Cómo recuperar la confianza en la empresa
El Barça y BBVA han tenido que enfrentarse a crisis en la relación con sus empleados esta semana
Esta semana la cadena SER revelaba que el FC Barcelona publicó mensajes en las redes sociales cargando contra sus propios jugadores a través de I3 Venture, una consultora dedicada a la creación de opiniones en internet. Lionel Messi o Gerard Piqué son algunos de los deportistas afectados por los mensajes de estas cuentas, en las que también se favorecía la reputación del presidente del club, Josep Maria Bartomeu, quien ha negado haber contratado ningún servicio para desprestigiar a sus jugadores.
La polémica se une a la generada, a principios de mes, por el director deportivo del Barça, Éric Abidal, quien señaló a los jugadores como responsables de la destitución de Ernesto Valverde como entrenador. Unas declaraciones que desataron el enfado de Messi, que criticó que el directivo no se hiciera responsable de sus decisiones. Por su parte, BBVA también ha tenido que enfrentarse a una crisis de confianza: El País publicó el pasado sábado que la entidad bancaria espiaba las comunicaciones de sus trabajadores para saber quién filtraba a la prensa información sobre la compañía.
Ambos casos ponen de manifiesto la existencia de una relación hostil entre la empresa y sus empleados. La profesora de Reputación Online de EAE Business School Selva Orejón defiende que para solucionar el problema, el primer paso que se debería llevar a cabo es medir en qué grado han calado estos mensajes en los trabajadores, saber si se les ha dado credibilidad, más allá de que sean ciertos o no. Si bien también avisa de que, en caso de ser verdad, lo mejor es salir a admitirlo y dar explicaciones cuanto antes.
A la hora de elegir un portavoz para comunicar lo sucedido, no basta con decantarse por el máximo responsable de la compañía, sino que debe elegirse a alguien que aporte credibilidad al mensaje. “Este tipo de noticias afectan mucho a la ética de la empresa, con lo que se debe optar por una persona que transmita correctamente lo que se quiere decir. Para ello, es recomendable que cuente con apoyo popular y que su imagen pública sea coherente”, prosigue Orejón.
Para la psicóloga y directora de la consultora Idein, Elisa Sánchez, la confianza en las corporaciones funciona de una forma muy similar a las relaciones sentimentales. “Tener poca confianza en uno mismo hace que se proyecten estas inseguridades en el resto de trabajadores”, apunta la experta, quien defiende que, en el caso del presidente del Barça, lo correcto sería trabajar en mejorar la imagen personal sin necesidad de perjudicar la de los compañeros. La sinceridad, la capacidad y la credibilidad son los tres pilares sobre los que se construyen este tipo de relaciones, y romper cualquiera de ellos destruye este vínculo.
Tener poca confianza en uno mismo hace que se proyecten estas inseguridades en el resto de trabajadores Elisa Sánchez, psicóloga
En esta línea, la psicóloga vincula lo acontecido en el BBVA con los celos de una pareja. “Tengo dudas de que me esté siendo infiel, así que miro tus cuentas, controlo tus movimientos... aunque sin afectar directamente a tu imagen”, desarrolla. En ambos casos, admitir el error en lugar de negarlo sería la primera condición para restablecer la relación, detalla Sánchez. Después, es inevitable pedir disculpas y dar una explicación para lo sucedido, independientemente de que los responsables hayan podido no ser conscientes de la ofensa. “Esto no es justificarse, sino exponer las razones por las que se ha hecho algo. Puede que, en un momento determinado, alguien tomara una decisión de la que, tiempo después y bajo otra perspectiva, se arrepienta”, continúa la experta.
El perdón es, en cualquier caso, un elemento necesario, pero no suficiente para reparar el daño. La compañía deberá negociar una forma de compensar el malestar generado, así como realizar el firme compromiso de que el error no se repetirá en el futuro, insiste Sánchez.
Por su parte, el director de recursos humanos de Adecco, Alberto Gavilán, sostiene que si se opta por no despedir a los responsables de la compañía, además de pedir disculpas, habría que formar un equipo de trabajo que dirija las acciones, establezca las comunicaciones y medie con todos los implicados. “Debe estar integrado por personas que conozcan muy bien el funcionamiento de la organización y que generen confianza. La clave es actuar muy rápido y dar con una solución que sorprenda y deje a todo el mundo relativamente satisfecho”, desarrolla.
Estas polémicas no se limitan a las relaciones laborales, sino que afectan a la reputación de la empresa. “La confianza es una cuestión que engloba todo lo demás, si internamente no confían en ti, tampoco lo van a hacer fuera”, concluye Orejón.