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Las Tablas de Daimiel, el gran humedal de la estepa manchega

Se trata de un paraje único en el continente europeo

Pasarela de madera elevada sobre el agua para recorrer a pie el parque.
Pasarela de madera elevada sobre el agua para recorrer a pie el parque.M. Redondo / Turismo Castilla-La Mancha

España es el tercer país del mundo con el mayor número de humedales protegidos. Y las Tablas de Daimiel, el bellísimo paisaje manchego de la provincia de Ciudad Real, es uno de los más valiosos de nuestro país. También de Europa. Declarado Parque Nacional en 1973, Reserva de la Biosfera en 1981 y Zona de Especial Protección para las Aves en 1988, se trata de un humedal prácticamente único en el continente europeo, formado por el desbordamiento estacional de los ríos Guadiana y su afluente el Cigüela, y ubicado entre las localidades de Daimiel y Villarrubia de los Ojos. Es un superviviente de un ecosistema denominado tablas fluviales, abundantes en otros tiempos en la llanura central de la Península Ibérica.

Este parque nacional bulle de vida a lo largo de todo el año: aves acuáticas, algunas residentes, otras migratorias, que apenas se conceden un breve descanso en su viaje hacia África, también las hay que acuden a invernar o nidificar; mamíferos como jabalíes, zorros, liebres o nutrias; reptiles que se deslizan por este paraje excepcional, y anfibios que chapotean a sus anchas en sus aguas.

Se puede recorrer por libre o con visitas guiadas en todoterreno

Debido al desarrollo agrícola y económico de la comarca, el entorno de las tablas ha ido cambiando a lo largo de los últimos 50 años, y la flora se ha ido adaptando a esos cambios: hay bosques mediterráneos de ribera, saladares, algas acuáticas, carrizales, praderas o amplios masegares (especies herbáceas que mantienen la parte inferior del tallo dentro del agua del humedal) que dan especial valor a este espacio protegido.

Circuitos

Las Tablas de Daimiel se pueden recorrer por libre, la entrada es gratuita durante todo el año, o con visitas guiadas. Debido al entorno acuático, no hay itinerarios muy extensos para recorrerlos a pie.

Existen, no obstante, bellísimas caminatas que conectan los mejores escenarios y observatorios de la reserva.

El más popular es el conocido como itinerario de la Isla del Pan, que discurre por una serie de puentes y pasarelas de madera elevadas sobre el agua. Es un circuito de unos dos kilómetros, que tarda en recorrerse una hora y media aproximadamente, y que atraviesa cinco islas, de las más de 30 que existen en el parque. Este itinerario se conecta con la laguna de aclimatación, donde es posible contemplar aves acuáticas todo el año.

Imagen del humedal.
Imagen del humedal.

El sendero de la Laguna Permanente es más corto, se extiende unos 800 metros. Es un recorrido lineal que conduce a una laguna con dos observatorios de aves. Entre ambos, a la orilla de la laguna, se encuentra un bosque de ribera compuesto casi exclusivamente por álamos blancos, donde el ruiseñor común y el carbonero deleitan a los visitantes con sus cantos.

Finalmente, el itinerario de La Torre del Prado Ancho bordea las tablas centrales, con cuatro observatorios faunísticos a lo largo del recorrido. Al final de la senda se alcanza la parte más elevada del Parque Nacional, donde se goza de la mejor panorámica del corazón de las Tablas y de su fauna. Durante el invierno, desde la Torre del Prado Ancho, y con ayuda de un telescopio, se puede ver al ganso común de paso hacia el sur y observar la espectacular entrada al dormidero de la grulla común, que llega a mediados de octubre. También es posible avistar al aguilucho pálido y al abejaruco.

Otra manera distinta de visitar este humedal es contratando un servicio de visita guiada en vehículos todoterreno. Este itinerario bordea gran parte de la orilla sureste. En algunas épocas, puede adentrarse en la orilla noroeste, donde se encuentran algunas de las zonas más interesantes, de gran valor y de acceso restringido. Esta visita tiene una duración total de cuatro horas.

El ecosistema de las Tablas es frágil, muy vulnerable, depende de la abundancia de agua, y esta, de unas lluvias siempre inciertas y, muchas veces, tan escasas que han llegado a poner en peligro su supervivencia, junto al uso y abuso hídrico para labores agrícolas. Afortunadamente, varios años lluviosos y algunos proyectos ambientales han recuperado, en parte, las Tablas de Daimiel en los últimos tiempos.

Excursiones nocturnas

Sonidos y estrellas. Es una forma diferente de conocer las Tablas de Daimiel. Son excursiones que se realizan de noche con la compañía de guías intérpretes. Es una experiencia centrada en los sonidos nocturnos del humedal y la astronomía. La salida dura dos horas y se hace caminando a lo largo del itinerario de la Isla del Pan (dos kilómetros). Es una visita mensual. La próxima está programada para el 16 de marzo a las 21.00 horas. Precio: 15 euros por persona.

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