El Brexit dispara el negocio de los bufetes españoles en Londres
El temor a una salida sin acuerdo desvía una gran cantidad de inversiones hacia España
A río revuelto, ganancia de abogados. A la espera de que el enloquecido guion del Brexit escriba sus próximos (aunque ya veremos si últimos) capítulos, el hecho de que empresas e inversoras empezaran a sentir como real la posibilidad de que el país se precipitara al abismo de una ruptura sin acuerdo con la UE ha disparado la actividad y los ingresos de las oficinas en Londres de los bufetes españoles. Según relatan desde las mismas, la incertidumbre británica está desviando un buen número de inversiones hacia la Europa continental y, en concreto, hacia España. Circunstancia que, unida al buen ciclo de la economía, provoca que la facturación en el Reino Unido sea la más alta de los últimos cuatro o cinco ejercicios en todos los despachos consultados.
“Está siendo un año mucho mejor que los anteriores”, señala Ignacio Corbera, socio y director de la oficina en Londres de Garrigues. Unos buenos números que también está cosechando Uría, cuyo socio director en la sede británica, Juan Carlos Machuca, resalta que son muchos los inversores que ponen rumbo a España y Portugal. “La actividad es altísima”, describe.
En este contexto, los letrados apuntan que España no es un destino más para los fondos que recelan de la City, sino que está entre los favoritos. Así lo observa Ignacio Buil, socio y director de la sede londinense de Cuatrecasas. “El mercado español se ha consolidado y desde el exterior se percibe como una economía muy solvente”. Además, según indica, el interés por nuestro país no es únicamente una tendencia que se canaliza a través del Reino Unido (es decir, inversores americanos o asiáticos que entran en Europa a través de Londres pero que buscan otro destino), sino que también nace allí, entre los británicos. “Nos cuesta creérnoslo, pero España está de moda”, remata Machuca.
Al margen de las oportunidades, los abogados no perciben que el Brexit vaya a causarles demasiados perjuicios. En ello influye el hecho de que no practican derecho local (el británico), sino que actúan como canalizadores de quienes tienen interés en España o clientes nacionales que buscan adentrarse en la City. En este segundo caso, si necesitan asesoramiento en derecho inglés, se apoyan en bufetes británicos. “Si un buen número de clientes decidiera trasladar su sede a otro país sí podríamos resentirnos, pero, francamente, es un escenario que no creemos que vaya a ocurrir”, reflexiona el socio director de Gómez-Acebo & Pombo en Londres, Ferran Foix. Una sensación que comparte Corbera: “Apenas deberíamos vernos afectados negativamente”.
Problemas administrativos
Frente al negocio, que ninguno prevé que se resienta demasiado, sí aparecerán problemas en el ámbito administrativo y de gestión. En primer lugar, en relación al personal. “Mover a los socios y a los asociados será algo más complejo”, dice Álvaro Ramírez de Haro, socio responsable en Londres de Pérez-Llorca.
La mayoría de oficinas británicas tiene una alta rotación de profesionales; las estancias en el país suelen durar apenas dos o tres años. En la actualidad, y gracias a la libre circulación, desplazar a los abogados es muy sencillo; en el futuro, en cambio, todo ello se volverá más lento y farragoso por culpa del papeleo y otros trámites.
Foix también recuerda la cotización a la Seguridad Social, otra de las cuestiones que puede ser conflictiva, pero confía en que pueda solventarse a través de un convenio bilateral entre los Estados.
Finalmente, y aunque pueda parecer un asunto menor, las firmas resaltan que ya han adoptado medidas en relación al suministro de material de oficina. Para evitar las demoras y el sobrecoste que conllevará la recuperación de las aduanas, muchas han adelantado el envío de pedidos (bolígrafos con el logo del despacho, libretas, tarjetas de visita, etcétera).
Despachos británicos
La situación en el Reino Unido sí está teniendo una mayor incidencia negativa en los despachos locales. Según informa la revista británica Legal Week, el crecimiento de las 50 mayores firmas británicas se ralentizó en cerca de un 6% en el último año, pasando de un 15% en el periodo 2016-2017 a un 9,6% en el 2017-2018. Un frenazo que, como apuntan desde los despachos españoles, se explica por la incertidumbre política y la competencia con los rivales estadounidenses. En palabras de Corbera, “hay muchos que, aun siendo contrarios al Brexit, están deseando que se produzca porque mientras tanto está todo parado”. Quienes se dedican al ámbito de la inversión local están sufriendo la incertidumbre pero, como aclara Foix, la redacción de los planes de contingencia está permitiendo a los bufetes británicos compensar esas caídas en la facturación.
Dudas de los clientes
Los bufetes con presencia en Londres son los principales conocedores de las preocupaciones de las compañías ante este escenario incierto. En este sentido, Ramírez de Haro indica que las dudas más recurrentes se concentran en el ámbito aduanero y, concretamente, sobre cómo afectarán las posibles nuevas barreras arancelarias a las relaciones comerciales y de negocio de la compañía. Se trata, sin duda, de un asunto trascendental para el tejido empresarial español: según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), Reino Unido fue en 2018 el principal mercado para las exportaciones españolas de bienes y servicios, seguido de Francia y Alemania.
El ámbito regulatorio, las licencias y las relaciones contractuales entre ambos países son otras de las dudas más frecuentes de las compañías. No obstante, y para minimizar el golpe que pueda producir una salida precipitada de la UE, Ramírez de Haro incide en la importancia de los planes de contingencia: “A través de estos planes podemos facilitar que los clientes puedan seguir prestando sus servicios en Europa”, afirma.
Qué dicen los socios
Garrigues. En lo que respecta a la inversión extranjera, Corbera destaca que ha habido un incremento del interés de compañías tecnológicas que inicialmente tenían pensado Londres como su futura sede europea y ahora barajaban Madrid o Barcelona. La presencia de Garrigues en Reino Unido comienza en noviembre de 2007, año en el que abre su primera oficina en Londres en el corazón de la City. El equipo está compuesto por seis profesionales: cinco abogados y una secretaria. El ciclo de rotación del personal está fijado en dos años, aproximadamente.
Cuatrecasas. Desde la llegada de Boris Johnson al poder, se acrecentó la amenaza de un Brexit duro. No obstante, Buil señala que esto no ha provocado un aumento de la inquietud por parte del sector económico: “Muchas compañías ya habían activado sus planes de contingencia”. Cuatrecasas cuenta con sede en la capital británica desde 2006. De los bufetes consultados, su equipo es el más numeroso: 14 profesionales (10 abogados, 2 socios y 2 secretarias). Los periodos de rotación varían en torno a los seis meses y los dos años.
Uría Menéndez. La Seguridad Social es uno de los ámbitos que más preocupan a las compañías. Como recuerda Machuca, ahora la normativa española y los acuerdos comunitarios permiten que un trabajador desplazado pueda cotizar al sistema español. “La opción del Brexit duro deja en el aire si este sistema se mantendrá”, alerta. La de Uría es la oficina más veterana en suelo británico: abrió sus puertas en 1992, sumando casi tres décadas de experiencia. Su equipo está formado por 13 letrados, de los cuales 2 son socios. En 2008 fue premiada por la revista Legal Week como mejor oficina de Londres.
Gómez-Acebo & Pombo. El largo proceso de divorcio entre el Reino Unido y la UE está haciendo mella en la moral de las compañías. “La incertidumbre acaba siendo agotadora”, resume Foix, y advierte de un aumento de los nervios debido a la posibilidad de un Brexit duro. La de Londres es la segunda oficina que Gómez-Acebo & Pombo inaugura fuera de España, en 2006, después de la de Bruselas. Foix pilota un equipo de otras cuatro personas: dos abogados, un estudiante en prácticas y una office manager. Los socios van rotando aproximadamente cada cuatro años.
Pérez Llorca. Una de las oportunidades que ofrece el Brexit a España, según Ramírez de Haro, es que, en operaciones multijurisdiccionales, las empresas se decanten por la legislación española a la hora de decidir la ley aplicable, dado que será válida en Europa y facilitará la ejecución de sentencias. De las firmas consultadas, Pérez-Llorca ha sido la última en desembarcar en Reino Unido, haciéndolo en diciembre de 2014. El equipo de la sede londinense está compuesto por un socio, dos asociados, un letrado en prácticas y una office manager; seis profesionales en total.
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