WeWork se quedará sin efectivo en un mes y busca una inyección de capital
Su accionista SoftBank valora participar en una ampliación
El gigante de coworking WeWork se tambalea. Tras suspender su salida a Bolsa por las dudas de los inversores y la salida de la dirección de su consejero delegado Adam Neumann, la inmobiliaria necesita ahora una inyección de capital antes de fines de noviembre para evitar quedarse sin recursos, según avanza este viernes Bloomberg citando a dos personas conocedoras de la situación financiera. La empresa está negociando una financiación de 5.000 millones de dólares con un conjunto de bancos encabezados por JPMorgan Chase & Co.
La compañía de coworking está tratando de lograr financiación para aliviar sus crisis de efectivo, incluida una opción de una posible inyección de capital, muy probablemente por parte de la japonesa SoftBank Group Corp, uno de sus principales accionistas.
Una de las fuentes citadas por Bloomberg aseguró que espera un acuerdo en las próximas dos o tres semanas. Los analistas habían estimado previamente que la compañía se quedaría sin dinero a mediados del año próximo.
We Co, la matriz de WeWork, abrió en agosto su camino para debutar en el Nasdaq en otoño. En esa OPV (oferta pública de venta) se incluía un préstamo de 6.000 millones dólares para satisfacer sus necesidades de efectivo, pero dependiente de que triunfase la OPV. Sin embargo, el plan se vino abajo en medio de preguntas sobre la rentabilidad futura de la compañía.
En agosto, cuando WeWork presentó su documentación a la SEC (regulador bursátil de EE UU), saltaron las alarmas respecto a lo que los inversores comenzaron a ver como una burbuja y a discutir las operaciones realizadas por el fundador de la empresa. Se conoció entonces que la compañía había perdido 904 millones de dólares (810 millones de euros) hasta junio, un 25% más en un año, debido a un modelo de negocio de altas inversiones. A la vez, los ingresos se duplicaron, hasta los 1.380 millones de euros. Además, la compañía no aportó un plazo para ser rentable.
Pero los inversores comenzaron también a analizar las operaciones del propio Neumann, vinculadas a WeWork, que tras la presión por no frustrar la OPV, se vio obligado a dimitir a finales de septiembre. Por último, la inmobiliaria canceló sine die su intento de cotizar.
Artie Minson, hasta ahora director financiero de la empresa, y Sebastian Gunningham, vicepresidente, actúan desde entonces como consejeros delegados interinos hasta que haya un reemplazo para Neumann. Los nuevos co-directores ejecutivos de la compañía se han movido ahora para recortar costes y escindir negocios en un esfuerzo por frenar su sangrado de efectivo.
Los precios de los bonos de la compañía subieron desde mínimos históricos a la vez que se producían estas conversaciones financieras. Fitch Ratings y S&P Global Ratings han reducido aún más la calificación crediticia de WeWork en temas de liquidez. JPMorgan lidera las conversaciones de financiación y está considerando hacer una gran contribución, informó Financial Times el viernes. Desde WeWork no se ha respondido a la información de Bloomberg.
La compañía llegó a situarse como la segunda mayor inmobiliaria del mundo, tras Simon Property, según la valoración que hizo Softbank en enero después de la última ampliación de capital. En concreto, esa tasación alcanzó los 47.000 millones de dólares (40.800 millones de euros). Entonces la empresa fue considerada como uno de los unicornios con potencial para salir a Bolsa. Pero su modelo de negocio ha sido puesto en duda.
Su modelo de negocio es parecido al de los hoteles. Alquila un inmueble de oficinas para posteriormente rediseñarlos y realquilarlos a los ocupantes finales, clientes que pueden ser desde profesionales a grandes empresas y con contratos cortos y de alta rotación. Es ya el casero de más de 400.000 empresas. La compañía desveló que ya opera 528 oficinas en 111 ciudades en 29 países, entre ellos España.