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Financiación

La banca insta a Abertis a emitir deuda híbrida por 1.000 millones

La misión es proteger la calificación triple B del grupo; el grupo ha colocado 5.800 millones de bonos sénior desde marzo

José Aljaro, consejero delegado de Abertis.
José Aljaro, consejero delegado de Abertis.

La nueva Abertis está en una carrera de financiación barata. Tan acelerada que ya ha emitido 5.800 millones de deuda sénior desde el pasado mes de marzo. El grupo tiene como gran misión blindar su rating de triple B, y para ello los bancos de inversión le aconsejan que venda bonos híbridos. Fuentes financieras señalan que el potencial debut se ejecutaría por entre 500 y 1.000 millones de euros, si bien la decisión final sobre la operación no ha sido tomada. Una portavoz del grupo declinó hacer comentarios sobre esta información.

La deuda híbrida computa al 50% como capital, de forma que las agencias de calificación la tienen en un altar como fórmula para obtener liquidez y al tiempo reforzar los fondos propios, uno de los ingredientes clave a la hora de determinar la nota de solvencia de una compañía. Abertis, después de refinanciar los 2.715 millones de euros que le quedaban de un préstamo puente, ha seguido reestructurando su deuda con emisiones posteriores. En abril vendió con gran éxito 3.000 millones de euros; en julio, otros 1.300; y el pasado septiembre, 1.500 millones adicionales.

La deuda bruta del grupo participado al 50%, más una acción, por Atlantia, por ACS (30%) y por Hochtief (20% menos una acción) se sitúa en los 23.035 millones de euros, con un cupón medio del 2,66%, según los datos recopilados por Bloomberg. Su última adquisición ha sido en México. Controlará, junto al fondo soberano de Singapur (GIC), el 70% del mayor operador de autopistas de México, Red de Carreteras de Occidente (RCO), a Goldman Sachs. Abertis desembolsará por el 50,1% unos 1.500 millones de euros, y para ello utilizará una “combinación de efectivo disponible y préstamos ya existentes”.

Fitch publicó una nota la semana pasada en la que sentencia que la compra de RCO no tendrá impacto en el rating que le asigna, de BBB con perspectiva de estable, con un aumento de la ratio de apalancamiento –calculada como la deuda neta entre el beneficio bruto de explotación (ebitda) conforme a los criterios de la agencia– de 0,3 puntos porcentuales, una vez que se cierre la operación, que requiere una opa sobre la empresa y que finalizará previsiblemente en el primer semestre de 2020. Es más, señala que el ebitda que logrará con la firma mexicana compensará el que dejará de percibir de la autopista Acesa, cuya concesión vence en 2021.

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Con todo, la compañía requiere unas notables necesidades de liquidez para afrontar los vencimientos que le quedan. El próximo año suman 1.230 millones y hasta 2023 la cuantía crece hasta los 8.846 millones de euros. En este contexto, y ante posibles compras adicionales, los bancos sugieren que utilice este tipo de deuda –generalmente eterna y con capacidad para decidir el pago del cupón a discreción–, que se coloca en el orden de prelación después de la deuda con garantías extra y de los bonos sénior, y solo antes que el capital.

La última emisión de deuda híbrida en España fue la de Telefónica, con 500 millones y un interés del 2,875% que crece a medida que pasen los años sin que la deuda sea rescatada. La teleco también tiene nota de triple B. En febrero, Iberdrola (con una calificación de BBB+) colocó 800 millones de euros al 3,25% inicial.

Un dividendo vinculado a la nota de las agencias

Fitch y Standard & Poor’s. Ambas agencias dan una nota de BBB a Abertis, y esta ha ligado el pago de dividendos a la nota de las agencias, como blindaje para los bonistas. En el folleto de emisión de deuda registrado en la Bolsa irlandesa, se especicaba que la empresa entregaría dividendos por 875 millones con cargo a 2018, y la misma cantidad con cargo a 2019 y también a 2020. Pero si hay riesgo de que la nota caiga a BBB– se minorará el dividendo, hasta el 55,5% del previsto. Si la rebaja ya se ha producido y hay un peligro adicional de que la nota se sitúe por debajo del umbral mencionado –lo que supondría perder el grado de inversión–, se reducirá el dividendo cuanto sea necesario para mantener el rating de BBB–.

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