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Los nuevos aeropuertos son las catedrales del siglo XXI

Eficientes y bonitos, pero también seguros y sostenibles

Azafatas chinas durante el primer día de la apertura del aeropuerto Daxing Internacional de Pekín
Azafatas chinas durante el primer día de la apertura del aeropuerto Daxing Internacional de Pekíngetty

Más grandes, más sofisticados, más seguros, más eficientes, más sostenibles, cerca de las ciudades y con un plus de diseño. “Los aeropuertos son las nuevas catedrales del siglo XXI. No solo tienen que funcionar bien, sino que se tienen que ser bonitos y exclusivos”, asegura Rocío Gutiérrez Richaud, arquitecta y profesora del Máster de Ingeniería Aeronáutica de la Universidad Europea. “El cambio que ha sufrido la aviación civil es brutal”, continúa. “Los aeropuertos ya no son meras terminales desde las que despegan aviones; construir un aeródromo en medio de la nada es muy complejo y la seguridad es primordial tanto desde el punto de vista operacional como del control de pasajeros”.

La carrera por el transporte aéreo se disputa desde hace tiempo entre ingenieros, informáticos y arquitectos, un sector que no deja de crecer, aunque la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha revisado a la baja la previsión de beneficios de las aerolíneas para 2019 debido al alza del petróleo y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Los aeródromos son ciudades aéreas con todo tipo de servicios

Lo que no cambia es la estimación de aumento de pasajeros ni de la rebaja de las tarifas, al tiempo que habrá más destinos conectados por avión (22.000 rutas directas) y más frecuencias. Cada minuto despegarán 75 aviones de media, según la IATA.

‘On board’

En este contexto por atraer viajeros, la tendencia es que los nuevos aeropuertos dejen de ser meros núcleos de transporte y se conviertan en pequeñas grandes ciudades aéreas con zonas de negocios y de ocio, mejorando la experiencia de los pasajeros, “donde este pueda relajarse y disfrutar tras pasar los tediosos controles de seguridad”, explica la arquitecta. Además, los nuevos aeropuertos “deben ser rentables y autofinanciables, generando modelos de negocio nuevos”.

En España, Aena invertirá 5.000 millones de euros entre 2022 y 2026 para las ampliaciones de Barajas y El Prat y para potenciar sus servicios, cifra que duplica el actual ritmo de inversiones. El gestor prevé aumentar un 14% la capacidad del aeródromo madrileño –el quinto de la UE, con 70 millones de pasajeros– con la reforma de la terminal 3 y la ampliación de la T4 y satélite, entre otras mejoras.

Terminal T4 del Aeropuerto de Madrid Barajas.
Terminal T4 del Aeropuerto de Madrid Barajas.

Aena también tiene previsto el desarrollo inmobiliario de los suelos adyacentes a Barajas y El Prat y propiedad del operador público, que se destinarán, entre otros usos, a instalaciones logísticas, hoteleras, comerciales y oficinas.

Parques acuáticos y centros de ocio o business centers, hoteles, centros de belleza o spas; restaurantes con estrella Michelin y tiendas de lujo –en las que puede comprarse un coche de alta gama– son algunos de los servicios que ya puede encontrar en algunos de los mejores, más modernos y grandes aeropuertos como los de Singapur, Hong Kong (China) o Doha (Catar).

Ferrovial (Heathrow- Londres), Acciona y FCC (nuevo aeropuerto de Ciudad de México), ACS (Abu Dabi), OHL (Santiago de Chile), Sacyr (diversos aeropuertos de Chile) y San José (Bombay) son algunas de las constructoras españolas que lideran proyectos aeroportuarios en el exterior, según datos de la patronal Seopan.

De Estambul a Pekín

El nuevo aeropuerto de Estambul y el casi recién inaugurado Daxing en Pekín, los más grandes del mundo, son dos paradigmas de las ciudades aéreas del futuro. El de la capital turca, a orillas del mar Negro y a 35 kilómetros del centro de la ciudad, ocupa una superficie de 76,5 millones de metros cuadrados, tendrá seis pistas y capacidad para 200 millones de pasajeros en 2028, cuando se termine la última de sus cuatro fases de construcción; su zona comercial ocupa 52.500 m2 y la de restauración, 32.000.

En el proyecto se incluye la construcción de oficinas, residencias, hoteles, un centro de salud, un centro comercial y otro de exposiciones. Uno de los hoteles de la terminal 3 tendrá 102 habitaciones en el lado aire para aquellos pasajeros que deseen descansar entre vuelos, sin tener que pasar nuevos controles, de por sí muy ágiles y rápidos.

Daxing, desde el aire, parece una estrella de mar y es considerado como el aeropuerto infinito. Desde su núcleo central salen seis brazos: uno de ellos es el acceso y los otros cinco los pasillos que conducen a las aeronaves. Este novedoso diseño permite minimizar las distancias dentro de la terminal, de manera que la puerta de embarque más lejana está a solo 600 metros de distancia del control de seguridad.

Una industria boyante

Beneficios. Las líneas aéreas tendrán unos beneficios de poco más de 25.000 millones de euros en 2019, según datos de la IATA, un 21% menos que su previsión anterior y un 6,6% por debajo de las ganancias obtenidas en 2018.

Costes. La factura del combustible supone el 25% de los gastos operativos de las compañías de aviación.

Tráfico. El volumen de pasajeros se multiplicará por dos en el plazo de dos décadas hasta alcanzar los 7.800 millones de pasajeros en 2036, según datos de la IATA, con un ritmo de crecimiento anual del 3,6% durante los próximos 20 años.

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