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La crisis obliga a buscar innovadoras alternativas para invertir en Argentina

El crédito, a tasas altísimas, es prácticamente inexistente, según aseguran empresarios y economistas

El presidente de Argentina, Mauricio Macri.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri.

Argentina atraviesa momentos de convulsión y crisis económica, con una inflación disparada, del 57,3% interanual, según el Banco Central Argentino; un aumento del desempleo -por primera vez en 13 años ha llegado a los dos dígitos (10,1%)-, según el índice que ha publicado el Instituto de Estadística argentino este miércoles; y un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 50.000 millones de euros a cuestas. Las inversiones que prometió el presidente, Mauricio Macri, al llegar al Gobierno, en diciembre de 2015, nunca se materializaron.

Conseguir un crédito para realizar una inversión en el país sudamericano es una odisea: el tipo de interés de los créditos oscila entre el 55% y el 90%. Martín Kalos, economista y director de EPyCA Consultores, considera que prácticamente no se otorgan préstamos y que las líneas de crédito que existen “son más bien testimoniales”. A eso se suma que desde que una persona comienza el trámite para solicitarlo hasta que finalmente se lo otorgan, pueden cambiar las tasas de interés y las condiciones del mercado, afirma Kalos.

Los proyectos empresariales, entonces, buscan vías alternativas de financiación e intentan apostar por la creatividad para concretar sus proyectos. En algunos casos, a través de plataformas de crowdfunding conocidas mundialmente, como Ideame o Indiegogo, donde empresarios, artistas y escritores, entre otros, presentan sus proyectos. En la mayoría de estos casos los financiadores no participan del emprendimiento, aunque sí reciben algún tipo de beneficio o contraprestación en caso de que el proyecto se realice.

Una de las personas que apostó por una vía alternativa de financiación en la que los inversores sí sean parte -como accionistas- es Pablo Ricatti, un empresario argentino del sector de la alimentación de 39 años. Presentó un proyecto en su cuenta de Twitter, donde tiene 24.000 seguidores, para crear una empresa que produzca y venda un pan de queso llamado chipá -una comida típica del norte de Argentina y que también se come en Paraguay- apta para celíacos.

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La compañía, llamada Vatuit, acaba de fundarse con una inversión de 2 millones de euros que aportan 359 inversores, lo que representa una inversión promedio de 5.665 euros por persona. Ricatti afirma, desde Buenos Aires, que el objetivo de la empresa que fabricará chipá “es bajarle el gasto al celíaco” y que el precio que los celíacos paguen por el pan de queso que producirá la nueva compañía sea el mismo que el que abonan las personas que no tienen inconvenientes en consumir alimentos con gluten.

“Los momentos de crisis son los mejores para invertir”, asegura Martín Roldán, argentino-español de 29 años, que no consideró un impedimento la volátil situación económica que transita Argentina. “Sigo a Ricatti desde hace años cinco años en las redes sociales, sé cómo trabaja, cómo piensa y me fío de él”, añade Roldán, que vive en la capital española.

Ricatti sostiene que no es un momento nada fácil para conseguir dinero para un emprendimiento en el país sudamericano. “No hay financiamiento en Argentina”, remarca. Las iniciativas que se encuentran en los sitios de crowdfunding tienen montos sumamente bajos comparado con la inversión inicial de esta nueva compañía. En Ideame el monto se ubica entre los 1.000 y 3.000 euros, apenas un 0,15% de los 2 millones de euros con el que empezará la nueva empresa.

Kalos valora como “interesantes” estas nuevas maneras de financiamiento. Pero advierte que el caso de Ricatti es una excepción, ya que al ser una persona conocida, que además trabajó en el sector de las finanzas, como reconoce el mismo empresario, hace que sea realmente difícil de imitar.

El crédito, un problema histórico

A pesar de las dificultades económicas, entre las que se encuentra la caída del PIB del 2,5% en 2018, según el organismo de estadística público y la previsión de un descenso del 1,2% para este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), “Argentina históricamente nunca ha logrado tener un buen nivel de crédito para el sector privado”, expresa Kalos.

El ratio de crédito al sector privado sobre el PIB desde hace décadas oscilaba en torno al 12% y 14% en los mejores momentos, una cifra “muy baja”, según el economista. “Varias veces más baja que casi todos los países de América Latina, incluyendo a Estados con niveles de desarrollo e ingresos menores que los de Argentina”.

Este ratio actualmente se encuentra más reducido aún, en un tercio, según precisa Kalos, y se ubica entre el 8% y 9%. “Casi todos los activos de los bancos están encajados en el Banco Central Argentino en Leliqs (Letras de Liquidez) totalmente subsidiados a través del déficit cuasi fiscal del sistema financiero”, agrega el economista Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.

El coste de ser celíaco

En Argentina, la cesta básica de alimentos (medición que se utiliza para determinar la alimentación mínima) para celíacos es un 33,5% más cara al de las personas que pueden comer gluten, según las últimas estadísticas de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Córdoba, la segunda más poblada del país después de Buenos Aires. En el caso del coste del pan, la diferencia es un 82,5% mayor.

En España, por otra parte, la diferencia entre los productos sin gluten respecto a los que tienen gluten es de 935,46 euros, según el estudio que realizó la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) a comienzos de este año en base una dieta de 2.000 a 2.200 calorías que contienen los productos básicos.

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