La caída del jefe de McDonald’s lanza un claro mensaje #MeToo
Cesarle por una relación consentida evidencia que tampoco se tolerará un comportamiento peor
McDonald’s se atiene a una fórmula básica al despedir a su CEO, Steve Easterbrook, por romper las reglas de la compañía al tener una relación consentida con una empleada. Es una política simple, y al aplicarla tan claramente en la cúpula también es una señal positiva de que tampoco se tolerará un comportamiento peor.
Es fácil ver lo rápido que pueden ponerse feas las cosas cuando un CEO se lía con un subordinado. Incluso si es consentido, surgen cuestiones de conflicto de intereses y favoritismo. En McDonald’s, el código de conducta de la compañía se aplica a todo el personal, y prohíbe que los trabajadores de la misma línea jerárquica directa o indirecta sean pareja. Esto también debería ayudar a evitar el acoso y los incidentes no consentidos, algo por lo que los empleados de la compañía, mucho más abajo en la cadena alimentaria, han protestado como parte del movimiento más general #MeToo.
Los consejos pueden ser reacios a actuar con tanta decisión, especialmente si un CEO ha logrado un rendimiento financiero satisfactorio. Las acciones de McDonald’s se habían más que duplicado desde que Easterbrook aceptó el trabajo en 2015. Los consejeros de la compañía llevan en su mayoría mucho tiempo ahí: el presidente Enrique Hernández, por ejemplo, es consejero desde 1996. Los miembros del consejo de la cadena CBS, por ejemplo, protegieron a Les Moonves de acusaciones de un comportamiento mucho peor antes de que acabara siendo expulsado.
Al menos desde fuera, no ha habido tal demora en McDonald’s. Tal vez esto se deba en parte a que la cara sonriente de Easterbrook adorna los estándares de conducta empresarial adoptados por la compañía. Aunque un romance consentido no es lo mismo que acoso sexual, la dinámica de poder de un jefe y un subordinado subyace en gran parte de los comportamientos que desencadenaron el movimiento #MeToo. El fabricante de chips Intel también sustituyó a su jefe el año pasado por una relación consentida similar. Tal vez el mensaje esté empezando a filtrarse.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías