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El móvil, culpable de nueve de cada diez distracciones al volante

Los conductores creen que la tecnología podría reducir este tipo de descuidos

Encuesta para reducir la siniestralidad al volante

El móvil es la principal causa de distracción en el coche. Así lo señala el informe Españoles al volante, distracciones y uso del móvil, realizado por Gonvarri y Movistar, que recoge que nueve de cada diez descuidos en el vehículo guardan relación con estos dispositivos. En concreto, los conductores identifican escribir mensajes como la acción más peligrosa al volante.

Los españoles creen que pueden estar un máximo de 2,37 segundos al teléfono sin perder la atención en la carretera y correr peligro. Un tiempo que aumenta a 3,55 segundos en el caso de los más jóvenes (18 a 24 años), lo que equivale a 120 metros a una velocidad de 120 km por hora. Además, dos de cada diez encuestados afirman que alguna vez les han llamado la atención para que dejaran de utilizar el dispositivo mientras conducían. Sin embargo, a pesar de ser conscientes de este peligro, la mayoría no son capaces de evitarlo por sí mismos y el 84,13% cree que los accidentes se disminuirían a la mitad si los avances tecnológicos impidieran usar el smartphone sin el manos libres.

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Las nuevas herramientas también son vistas como una solución para quienes se suben al vehículo bajo los efectos del alcohol, las drogas o el cansancio: el 90,58% de los encuestados considera que se podrían evitar un 50% de los percances ocasionados por ellos si la tecnología impidiera arrancar en esas circunstancias.

Más allá de estas dos posibles aplicaciones, el grueso de los conductores asumen su culpa: el 95,63% reconoce que ser más responsables es la mejor manera de reducir la siniestralidad en las carreteras. En este sentido, el miedo a tener un accidente es el principal incentivo para conducir de manera más segura, tal y como señala el 82,49% de los encuestados, seguido de la responsabilidad de llevar a más gente en el vehículo (75,40%) o pensar en la familia (72,27%). De hecho, el 63,59% reconoce haber levantado el pie del acelerador al haber imaginado a una persona en concreto. En el lado opuesto de la tabla se sitúan los motivos económicos: el miedo a las multas son un estímulo para una conducción más responsable para el 30,21%, a quedarse sin el coche, para el 22,97%, y tratar de mantener los puntos del carné, para el 19,59%.

En esta línea, según el estudio, las campañas de concienciación deberían centrarse en la parte emocional en lugar de en la racional para resultar más efectivas. El 83,48% de los conductores asegura que funcionarían mejor si salieran casos reales y alrededor del 72% optaría por utilizar mensajes de padres a hijos o viceversa.

Resulta llamativo que más de la mitad de los encuestados considere que en España no se conduce de manera responsable. Sin embargo, al ser preguntados por ellos mismos, el 91,27% asegura que ellos sí lo hacen correctamente. Un dato que choca con el 62% que reconoce que es inevitable cometer alguna imprudencia, el 40% que ve imposible no saltarse los límites de velocidad, el 18% que cree que el consumo de alcohol moderado no afecta a sus reflejos, el 14% que señala que algunas normas están para saltárselas, el 12,75% que conduce habiendo bebido y el 4% que lo hace bajo los efectos de las drogas.

En esta línea, a pesar de que los jóvenes se distraen más con el teléfono móvil, están más concienciados con el peligro del consumo de alcohol al volante que los mayores. La percepción del riesgo disminuye con la edad: mientras que solo el 12% de las personas entre 18 y 24 años cree que beber con moderación no afecta a los reflejos, este porcentaje llega al 23,21% en el grupo que comprende entre los 55 y los 65 años. No obstante, con los años también crece el respeto por las reglas, mientras que el 18,98% de los jóvenes piensa que algunas normas están para saltárselas, esta proporción cae al 11,85% en la franja de más edad.

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