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A ojo de irlandés
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La política de Trump entra en Europa

Las declaraciones del presidente de EE UU a favor de Johnson han marcado una pauta en las elecciones más inusuales e inquietantes

Reuters

Normalmente, los presidentes de Estados Unidos no interfieren abiertamente en las elecciones de sus aliados. Normalmente. Si creemos que el presidente Trump fue aupado al poder por la interferencia rusa y él no ve nada de malo en ello, entonces tal vez no sea sorprendente pensar que Trump pueda interferir descaradamente en las próximas elecciones en el Reino Unido. Y, según el signo de los tiempos en que vivimos (una sociedad posverdad), lo hizo en el programa de la radio LBC del líder del Partido Brexit, Nigel Farage. Mientras era entrevistado en The Nigel Farage Show, Trump afirmó que Jeremy Corbyn llevaría al Reino Unido “a un mal lugar y Johnson era el tipo exacto para el trabajo de hoy”… Textual; un análisis político de lo más profundo.

Nadie se extrañe, por cierto, de que haya un espacio radiofónico dirigido y presentado por un líder político, porque un número creciente de ellos tiene sus propios programas en medios de comunicación. Algo así como si en España hablásemos de El show de Pedro Sánchez o Las mañanas con Pablo (Casado o Iglesias, elija).

Volviendo a la temprana intervención del presidente americano, el pasado 31 de octubre, es indudable que marcó una pauta en la campaña para las elecciones más inusuales e inquietantes en la historia del Reino Unido. Aunque nos quedan unos cuantos días hasta el 12 de diciembre, es ya patente una estrategia del Partido Conservador de Johnson basada en el enfoque trumpiano de la verdad, que sorprende a todos los demás partidos, e incluso a otros conservadores, construido como está en puras mentiras. No hablo de exageración política, sino de grandes mentiras destinadas a distorsionar. Y cuando esas mentiras son refutadas, automáticamente son reemplazadas por otras mentiras. Creo que Johnson y su principal asesor político, Dominic Cummings, son personas peligrosas; y creo firmemente que están arruinando la democracia del Reino Unido mediante la aniquilación deliberada de la verdad.

Pero vayamos con algunos datos. El día en que se hizo público el programa electoral laborista, los conservadores publicaron un sitio web fake llamado Labourmanifesto.co.uk, que pretendía contener las políticas del partido de Corbyn. Los conservadores pagaron a Google para llevar esta versión del supuesto manifiesto laborista a la parte superior de los resultados de búsqueda, confundiendo a los que se interesaban por el programa real. La prueba es que Google tuvo que prohibir ocho anuncios y patrocinios para posicionar la web.

¿Más detalles? Los conservadores también cambiaron el nombre del perfil en Twitter de su Oficina Central a Fact Check UK (Hechos Verificados RU), con el objetivo de engañar a los votantes y hacerles creer que su propaganda, publicada en forma de tuits, es verdadera y precisa, y que ha sido verificada de forma independiente. Y no dejemos de lado los millones de libras en donaciones de los socios rusos de Boris Johnson a su partido (al más puro estilo Trump). No debe ser casualidad que su Gobierno se negase a publicar un informe nuevo y condenatorio, que supuestamente demuestra que los rusos interfirieron en las últimas elecciones en el Reino Unido.

Esta disposición a mentir abiertamente, engañar y distorsionar, proveniente directamente de la sede del Partido Conservador, es diferente a todo lo que se haya visto antes en la política británica.

Y más: fácilmente se encuentran imágenes y vídeos manipulados por los de Johnson. Eso sí: este se negó a ser entrevistado por el periodista más feroz de Gran Bretaña, Andrew Neil, un periodista que no se casa con nadie, a pesar de que puso en apuros hace unos días a Corbyn. Tal vez tenga algo que ver que la mujer de Cummings trabaje para Neil.

Más allá de que Johnson y Farage anunciasen conjuntamente que se negaban a asistir al debate de los líderes sobre el cambio climático que se celebra estos días en Madrid, la actualidad ha traído un hecho luctuoso que, desgraciadamente, también ha entrado en campaña. Me refiero al terrorista islámico radical que mató a dos personas antes de que le dispararan en el Puente de Londres el pasado fin de semana. Johnson no dudó en usar la tragedia para ganar puntos alegando que él era duro con los terroristas y que Corbyn era débil. Sin embargo, estos tiempos no son normales y, a pesar de (o posiblemente debido a) todas las mentiras, los tories tienen diez puntos de ventaja. Culpe a Dominic Cummings y su Ministerio de Desinformación a lo George Orwell.

No piense que esto no puede y no sucederá en algún momento aquí. Tenga cuidado con la introducción de los gurús de datos tipo Cambridge Analytica que ayudan a enfocar los mensajes políticos de sus partidos. Tenga cuidado con los grupos de extrema derecha como el Brexit Party (y su propio Vox aquí) que empujan a otros partidos más hacia la derecha. Tenga cuidado con los grupos de extrema izquierda como la organización Momentum de Gran Bretaña que ha llevado al Partido Laborista demasiado a la izquierda, donde ha sido acusado de fomentar el antisemitismo. Creo que cada vez es más necesario un análisis claro frente a los asesinos de la verdad, antes de que Europa y el mundo sucumban a una gran crisis de identidad y de ausencia de valores.

Gavin Bonnar es abogado y empresario irlandés y experto en derecho internacional

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