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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los dardos de Guindos al Banco de España y a la banca

La conveniencia del tuit de Botín sobre Dia abre el debate en la CNMV sobre la información en las redes sociales

Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo.
Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo.

Las intervenciones del vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, casi nunca decepcionan. Podrán ser más o menos informativas o novedosas, más o menos interesantes, pero casi todas llevan incluidos mensajes con unos claros destinatarios, que podría señalar con nombres y apellidos, o por lo menos esa es la sensación que transmite en sus conferencias y en sus respuestas a la prensa. Domina el escenario, y lo sabe.

El jueves pasado, en su intervención en las jornadas organizadas por la UIMP y la APIE en Santander, el exministro aprovechó el escenario, con la palanca de la intervención cuatro días antes del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el mismo curso, para lanzar un dardo al supervisor nacional y de paso al sector bancario. Declaró que el BCE está analizando “segmentos específicos” del mercado inmobiliario español, en referencia a los precios de las viviendas de Madrid y Barcelona.

Este aviso introduce más presión al Banco de España (o eso parece), institución que a través de su gobernador había comentado cuatro días antes que un potencial ajuste a la baja de los precios de la vivienda tendrían un impacto negativo en la banca, “aunque de menor cuantía”.

El supervisor español cree que el crecimiento del crédito hipotecario está muy lejos de ser preocupante

Hernández de Cos, además, había afirmado que el crédito asociado a la actividad inmobiliaria no está aumentando y que las nuevas hipotecas a las familias se están concediendo “con prudencia”.

Guindos añadió en su intervención que confiaba en que la nueva autoridad macroprudencial, creada en España para analizar posibles riesgos en la economía, vigile la evolución del sector inmobiliario y de la vivienda.

El presidente de la patronal bancaria AEB, José María Roldán, contradijo al vicepresidente del BCE. “En absoluto” hay recalentamiento de los precios, subrayó, para añadir: “No nos planteamos ninguna restricción del crédito”. Explicó, además, que en el posible caso de que los precios de la vivienda estuvieran subiendo de forma llamativa tendrían que ser los ayuntamientos, en este caso de Madrid y Barcelona, los que pusieran límites ampliando el suelo público destinado a construir viviendas, por ejemplo.

Eso sí, tenga quien tenga razón, las sospechas sobre la posible formación de una nueva burbuja inmobiliaria crecen y, como dice el refrán, no solo no hay que ser decente, sino parecerlo, y en este caso sucede lo mismo. Puede que no haya burbuja, ni síntomas reales de que la haya, pero tan solo las especulaciones sobre un nuevo e incontrolado incremento del precio de la vivienda pueden tener consecuencias nefastas en la economía.

Para controlar una hipotética burbuja inmobiliaria el Banco de España puede activar medidas macroprudenciales, como activar la puesta en marcha de un colchón anticíclico como ya ha ocurrido en Alemania o Francia, por ejemplo (ver CincoDías el pasado 10 de junio). De momento, el Banco de España decidió la semana pasada no activar esta medida, ya que considera que el crédito hipotecario en estos momentos está muy lejos de preocupar, aunque está pendiente de su modificación. Pero no descarta poder activarlo antes de que finalice el año. Eso sí, su objetivo es que sea la propia banca la que opte por fortalecer sus colchones de capital y corrija posibles excesos comerciales en la concesión de crédito sin necesidad de que sea el supervisor el que le reclame medidas extras como la activación del colchón anticíclico.

Donde sí estuvieron completamente alineados Guindos y Hernández de Cos fue en el análisis que hicieron sobre el efecto de los bajos tipos de interés. Ambos coincidieron en que este fenómeno tenía más impactos positivos que negativos en la economía en general y en la banca en particular. Algo, como es lógico, que fue rechazado de plano por Roldán, y antes por sus predecesores en estas jornadas, como Jordi Gual, presidente de CaixaBank, o José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.

Guindos declaró que los bajos tipos de interés no son la causa de la baja rentabilidad de la banca. Roldán dijo todo lo contrario. “Los tipos negativos no son buenos para la banca”, espetó el banquero al representante del BCE.

Y mientras que la banca ve las cosas bajo un prisma totalmente diferente al de los supervisores, llega la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y casi le da las gracias a la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, por abrir, sin proponérselo, el debate sobre qué hay que hacer si se utilizan las redes sociales para facilitar información que influya en los mercados.

El presidente de la CNMV, Sebastián Albella, reconoció el viernes pasado que el tuit de Botín confirmando el acuerdo entre la entidad financiera y Letterone para evitar la quiebra de Dia “fue inapropiado, pero no sancionable”. Pero que fue gracias a este caso, cuando la CNMV ha comenzado a trabajar para adoptar criterios de actuación en el caso de que se den actuaciones similares. Al parecer, según afirmó el presidente de la Comisión, hasta el tuit de Botín no existían criterios sobre cómo operar ante el uso de las redes sociales para comunicar información que pueda tener interés para las empresas y el mercado. No hay mal que por bien no venga.

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