La lucha contra el hambre precisa de una ayuda masiva y urgente
El enfriamiento económico, el cambio climático, los conflictos bélicos y la guerra de aranceles están dificultando e iniciativas para terminar con la escasez de alimentos
La realidad es escalofriante: en un mundo dominado por el avance tecnológico, donde se pagan cifras multimillonarias por algunos deportistas y la NASA prepara el primer viaje turístico a la Luna –que requerirá un desembolso mínimo de 80 millones de dólares por pasajero–, más de 820 millones de personas pasan hambre, el 11% del total.
En España esta condición afecta a menos del 2,5% de la población, pero un 7,5% se encuentra en una situación de “inseguridad alimentaria moderada o grave”, es decir, puede verse obligada a reducir el consumo o la calidad de los alimentos en el futuro.
Este escenario de necesidad primaria coincide paradójicamente con una estimación de más de 250 millones de niños obesos para dentro de 10 años, según la Fundación Mundial de la Obesidad, y con 1.300 millones de toneladas de comida arrojadas cada año a la basura.
Los datos recogidos por la FAO en su último informe son preocupantes; la situación a escala global con respecto a la falta de comida es la misma que en 2010. “Si las tendencias actuales continúan, no cumpliremos ni la meta del ODS en 2030 de reducir a la mitad el número de niños con retraso de crecimiento ni la previsión de la Asamblea Mundial de la Salud para 2025 de bajar en un 30% la prevalencia de los niños con bajo peso al nacer”, reconoce.
Volcados con los más necesitados
Grupo Cooperativo Cajamar. La entidad lleva a cabo proyectos de I+D+i, a través de sus centros de experimentación, para la mejora del conocimiento de las necesidades de agua y nutrientes de los cultivos a lo largo de las distintas fases de crecimiento. Además, facilita las herramientas y las tecnologías que los agricultores necesitan para la toma de decisiones, haciendo que sean lo más eficientes posibles. Se están consiguiendo claros beneficios ambientales, al aumentar la disponibilidad de agua y reduciendo la contaminación, y también económicos, al disminuir el coste que tienen que soportar las explotaciones.
Dia. A través de un acuerdo de colaboración con Cruz Roja, la compañía distribuye desde 2016 alimentos a niños y niñas en riesgo de exclusión de Galicia y Extremadura. En este tiempo se han repartido más de 55.000 meriendas, cuyo aporte nutricional se estudia para que sea adecuado a cada edad. Se incluyen zumos, cereales, lácteos, fruta fresca, frutos secos y agua, entre otros.
Ilunion Hotels. Ilunion Barcelona participa en el proyecto Alpan (Alimentos para Necesitados) impulsado por el Rotary Club de Barcelona y la asociación de voluntarios de La Caixa. El objetivo es distribuir alimentos entre los comedores sociales de la ciudad que son proporcionados por hoteles y restaurantes adheridos al programa. Ilunion Barcelona dona una media de 2.350 menús anuales que incluyen un primer plato, un segundo, postre y pan. El establecimiento diseña un plan dietético semanal.
PronoKal Group. En la primera marcha solidaria organizada por la compañía se recorrieron un total de 355 kilómetros, y junto a las aportaciones realizadas se ha conseguido financiar un total de 3.555 días de tratamiento nutricional para niños y niñas en riesgo de malnutrición.
El objetivo número dos de Naciones Unidas pretende poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana y nutritiva; terminar con las formas de malnutrición; duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores en pequeña escala; asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción; aumentar las inversiones en la investigación agrícola; prevenir y corregir las distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales y adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados.
La hambruna se concentra en África, con el 20% de las personas afectadas, rozando el 31% en la parte oriental. La situación está empeorando en las zonas occidental y subsahariana por los conflictos y la sequía.
Los siguientes países con peor situación son Asia, donde la falta de alimentos afecta al 11,3% de la población; América Latina y el Caribe, con el 6,5% de las personas con necesidades; Oceanía, con el 6,2%, y América del Norte y Europa, con menos del 2,5%.
El incremento del paro, la última crisis financiera, la inestabilidad económica, los conflictos bélicos y sociales y el cambio climático están sumándose como factores que impiden que se desarrollen, en muchos casos, las mejoras emprendidas. “El hambre está aumentado en los países donde la economía ha entrado en una fase de corrección”, subraya el organismo. Ante esta situación, la FAO urge a que se tomen medidas “para salvaguardar la seguridad alimentaria y la alimentación por medio de políticas económicas y sociales que ayuden a contrarrestar los efectos producidos”.
Naciones Unidas considera también imprescindible el empoderamiento de la mujer. Según sus estimaciones, “si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, como por ejemplo la financiación, la cantidad de hambrientos en el mundo se reduciría hasta en 150 millones”.
En la subalimentación también existe brecha de género, y una mujer en las mismas condiciones de ingresos que un hombre tiene mayores dificultades para comer bien. Las féminas arrojan mayores niveles de anemia, una dolencia que afecta al 33% de las que se encuentra en edad fértil. El objetivo para 2025 es situarla en el 15%.
La FAO apunta en su informe que es necesario alimentar a algunos segmentos de la población, como embarazadas o mujeres que amamantan a niños, así como facilitar ayudas para agricultores, pescadores y ganaderos; la formación de los trabajadores del sector primario para que logren el éxito en sus negocios; impulsar la inversión en tecnología e I+D; la diversificación en la producción y una apuesta firme por la agricultura, la pesca, la silvicultura y la ganadería sostenibles.
Igualmente, es importante que se suavicen los impuestos para fomentar el comercio exterior en los países con problemas y la eliminación o reducción de aranceles que encarecen los productos básicos.
Donación de alimentos, menús solidarios y formación en cultivos
Según un estudio realizado por la Fundación Bancaria La Caixa y Esade, menos del 10% de las empresas (cotizadas y no cotizadas) recoge en sus memorias información sobre el segundo ODS, siendo el penúltimo del conjunto de los 17 objetivos en cuanto a iniciativas emprendidas; únicamente arroja un resultado peor el 14 (protección de la vida submarina).
La actividad más común y donde hay una mayor participación empresarial es a través de los bancos de alimentos, y en especial en las campañas denominadas Operación Kilo. De acuerdo con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), en 2018 se recogieron 21 millones de kilos, cifra que se mantiene casi estable desde 2014; se beneficiaron 1,20 millones de personas.
Son muchas las compañías que colaboran a través de este canal. Por ejemplo, el último año han participado BBVA, Telefónica, Bankia, Allianz, El Corte Inglés, Bankinter, La Caixa, Cepsa, Coca-Cola, Danone, Makro, Repsol, Bimbo... y un largo etcétera.
Iberdrola ha conseguido reunir en sus centros de trabajo más de 6.000 kilos de alimentos aportados por sus empleados. Los productos han sido distribuidos a diferentes familias a través de organizaciones sociales de España, Portugal y México. La compañía también fomenta actividades de voluntariado para el reparto a hogares en situación de vulnerabilidad, comedores sociales entre otros.
También Red Eléctrica realiza diferentes actividades relacionadas con la lucha contra el hambre. Una de ellas es su participación en la Challenge Interempresas, una carrera solidaria donde por cada kilómetro recorrido por los empleados, la empresa dona 10 euros a Acción contra el Hambre. En 2018, REE consiguió 13.222 días de tratamiento nutricional para los necesitados.
La acción solidaria Ningún niño sin bigote, impulsada por la Obra Social La Caixa y CaixaBank, ha recaudado 2,6 millones de litros de leche, un 60% más que el año anterior, que se distribuirán entre quienes lo necesiten.
El Grupo Fuertes (ElPozo) colabora con diferentes instituciones y patrocina la campaña Restaurantes contra el Hambre. Los establecimientos que se adhieren a la iniciativa ofrecen menús o platos solidarios en su carta y donan parte de su coste a combatir la desnutrición infantil. Desde su puesta en marcha en 2010 ha conseguido implicar a más de 7.500 restaurantes de España y recaudar más de un millón de euros que han ayudado a 30.000 menores. Con motivo del décimo aniversario de su puesta en marcha, el chef tres estrellas Michelin Quique Dacosta ha sido elegido padrino y embajador. El grupo donó el pasado año casi medio millón de kilos en alimentos.
Ebro Foods facilitó productos a través de diferentes organizaciones de España, Francia, Estados Unidos y Canadá por valor de más de 1,6 millones de euros. La compañía participa en más de 60 proyectos relacionados con la alimentación y la nutrición. También fomenta la agricultura sostenible; entre sus objetivos está convertir Andalucía en el líder sostenible en el cultivo del arroz. En India forma a agricultores sobre el uso adecuado de los pesticidas, uno de los problemas alimentarios del país.
El compromiso de la cooperativa de agricultores San Isidro Labrador es destinar el 10% de su producción a los bancos de alimentos. Además, ha puesto en marcha el proyecto Coexplay para impartir conferencias en centros educativos sobre la importancia de tener una alimentación sana y equilibrada.