KKR excluirá Telepizza de Bolsa y amenaza con aislar a fondos con un 44% del capital
El fondo de capital de riesgo y sus socios controlan el 56,3% de la firma pero cinco fondos conservan el 36%
La opa de KKR por Telepizza ha superado toda una carrera de obstáculos. Pero finalmente el gigante del capital riesgo ha salido victorioso, al lograr el número de aceptaciones necesario para que su oferta triunfe y además excluir a la empresa de Bolsa, pese a la exigua adhesión a su oferta. Los gestores de fondos e inversores minoritarios que tienen un 43,7% deben elegir entre quedarse arrinconados en el capital en una empresa que no cotizará o vender a 6 euros por título en el futuro inmediato.
Varios fondos se opusieron casi desde el primer minuto a la opa, al considerar que los 6 euros por acción que ofrecía KKR era un precio demasiado bajo. La propuesta, con todo, ha logrado adhesiones de dueños con el 27,73% del capital y el fondo ha conseguido un 56,3%, por debajo del 75% que había establecido como condición para su efectividad.
Al anunciar la propuesta –se comunicó oficialmente el 21 de diciembre pero el día anterior la noticia llegó al mercado–, KKR, Artá, Torreal, J Safra Group se pusieron como objetivo alcanzar el 90% del capital y forzar la exclusión de Bolsa a través del procedimiento de venta forzosa (squeeze out). Pero, en enero, tres gestoras de fondos de inversión –Bestinver, Perpetual y Highclere– se opusieron contra viento y marea a las intenciones de la gestora de capital riesgo que en España lidera Alejo Vidal-Quadras. Exigían 7 euros.
La versión del folleto aprobada por la CNMV el pasado 4 de abril ya había rebajado la aceptación y los compradores, a los que se sumó Altamar en el último minuto, se conformaban con lograr un 75% del capital. Además, se cubrieron las espaldas al invocar un artículo del real decreto de opas que permite excluir de Bolsa una compañía siempre que se cuente con un informe de valoración que justifique el precio. Los compradores esgrimieron un informe de EY que valora los títulos a entre 5,5 y 5,82 euros.
Continuas idas y venidas en Bolsa
Primer debut. Telepizza cotizó entre noviembre de 1996 y marzo de 2007. Abandonó la Bolsa cuando Foodco Pastries Spain, controlada por la familia Ballvé y el fondo de inversión Permira, le lanzaron una opa que valoraba la compañía a 715 millones de euros. La cadena de restaurantes de comida rápida volvió a Bolsa en abril de 2016 a 7,75 euros por acción y en su primer día de negociación se hundió un 19,35%. Fue el peor estreno de la historia en el mercado español. Sus principales accionistas, entre los que destacaban Pedro Ballvé, Permira y KKR, con un 75,5% del total, fueron los vendedores. Precisamente, KKR, tras ir subiendo tacita a tacita su participación, llegó a controlar el 28,57%, y el pasado diciembre lanzó la opa a 6 euros por acción, lo que suponía una prima del 24% frente a su cotización antes de que se conociera la oferta.
Mercado de deuda. KKR y sus socios han emitido bonos a través de una de las empresas que se integrará en Telepizza: Tasty Bondco. Esta ha lanzado 335 millones de euros en deuda que vence en mayo de 2026 y que abona un tipo de interés anual del 6,25%. Su rating es de B2, de acuerdo a los criterios de Moody’s, cinco escalones por debajo de Baa3, el ansiado nivel de grado de inversión. Los bonos se vendieron al 100% del nominal y ayer cotizaban al 101%.
El siguiente paso es aprobar la exclusión en junta, en la que KKR y sus aliados cuenta con mayoría, y, después, mantener una orden de compra mantenida en el tiempo a 6 euros por acción por un mínimo de un mes en el semestre posterior al final de la oferta. Los nuevos accionistas mayoritarios también pueden llegar a acuerdos bilaterales con los accionistas, ahora o en futuro. Este es uno de los escenarios que manejan algunos de los fondos disidentes. Cierto es que se quedarían aislados en el capital, con un porcentaje significativo pero que no les permitiría interferir de manera decisiva en la gestión de la empresa.
Curiosamente, y con un volumen de alrededor de un millones de euros, Telepizza subió ayer un 1,67%, hasta los 6,1 euros por acción.
La acción, de hecho, ha cotizado por encima de los 6 euros en los últimos cinco meses. El mercado ha descontado durante buena parte de este tiempo que KKR se vería obligado a subir el precio. Pero no ha sido así.
Mientras tanto, los tres fondos rebeldes han ido recabando apoyos. El inversor francés Emmanuel Boussard, también presente en el capital de Dia, se ha hecho con un 16,25% de la compañía. El fondo Polygon, controlado por el tiburón de las finanzas Reade Eugene Griffith, controla un 10,54%, según los datos de la CNMV. Estos cinco inversores controlan un 36% y llegaron a poner en jaque el triunfo de la opa. El gran problema era que la financiación de la opa estaba condicionada a que el fondo alcanzase el 50,1% del capital de la empresa. Santander, Barclays y Citi son los acreedores.
La realidad es que en el momento de anunciar la opa, KKR se había asegurado el apoyo de dueños del capital con el 12,73%. Así, se habían comprometido a acudir Santander AM (5,26%), Alliance Bernstein (3,20%), Axxion (2,3%) y Formuepleje (1,96%). A este porcentaje se suma el 28,57% que ya tenía KKR y en torno a un 2,7% procedente de la autocartera de la empresa. Por lo tanto, solo accionistas con un 12,3% han decidido aceptar la oferta de KKR, al margen de los que habían dado el sí inicial. Es lógico, puesto que se ha podido vender por encima de este precio en mercado, incluso ayer mismo.
KKR y sus socios inyectarán un máximo de 324,3 millones de fondos propios (KKR aportaría 114,3 millones y el resto, 210). Sin embargo estas cifras serán claramente inferiores, puesto que están calculadas sobre la base de que los oferentes lleguen al 100% del capital, lo que ahora parece imposible. Está previsto que Telepizza pague un dividendo extraordinario por unos 187 millones, equivalente a unos 1,9 euros por acción, que también cobrarían los socios que prefieran quedarse en el capital pese a que Telepizza abandone la Bolsa.
Con el dividendo especial, los compradores traspasarán, así, a la cadena de pizzerías gran parte de la deuda utilizada en la compra y ya han emitido bonos por 335 millones con los que refinanciarán la deuda de 201 millones del grupo a cierre de 2018. Esto provocará que la ratio de apalancamiento se dispare a 4,5 veces el importe de la deuda neta entre el ebitda, frente a las 2,2 veces de cierre del año pasado.