El Corte Inglés complica el Brexit a Iberia al admitir que no la controla
Niega que controle la aerolínea aunque tiene la mayoría de los derechos de voto. El gigante español ha sido el escudo ante la salida del Reino Unido
Brexit sin acuerdo se torna más difícil. El Corte Inglés ha negado que controle la aerolínea, una de las filiales de IAG y por tanto potencialmente afectada por el veto a operar en la Unión Europea si Reino Unido se va sin acuerdo. La fecha subrayada con rojo intenso en el calendario es el 31 de octubre. El grupo que preside Marta Álvarez ha sido el escudo utilizado por la matriz para defender la españolidad de Iberia. Pero este argumento se debilita ahora.
La propiedad de Iberia se divide en dos. Por un lado están los derechos económicos, que pertenecen a IAG, y, por otro, los políticos, bajo el poder de El Corte Inglés, a través de la firma Garanair. Esta controla una mayoría de los derechos políticos de la antigua aerolínea de bandera española. La empresa de distribución adquirió en abril del año pasado el 87% que no tenía a Bankia. Porcentaje que, sumado al 13%, le da un control mayoritario de los votos en Iberia.
El informe anual de las cuentas de 2018 de la firma que pilotan como consejeros delegados Jesús Nuño de la Rosa y Víctor del Pozo es tajante y derriba el argumento empleado por IAG para sacudirse ante la UE los eventuales problemas de que Iberia sea identificada como británica: “La sociedad dominante [El Corte Inglés] considera que no ostenta el control sobre IB Opco [dueña de Iberia]”.
Fuentes conocedoras de la situación señalan que el hecho de que el argumento haya sido desmontado por el propio dueño de Garanair complica un poco más la situación de Iberia. Pero en ningún caso la condenaría inexorablemente a sufrir las penas que supondría una nacionalidad británica en caso de que finalmente se produzca un Brexit duro, un escenario que cuenta con más posibilidades después de que el euroescéptico exalcalde de Londres, Boris Johnson, se convirtiera ayer en el primer ministro británico.
La potencial y gran amenaza que pesa para todas las aerolíneas que no superen la prueba de europeidad está en que no podrán realizar vuelos entre países de la UE. Sí podrían hacerlos entre Reino Unido y el resto de los países del club, con el objetivo de no aislar al país.
La otra tesis empleada por IAG ante la Comisión Europea para sustentar su derecho a no sufrir restricciones está en los accionistas de la matriz. El 50,01% de ellos, al menos, debe ser europeo. Pero es de difícil prueba, especialmente cuando Qatar Airways controla el 21,4%, las gestoras de fondos de inversión estadounidenses Capital Group e Invesco tienen más de un 11% de IAG, y la británica Lansdowne, un 3,7%. Otro argumento es que IAG tiene su sede social en Madrid.
En todo caso, el pasado 20 de junio, el Gobierno español salió al rescate de Iberia y también de Vueling. La Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa) y la Autoridad de Aviación Civil, dieron el veredicto de que ambas cumplen con la normativa comunitaria para seguir operando en cielos de la UE en caso de que se produjera un Brexit duro.