Ciberseguridad: un reto que exige perfiles diversos
El coronavirus implica nuevas formas de trabajo, pero también riesgos alternativos
La crisis del coronavirus está poniendo a prueba hasta dónde pueden llegar las nuevas tecnologías en el ámbito empresarial. Muchas compañías están instando a sus empleados a teletrabajar para evitar nuevos contagios. Un sistema que, se prevé, será cada vez más habitual, incluso cuando el virus haya pasado. Sin embargo, las ventajas que ofrecen las nuevas herramientas también conllevan desafíos, pues la seguridad de las compañías es más vulnerable en remoto.
Un campo, la ciberseguridad, en el que, como sucede con la mayor parte del ámbito tecnológico, las mujeres se encuentran infrarrepresentadas. Este fue uno de los temas centrales de la jornada Women in Cybersecurity Spain, organizada este martes por Deloitte en el Auditorio Rafael del Pino. La escasa presencia de mujeres en este campo es especialmente grave porque, tal y como destacó la líder de alianzas estratégicas de SAS, Eduvigis Ortiz, son estas áreas las que están construyendo la sociedad del futuro. “Las mujeres somos el 50% de la población y deberíamos estar igualmente representadas aquí, pero aún no lo estamos”, reivindicó.
La falta de referentes femeninos es una de las razones que hace que muchas mujeres no se decanten por estas carreras, según apuntó Mar López, jefa de la unidad de ciberseguridad y lucha contra la desinformación del departamento de seguridad nacional del Gobierno de España. Ese fue su propio caso, ya que aunque programaba cuando era una niña, acabo abandonando esta afición y estudiando dirección de empresas, pues en las clases solo encontraba hombres y echaba en falta alguien en quien inspirarse. La experta, que finalmente pudo reencontrarse con su pasión, aprovechó la ocasión para reivindicar que, en contra de la crítica habitual, “en España no falta talento, lo que hace falta es apostar por él y trabajarlo”.
Los expertos hicieron hincapié en que la ciberseguridad es un campo en el que se requieren perfiles muy diversos y no necesariamente técnicos, lo que ayuda a hacerlo más accesible para las mujeres. En concreto, la comunicación, es una de las habilidades más demandadas. “Uno de los requisitos es decodificar el lenguaje técnico y elevarlo a la alta dirección. Ahí las mujeres tienen mucho que aportar”, subrayó durante su intervención la directora de redes sociales del Banco Santander, Ananda de Carlos. Por su parte, la oficial de seguridad de la información de Prosegur, Angélica Zamora, también destacó la relevancia de figuras que ayuden a establecer vínculos entre empresa y tecnología. “No mucha gente sabe transmitir correctamente qué es lo que está pasando”, reconoció.
Los conocimientos técnicos no son el pilar principal sobre los que los profesionales de la ciberseguridad desarrollan su carrera, según comentó Zamora, para quien la base es la creatividad y la curiosidad. “No tenemos la respuesta a todo, así que hay que ser muy creativo para generar ideas, con eso ya se tiene mucho ganado”, justificó la experta, para quien debería ser obligatorio realizar pruebas continuamente y, sobre todo, atreverse a cometer errores.
Una idea con la que se mostró de acuerdo Xavier Gracia, socio de asesoría de riesgos de Deloitte, para quien lo más importante no son las teorías, sino las habilidades. “Lo que la gente estudia no tiene nada que ver con lo que se encuentra luego cuando empiezan a trabajar”, admitió, a la vez que señalaba que es importante fomentar la formación desde la perspectiva técnica, teórica y práctica. Un aspecto sobre el que llamó la atención especialmente De Carlos, quien reivindicó que se debe apostar también por el talento interno: “Estamos pendientes de atraer a chicas jóvenes, cuando ya se tienen perfiles de mujeres en las empresas que se podrían reciclar perfectamente”.
Para la presidenta y fundadora de Spain Startup, María Benjumea, la única diferencia que existe entre ambos sexos a la hora de trabajar es que las mujeres deben aprender a valorarse. “Tenemos mucho que ofrecer, pero debemos convencernos de ello y aprender a vendernos mejor”, desarrolló. Sin embargo, Andreu Bravo, socio de asesoría de riesgos de Deloitte, fue un paso más allá y defendió que la desigualdad en este ámbito se ve acrecentada por la falta de corresponsabilidad existente en la esfera privada. “Es una profesión que exige estar disponible 24 horas al día, cuando surge un incidente, hay que estar ahí”, justifica el directivo, para quien debería haber más apoyo por parte de la empresa, pero también en el propio hogar.