Buceo en el confín meridional de España
La isla de El Hierro es un auténtico paraíso para los submarinistas
La más joven, pequeña y meridional de las islas Canarias, Reserva Mundial de la Biosfera y Geoparque, es puro acantilado. La tierra volcánica que la envuelve acrecienta la sensación de misterio y lejanía que transmite. Su baja densidad de población y orografía –es la isla más volcánica del archipiélago– hacen de El Hierro un lugar mágico, un microcosmos geológico con más de la mitad de su superficie protegida.
El Hierro es un paraíso para los buceadores. Dado su origen volcánico y su escasa plataforma insular, se pueden alcanzar grandes profundidades a pocas millas de la costa. Este excepcional paraje subacuático se vio sacudido por la erupción volcánica que tuvo lugar en 2011 cerca de la reserva marina de La Restinga, al sur de la isla, frente a la pequeña y sosegada población pesquera de igual nombre, un santuario del buceo donde acuden tortugas, atunes, rayas, meros, delfines, barracudas... y, muy de vez en cuando, algún pacífico tiburón ballena, como ocurrió en 1999.
La erupción de 2011 ha creado nuevos hábitats en los fondos marinos
Afortunadamente, se ha recuperado. La erupción trajo biodiversidad marina, creando nuevos hábitats en los fondos. Y sumergirse hoy en esta zona supone contemplar hermosos paisajes submarinos llenos de vida. La temperatura y claridad del agua, entre los 18 y los 25 grados durante todo el año, con visibilidad hasta los 50 metros, así como la densa vegetación que cubre los fondos rocosos, hacen de este espacio natural protegido el refugio ideal para una gran variedad de especies que han vuelto o que han surgido tras la regeneración de los fondos marinos, provocada por el nacimiento del nuevo volcán denominado Tagore.
La actividad ha regresado a estos fondos marinos a gran velocidad, incluso con más vigor que antes. De hecho, en los clubes de buceo de La Restinga se comenta que en el Mar de las Calmas los avistamientos de cetáceos han aumentado y que cada vez resulta más frecuente observar especies hasta hace poco muy esquivas.
El Mar de las Calmas, que se extiende alrededor de la punta de La Restinga, reúne unas características que justifican su nombre. A resguardo de los vientos alisios y de la fría corriente marina de las Canarias que llega del norte, sus aguas son tranquilas y cristalinas, con una temperatura más cálida que la del resto de las islas. Es el entorno perfecto para realizar el bautismo de buceo o disfrutar plenamente del submarinismo para los más avanzados.
Puntos de inmersión
Para practicar el buceo en El Hierro, hay diferentes opciones y distintos niveles de dificultad. Ejemplos de estos fondos variados y de la biodiversidad que albergan los encontramos en distintos puntos de inmersión del Mar de Las Calmas. El Bajón, lugar mítico para los submarinistas, la inmersión estrella, es una roca que emerge desde las profundidades llegando casi hasta la superficie, con constantes corrientes. Uno de sus atractivos es la posibilidad de encontrarse con grandes pelágicos, incluyendo petos, medregales o las espectaculares mantas diablo. La escasa plataforma marina favorece el acercamiento de estas especies migratorias y el cetáceos como el delfín común.
En la inmersión a la Cueva del Diablo se penetra en un amplio agujero, a poca profundidad, abierto es su parte superior, permitiendo la entrada de la luz y donde se puede ver a la langosta herreña o al tamboril espinoso. Estas especies forman parte de las comunidades de peces tropicales que se han asentado en estas aguas, debido a su temperatura más cálida y que no se dan o son muy raras de encontrar en las otras islas del archipiélago.
La Herradura es otro punto formado por veriles volcánicos perpendiculares a la costa, con un fondo de barrancos y elevaciones donde se puede observar una amplia variedad de fauna. Reúne buenas condiciones para principiantes.
El Salto, un fondo rocoso lleno de pequeñas cuevas y un túnel con entradas de luz en el techo, es el lugar donde encontrar a la langosta herreña y otros crustáceos, y peces que se camuflan entre las rocas tapizadas de algas y esponjas.
Por último, la inmersión en la llamada zona de El Desierto conduce a un fondo rocoso con un desnivel que cae más de 40 metros de profundidad, con grietas y cuevas entre las que se cobijan abades y jureles. Dejando la pared del veril hacia donde el fondo pierde en profundidad, este se vuelve arenoso, dando la oportunidad de observar anguilas jardineras y rayas.
Datos prácticos
Alojamiento. El pueblecito de La Restinga es la puerta de entrada a la reserva marina del Mar de las Calmas. Aquí se encuentran varios centros de buceo y, aunque no cuenta con infraestructura hotelera, hay numerosos apartamentos construidos para alojar a los buceadores y visitantes.
Gastronomía. La Laja y El Refugio son dos restaurantes que ofrecen excelente pescado, recién llegado del puerto, y platos típicos a muy buen precio.
Inmersiones. El Arco, Los Corales, Roque de la Bonanza y La Caleta son otros puntos de inmersión de la isla. Sin embargo, es el sur el lugar más atractivo gracias a la existencia de la Reserva Marina de La Restinga.