Hacia una Unión Europea climáticamente neutra
El Mecanismo para una Transición justa realizará y estimulará inversiones por valor de al menos 100.000 millones de euros
La transición climática plasmada en el Pacto Verde es a la vez un imperativo ético y una oportunidad económica. Debemos adaptar nuestra forma de producir y consumir, con el fin de proteger nuestra salud y nuestro bienestar y también para que las generaciones venideras puedan disfrutar de nuestro planeta. En las últimas décadas hemos demostrado en Europa que es posible romper el vínculo entre las emisiones de CO2 y el crecimiento económico. A largo plazo, todos nos vamos a beneficiar del paso a la neutralidad climática. Al mismo tiempo, y a corto plazo, esta transición exigirá la realización de esfuerzos significativos y conllevará ajustes sustanciales por parte de los ciudadanos y de las regiones que dependen en mayor medida de los combustibles fósiles.
Esta es la razón por la que la Comisión Europea va a adoptar un Mecanismo para una Transición Justa, que incluirá un Fondo de Transición Justa. Queremos velar por que la transición energética y climática sea justa y equitativa. También es una oportunidad para demostrar que «no dejar a nadie atrás» no es solo una etiqueta de Twitter, sino una promesa real de equidad y solidaridad europeas.
No todos los países y regiones toman la salida desde el mismo punto. En la actualidad, cientos de miles de empleos y muchos hogares siguen dependiendo de la cadena de valor de los combustibles fósiles y de los procesos industriales intensivos en carbono, por ejemplo en relación con la minería del carbón o la industria siderúrgica. De entre las 276 regiones de la UE hay 108 que albergan infraestructuras del carbón y unas 237.000 personas trabajan en actividades relacionadas con el carbón, mientras que son decenas de miles más las que están empleadas en actividades de extracción de turba y en la industria del esquisto bituminoso.
Alcanzar el ambicioso objetivo de Europa para 2050 requerirá un esfuerzo significativo y la transición hacia una Unión climáticamente neutra implicará la transformación de las regiones de Europa. Si tenemos éxito, podremos reducir considerablemente la inaceptable cifra de 400 000 muertes prematuras al año causadas por la contaminación atmosférica en nuestras ciudades.
Al embarcarnos en esta misión, no escatimaremos esfuerzos para garantizar que no se quede atrás ninguna región, ninguna comunidad, ninguna persona. Para ayudar a las personas de toda Europa, desde las minas de carbón de Asturias y Silesia hasta las turberas de las Midlands, queremos que el Fondo de Transición Justa apoye a quienes estén preocupados por su empleo y demuestre que la transición puede brindar oportunidades para todos.
Podemos hacerlo, por ejemplo, ofreciendo oportunidades de reciclaje a quienes se vean afectados por la transición; cabe citar posibilidades como estimular la creación de nuevos puestos de trabajo en la economía verde o invertir en transporte público electrificado.
El Mecanismo para una Transición Justa es una nueva forma de hacer partícipes a todos los ciudadanos y de contribuir a la prosperidad, el bienestar y un futuro más ecológico para las generaciones futuras. Establecerá el Fondo de Transición Justa con créditos adicionales, además del presupuesto de la UE, para conceder subvenciones a la diversificación económica y a los trabajadores que necesiten formación. También movilizará dinero privado para ayudar a crear nuevas actividades económicas que sustituyan a las contaminantes. Y, a través del BEI, concederá préstamos favorables a las autoridades locales para financiar proyectos ecológicos. En conjunto, estas herramientas efectuarán y estimularán inversiones por valor de al menos 100 000 millones de euros.
La premisa de nuestra Unión Europea es que el bienestar de uno mismo depende del de sus socios. Nuestra solidaridad se basa en el concepto del bien propio a través del bien común. Y en estos momentos de turbulencia es evidente que ningún Estado puede hacer frente por sí solo a los grandes desafíos presentes. Con el Pacto Verde, Europa da ejemplo en la transición hacia la neutralidad climática y una nueva estrategia de crecimiento ecológico. Ya teníamos las capacidades, los cerebros y la tecnología. A partir de hoy, tendremos también un mecanismo para integrar a todos los ciudadanos en esta transición justa. Compartimos un continente común y juntos podemos forjar un brillante futuro verde. Vamos a arremangarnos para empezar a trabajar.
Frans Timmermans / Elisa Ferreira son Vicepresidente ejecutivo del Pacto Verde Europeo/ Comisaria de Cohesión y Reformas