antiaplicación, que impiden que el contribuyente se declare una pérdida patrimonial si durante los dos meses anteriores o los dos meses posteriores a la venta de una acción se compraron los mismos valores. En el caso de las acciones que no cotizan, el plazo es de un año. Con esto, lo que se quiere es evitar que el contribuyente se declare una pérdida fiscal cuando en realidad no ha generado una pérdida financiera.

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