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Viajes submarinos

Experiencias inolvidables bajo el agua

Es un deporte fascinante y, entre los amantes del mar y la aventura, la excusa perfecta para ampliar horizontes, explorar nuevos destinos y recorrer el mundo.

Un buceador se encuentra con una tortuga en la Gran Barrera de Coral, en Australia.
Un buceador se encuentra con una tortuga en la Gran Barrera de Coral, en Australia.

Maravillosos arrecifes de coral, peces tropicales de coloridos irreales, tiburones amenazantes, plantas asombrosas... Los paisajes subacuáticos esconden secretos extraordinarios y ofrecen experiencias únicas a los aficionados al buceo, una actividad recreativa muy arraigada entre los amantes de la aventura.

Es un hobby que mueve a miles de personas a buscar lugares idílicos, nuevos fondos, nuevas vivencias, también repetir encuentros, porque bucear es una actividad que requiere compañía, no se puede practicar en solitario. Las aguas cálidas de las siete propuestas que hemos seleccionado permiten las inmersiones prácticamente durante cualquier época del año.

Los paisajes subacuáticos esconden secretos extraordinarios

La gran barrera

En las antípodas, la Gran Barrera, el arrecife de coral más extenso de la Tierra, es el sueño acariciado por los amantes del mar, el paraíso de los buceadores de todo el mundo. Se trata de un espacio de más de 2.300 kilómetros que se prolonga desde la costa noreste de Australia hasta Papúa Nueva Guinea. Esta vasta dimensión hace posible que se vislumbre desde el espacio. Pero más allá de su extensión, por lo que realmente es valorada es por su biodiversidad, por ser el hábitat de miles de especies.

Esta maravilla natural es considerada el ser vivo más grande del planeta y el equivalente marino a la selva amazónica. Sin duda, una de las mayores atracciones naturales del planeta. Gran parte de la singularidad medioambiental de este entorno se encuentra a salvo gracias al Parque Marino de la Gran Barrera de Coral, Patrimonio de la Unesco desde 1981.

Esta protección impone prohibiciones como, por ejemplo, anclar los barcos de recreo y desembarcar sobre los corales. Conviene conocer las limitaciones y recomendaciones para visitantes de la autoridad del parque nacional, publicadas en su web (www.gbrmpa.gov.au). La mejor manera de disfrutar de la Gran Barrera es desde alguna de las islas-resort de las tres líneas coralinas. Un lujo.

El Gran Agujero Azul (Belice).
El Gran Agujero Azul (Belice).

El Triángulo de Coral

Es otro de los destinos que muchos buceadores tienen anotado en su agenda. Filipinas forma parte del Triángulo de Coral, un territorio formado por miles de islas que se extiende en torno a seis países en el sudeste asiático.

Con más de 7.000 islas plagadas de arrecifes de coral, Filipinas atesora una biodiversidad marina que convierte en única cada inmersión: es posible bucear en compañía de grandes ballenas, tiburones y mantas o adentrarse entre los restos de barcos hundidos de la Segunda Guerra Mundial. Es, además, un país barato para practicar el submarinismo, unos 20 euros por inmersión, debido a la amplia oferta que existe en el archipiélago.

Hay multitud de lugares donde sumergirse. Uno de ellos es la isla de Tubbataha, un santuario marino excepcional, también Patrimonio de la Unesco. Protegido por el Gobierno filipino, solo se permite el acceso entre marzo y junio con el fin de garantizar su conservación. Esta limitación hace necesario reservar con bastante antelación.

El Agujero Azul

Dentro del gran sistema de arrecifes mesoamericano, el segundo más grande del mundo después de la Gran Barrera, ya que abarca más de mil kilómetros desde la península de Yucatán (México) hasta las islas de Bahía (Honduras), el tramo que recorre la costa caribeña de Belice acoge una extraordinaria diversidad de vida marina.

Fauna marina en las profundidades del Mar Rojo (Egipto).
Fauna marina en las profundidades del Mar Rojo (Egipto).

El buceo con tubo es la principal atracción de este paraje, con lugares como el impresionante Agujero Azul, de 300 metros de ancho y 124 de profundidad, Patrimonio Mundial desde 1996. Cousteau lo consideró como uno de los diez mejores lugares para bucear en el mundo. Como la mayoría de estos frágiles ecosistemas, el calentamiento global, la contaminación y el turismo incontrolado amenazan su salud.

Cenotes en Yucatán

Los cenotes son pozos naturales originados por la erosión del agua en formaciones calizas. Es uno de los fenómenos naturales más interesantes de la península mexicana de Yucatán. Hay más de 3.000 de estas formaciones geológicas, algunas abiertas o semiabiertas, otras tipo caverna, que se pueden explorar buceando. Es una experiencia única pasear en aguas dulces atravesando paisajes de estalactitas y estalagmitas que la naturaleza ha ido esculpiendo durante millones de años.

Si bien el buceo en cenotes es muy popular, lo cierto es que requiere tener cierta experiencia. El control de la posición y flotabilidad son muy importantes, dado que se realizan constantes subidas y bajadas a lo largo de la inmersión.

Maldivas, en el agua con tiburones

Playas de arena blanca, arrecifes de coral, aguas tibias y cristalinas, rica vida marina... Poco a poco, las Maldivas, una cadena de atolones situada en pleno océano Índico, se han convertido en uno de los principales destinos para bucear. Su posición, lejos de la contaminación y los estuarios cenagosos, le proporcionan una extraordinaria diversidad, limpieza y claridad a sus aguas.

Las inmersiones se realizan tanto desde costa como en barcos de vida a bordo que recorren los principales atolones y se acercan a las thilas (grandes columnas submarinas que surgen del fondo y llegan a pocos metros de la superficie). Uno de los mayores atractivos son los tiburones ballena.

Mar Rojo, el pionero

Es uno de los lugares más estrechamente relacionados con el buceo. El mar Rojo, con una longitud de 2.200 kilómetros y profundidades de más de 2.000 metros, está considerado como una de las siete maravillas del mundo submarino. Se dio a conocer gracias a las expediciones de Hans Hass en los años cincuenta y, en décadas posteriores, fue Jacques-Yves Cousteau uno de los primeros en reconocer el valor de la vida submarina del mar Rojo, al que dedicó gran parte de su carrera. Pero fue a partir de los años setenta cuando estalló la fiebre del submarinismo en estas aguas. 

En 1983 se creó el Parque Nacional de Ras Mohammed, que pronto se convirtió en uno de los destinos de buceo más visitado del mundo. En la actualidad, su principal puerto de entrada es la ciudad egipcia de Sharm el Sheikh, en el sur de la península del Sinaí. Desde allí a Ras Mohammed existen multitud de sitios que harán las delicias de los buceadores más exigentes.

Su inmensa riqueza se puede visitar en barcos liveaboards (vida a bordo), que muestran lo mejor de la ruta norte, como Sharm el Sheikh y los naufragios de Hurghada, o por el sur, menos concurrido, con jardines de coral únicos y tiburones en Marsa Alam o, ya en Sudán, el asombroso pecio Umbria o la ciudad sumergida de Cousteau.

Las Medas, el paraíso español

El Caribe, el sudeste asiático y Oceanía son los destinos predilectos para practicar submarinismo. Quizá por ello se olvida que en Europa tenemos parajes de muchísimo interés.

Una de las inmersiones imprescindibles del Viejo Continente se encuentra en España: las islas Medas (Gerona), un pequeño archipiélago situado cerca de la playa de l’Estartit, en la Costa Brava. Es una reserva de flora y fauna representativa de la mejor biodiversidad mediterránea. Desde que sus fondos fueron protegidos, en el año 1983, la fauna ha proliferado mucho.

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