La amenaza de una recesión pone en cuarentena la deuda anticrisis de la banca
El virus daña el precio de los ‘cocos’, que entran en pérdidas y se dejan hasta un 10%
Con tan solo recordar las aciagas jornadas de la gran Crisis Financiera de 2008, los inversores han puesto pies en pared con la nueva deuda anticrisis de la banca. Este ha sido un mecanismo impulsado por los supervisores para dotar a las entidades financieras de un colchón de capital que asuma pérdidas y evite la tan criticada intervención pública en los rescates. Pues bien, la amenaza de una nueva crisis provocada por el coronavirus ya ha dañado los bonos de todo el sistema financiero español, que acumulan pérdidas de hasta el 10% desde que arrancó el pánico ante la epidemia.
Todo ello, a expensas del papel que jueguen los bancos centrales. El miércoles el Banco de Inglaterra rebajó las obligaciones de capital a la banca. El jueves Lagarde permitió a los bancos que rebajen sus niveles de capital temporalmente.
Antes de que el Covid-19 campase a sus anchas, el mercado ya entendía que el Sabadell era el banco peor preparado de los españoles a un crac financiero. Así se reflejó en los últimos test de estrés, lo que había cimentado los rumores de una fusión. No en vano la entidad que preside Josep Oliu ha sido la que más ha sufrido en Bolsa en estos días. En el año pierde más de un 50%. Una debacle que también ha tenido su correlato en la renta fija.
Las emisiones más afectadas son las de bonos cocos, contingentemente convertibles. Es decir, que se transforman en capital si la ratio de capital del banco cae de un determinado nivel. Estas emisiones son las que mejor replican el comportamiento de las acciones. El esquema de rescate interno de un banco establecido por las autoridades europeas establece que, ante una súbita crisis, el primer activo financiero en amortiguar pérdidas son las acciones, después los bonos cocos, más tarde la deuda subordinada, la sénior no preferente y finalmente la sénior tradicional. Solo en caso de extrema necesidad entrarían en liza la deuda garantizada y los depósitos de la clientela, blindados en hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos.
Los 750 millones en cocos que emitió el Sabadell en 2017 se han hundido en el último mes y han perdido en el 100% del nominal. Ahora cotizan con un descuento del 6%. Es decir, sus titulares ya pierden dinero si venden ahora este producto en el mercado secundario. También están en pérdidas, en torno al 96% del nominal, los cocos que Bankia lanzó en 2017 (750 millones, al 6%), una de las entidades que suenan para acometer una fusión con Sabadell.
Las emisiones más dañadas son las de Santander. Sus 1.500 millones en cocos de 2018, con un cupón del 4,75%, cotizan ya en el 87%, el mínimo de las emisiones analizadas, desde el 105% al que se intercambiaban hace solo una semana. Una situación que se ha extendido a la novísima deuda senior no preferente. Los 1.500 millones que lanzó en 2017 están al filo de perder el umbral del 100%.