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Tribuna
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La trampa actual del mercado de renta fija

Está muy distorsionado también en lo que respecta a la deuda corporativa

Continuamos con la escalada de tipos bajos donde la mayoría de las rentabilidades de los bonos de Gobiernos europeos continúan con rentabilidades en negativo (el bono alemán a 10 años ha tocado su mínimo histórico en el -0,408%).

El mercado de renta fija se encuentra muy distorsionado también en lo que respecta a la deuda corporativa. Vamos a analizar el mercado de deuda de EE UU, y las señales de riesgo que están surgiendo.

Si comparamos el número de upgrades y downgrades (mejoras o empeoramiento de la calificación crediticia) que está habiendo este año con respecto a los que ha habido desde 2009, el ratio up/down se encuentra en mínimos desde 2009 en EE UU (0,5 vs. 0,29).

El mercado de bonos corporativos de EE UU tiene un tamaño aproximado de 6,4 billones de dólares. De eso, más del 80% está calificado actualmente como de grado de inversión (posibilidad de impago menor) y el 20% tiene calificación de grado de especulación (posibilidad de impago mayor).

Se podría pensar…bueno, ¿y qué problema hay si la mayoría (el 80%) de los bonos existentes hoy día son bonos de buena calidad? El problema es que la distribución dentro de ese 80% de bonos de grado de inversión no es equitativa. La mitad de ese 80% son bonos BBB (categoría más baja dentro de grado de inversión a solo 1 escalón de grado de especulación), habiéndose duplicado su participación desde 2000.

A modo de ejemplo, imaginemos que nos dicen que el 80% de la clase ha aprobado el examen, pero analizando los resultados nos encontramos con que la mitad de los aprobados lo han hecho con la nota más ajustada posible (5 sobre 10). Una rebaja de 0,1-0,5 puntos podría llevar a que el porcentaje de aprobados fuera tan solo del 40%, lo que no son tan buenos resultados.

Lo normal es que en mercados bajistas o recesiones se rebaje la calificación crediticia (las compañías ven reducidas sus ganancias así como la valoración de sus activos colaterales con los que podrían hacer frente a sus deudas).

Si se degradara la calificación del 25% de los bonos BBB, el número de bonos de grado de especulación aumentaría en 650.000 millones de dólares, o más del 50% (a día de hoy, todo el mercado de bonos especulativos es inferior a 1,25 billones y el mercado de hipotecas de alto riesgo que causó tantos problemas en 2008 alcanzó un máximo de 1,30 billones).

¿Habría suficientes compradores de deuda especulativa para absorber los bonos vendidos por los inversores con grado de inversión? ¿Venderían sus posiciones actuales a favor de las recién degradadas?

Es más, si los inversores de grado de inversión se ven obligados a vender, ¿deberán encontrar bonos de reemplazo (encareciendo los bonos de mejor calidad) o acaso aumentarían su nivel de riesgo?

Todo apunta a que una degradación a grado de especulación podría dar lugar a una desorganización de las posiciones de los inversores, que serían capaces de aumentar significativamente el riesgo, que se extendería rápidamente al resto del mercado y a la economía global.

Carlos Mendoza es asociado de gestión de Altair Finance AM SGIIC

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