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A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El G7 de Biarritz: cooperación ante la ralentización

Los países participantes en el encuentro deben coordinarse de cara a una futura recesión

El ministro francés de Interior, Christophe Castaner, explica cuáles serán las medidas de seguridad durante el G7.
El ministro francés de Interior, Christophe Castaner, explica cuáles serán las medidas de seguridad durante el G7.EFE

Después de la crisis de 1929, las potencias adoptaron políticas nefastas que convirtieron el severo desplome de la Bolsa en la Gran Depresión. Aunque los programas gubernamentales del New Deal de Roosevelt reactivaron la demanda, a nivel internacional los países se enzarzaron en prácticas muy perjudiciales: aplicaron aranceles altísimos y otras barreras para limitar las importaciones; acapararon y restringieron las salidas de oro y divisas. y emprendieron las denominadas devaluaciones competitivas encaminadas a maximizar sus exportaciones que provocaron el hundimiento del comercio internacional.

En la cumbre del G7 de Biarritz (Francia), que se celebrará desde mañana hasta el próximo lunes, se deberían tomar acciones conjuntas para mitigar el impacto de la ralentización brusca de la economía internacional. El actual periodo de crecimiento de EEUU, iniciado en junio de 2009, se ha convertido en el más largo desde que se contabilizan datos (1854). El desempleo (3,7%), la inflación (1,8%), el crecimiento del PIB (2,9% en 2018, 2,1% a nivel anual en el segundo trimestre) y el ascenso de los salarios siguen siendo notables. La primera potencia depende menos del comercio porque el consumo genera dos terceras partes de su PIB. Pero la guerra comercial con China empieza a pasar factura a sus importadores, agricultores y consumidores.

Donald Trump ha aplazado hasta diciembre o anulado para algunos productos como portátiles, móviles y juguetes la entrada en vigor del nuevo arancel del 10% sobre 300.000 millones de dólares de exportaciones chinas para que no afecte las ventas en las semanas clave entre Acción de Gracias y Navidad.

China no aceptará las exigencias de Washington en materia de propiedad intelectual, transferencias de tecnología y subvenciones. Mantiene las negociaciones para aplacar a Washington pero aguarda los resultados de las presidenciales de 2020. Beijing no tolerará indefinidamente las demostraciones de los últimos meses protagonizadas por hasta dos millones de ciudadanos de Hong Kong que defienden sus limitadas libertades. La venta de EEUU de 66 cazas F-16 por valor de 8.000 millones de dólares a Taiwán acrecienta la rivalidad geopolítica entre Washington y Beijing.

Pero todos los integrantes del G7 se enfrentan a problemas internos que limitan su capacidad de actuación. La disolución del gobierno italiano conllevará la formación de otro ejecutivo inestable o la anticipación de unas elecciones que seguramente ganaría el populista y euroescéptico Matteo Salvini, líder de la Liga. Aunque el 14% de los vehículos alemanes se exportan al Reino Unido, es improbable que Angela Merkel imponga cambios sustanciales al acuerdo negociado por la UE y Theresa May.

Un informe del propio gobierno británico prevé dificultades de abastecimiento de algunos alimentos, medicinas y combustibles y retrasos de días en el cruce de camiones por el canal de la Mancha en caso de Brexit sin acuerdo. El líder laborista Jeremy Corbyn puede ganar la moción de censura que ha anunciado para septiembre debido a que el primer ministro Boris Johnson cuenta con una mayoría de un solo diputado en la Cámara de los Comunes. El nuevo inquilino de Downing Street puede negarse a dimitir en su intento de que se bloquee el Brexit duro, provocando una crisis constitucional que quizás tendrá que resolver la reina Isabel II.

Las perspectivas electorales de Justin Trudeau en las generales de octubre son inciertas, especialmente después de que reconociera el intento de interferencia política en un proceso penal por parte de su círculo íntimo. Japón restringió en julio la exportación a Corea del Sur de sustancias químicas (poliamidas fluoradas) necesarias para la fabricación de semiconductores y equipos electrónicos.

El país nipón produce el 90% de las poliamidas fluoradas, que a su vez son imprescindibles para manufacturar pantallas flexibles y resistores de semiconductores. Tokyo acusa al izquierdista presidente de Corea del Sur de apaciguar inútilmente a Kim Jong Un. Dicha disputa y las de EEUU con China por el control de los componentes de los sectores de alta tecnología caracterizan la rivalidad actual de las potencias, de manera parecida al acaparamiento de divisas de los años treinta.

Los miembros del G7 y G20 deberían comprometerse a no iniciar nuevas rencillas comerciales y a solventar las existentes. Asimismo, deberían acordar que ninguna de ellas limitará la venta de sustancias –las tierras raras, las poliamidas fluoradas –esenciales para las cadenas de producción globales. La OMC debería codificar directivas al respecto. De igual modo, los integrantes del G7 y G20 deberían desistir en su actual ronda de depreciaciones competitivas. Sus bancos centrales están causando las depreciaciones reduciendo excesivamente los tipos de interés, otra actuación que hay que frenar. Aunque Alemania, Italia y el Reino Unido ya han registrado un trimestre de decrecimiento del PIB, el BCE, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra no deben recortar más los tipos, al menos por ahora. De lo contrario, se quedarán sin margen cuando llegue la recesión.

Con su política de tipos cercanos a cero también siguen hinchando los índices bursátiles, desincentivando el ahorro y propiciando la salida de capitales de países emergentes hacia los desarrollados. Los países con finanzas saneadas deben aprobar planes de inversión para fomentar la demanda. El caso más evidente es Alemania, que debe concretar su plan de estímulo y destinarlo a la inversión en infraestructuras y formación. Su superávit presupuestario y deuda pública inferior al 60% del PIB lo permiten. La complejidad de la economía internacional exige su gobernanza y consensos mediante el G7, G20 y los organismos internacionales.

Alexandre Muns es profesor en EAE Business School

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